Capítulo 7

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¡Hola! Voy a seguir con esta historia también, ya que reciví motivación :). Espero que les guste el capítulo, un saludo:

-Charlie, ¿qué hace un alfa aquí? -dijo algo extrañado el demonio de la radio.

-Veo que también has notado el aroma, ¿no es así?. Bueno, no lo sé, ahora lo sabremos supongo -dijo Charlie acercándose a la puerta junto a Alastor. 

Se acercó y vió a esa figura que querría olvidar, por estúpido. 

-¡¿QUE HACES TÚ AQUÍ?!- gritó la súcubo sacando su forma demoníaca a flote. 

-Menuda bienvenida, Charlotte, creí que algo de realeza te habrían enseñado- dijo él.

-Eres un imbécil, vete ahora mismo, no eres bienvenido, ni en el infierno ni en este hotel, MENOS, en este hotel- dijo - ¿Y se puede saber por qué tienes olor a alfa si eres un simple beta?-dijo ella incrédula.

-Oh, fácil, creía que no lo notarías- dijo presumiendo- pues hice un trato con un ser al que tú quieres mucho. Créeme, ahora si que cumplo los requisitos para ser tu marido, pero... como se que ahora estás cegada, solo esperare a tu celo querida, verás lo apropiado que soy una vez que te haga mía- dijo Harold/Sebathian Von Eldrich- Pero no vengo a decirte eso, vengo a recordarte una cosa, aunque no lo sepas... eres mía. -Solo dijo eso para irse.  

<Como le llaman a Sebathian escribanlo en los comentarios por favor es que no se como se llama de verdad, hay muchas versiones, yo le llamaré Harold por ahora>

Charlie ardía de la rabia, quería matarlo. Cuando iba a hacer eso unas manos sujetaron las suyas para que no se lanzara a pelear. 

-Tranquila querida, no te hará nada -dijo Alastor

-¿Como lo sabes Alastor?- dijo con lágrimas de rabia

-Porque no dejaré que te haga nada, si tan solo te toca lo mataré, si tu no lo haces antes, por su puesto. 

Charlie abrazó a Alastor con todas sus fuerzas. Él se limitó a tocar su cabeza con su mano, no sabía como reaccionar, en verdad.

-¿Alastor?- dijo la rubia intentando llamar la atención del demonio, y al final lo consiguió.

-Dime querida- dijo él.

-Puedo... ¿puedo llamarte Al? -dijo ella mirándolo a los ojos.

El wendingo se lo pensó pero al final cedió:

-Esta bien querida, pero solo tú -dijo él mirándola a los ojos.- Una pregunta... ese caballero tenía un aroma a alfa pero has dicho que... 

-Si, Harold es un beta, no tengo ni idea de por qué huele así. Yo aún no había desarrollado mi celo por lo que su olor no me afectaba pero él siempre fué un beta, o eso creo. 

-Mencionó un trato con alguien que quieres mucho querida... pero ahora da completamente igual, el caso, si vuelve por aquí lo sacaremos a patadas- dijo Alastor. 

-Tengo que agradecerte todo Alastor, de veras... No sé como hacerlo- dijo ella mirando al suelo. 

-¿Cree que yo sí, princesa? Con el tiempo todo surgirá -dijo él. -Ya se me ocurrirá algo querida- dijo viéndola a los ojos, lo que hizo que ella desviara la mirada por que sino sería un caso perdido.

-Emm sí obvio, tu tranquilo cuando necesites algo no dudes en pedírmelo- dijo ella totalmente nerviosa y sin saber como reaccionar. 

-¿Y si no es algo... y si es alguien lo que deseo? -dijo él enigmaticamente. 

Tales palabras fueron como un balde de agua fría para la princesa. Sin saber por qué, le dolía que Alastor tuviera el ojo puesto en otra omega, y más si como agradecimiento tenía que ayudarlo a conquistarla. 

-No lo sé Alastor, depende de qué persona -dijo ella intentando tapar su decepción.

-Bien... luego te diré con qué me puedes compensar- dijo él. 

-No por favor Alastor, dimelo ahora -dijo Charlie.

-Bien, pero preferiría ir a un sitio más... privado- decía mientras veía hacia los lados, para ver a  Ángel, Husk, Niffty... 

-Esta bien, vamos a mi oficina -dijo la chica rubia. 

Los dos subieron por las escaleras. Charlie se sentía decepcionada, triste y a la vez traía con ella algo de enfado. Quería llorar. ¡Qué estúpida había sido al decirle que le dijera en ese momento! No entendía por qué que el demonio de la radio tuviera algún "crush" por así decirlo la mataba y la secaba por dentro, como si le succionara cada gota de sangre, una por una. 

-Bien querida, no quiero que nadie oiga nada -dijo mientras cerraba la puerta con el seguro/pestillo que se encontraba al lado del mango.

-Dímelo Al -dijo ella, sintiéndose algo mejor al llamarlo de esa manera, le hacía sentir única. 

-Siento haberte confundido querida, no te lo voy a decir- decía el mientras se acercaba un poco. 

Cada paso que daba el venado hacían que las mejillas de Charlie se ruborizaran cada vez más en aumento. 

-¿A-A que te refieres Al? -dijo ella retrocediendo tan solo un paso.

-A que como favor- se acercó a la oreja de Charlie, poniendole un mechón detrás de la oreja- te quiero a tí, Charlotte- dijo él roncamente.

Las mejillas de Charlie se ruborizaron tanto que empezó a notar ardor en ellas. Su pobre corazón bailaba y bombaba sangre caliente como un loco. Su cerebro la hizo entender que ahora que estaba cerca de él, su decepción, tristeza e ira se habían esfumado y estas habían sido reemplazadas por pasión, satisfacción... Charlie se dió cuenta en corto. Amaba al demonio de la radio. El la hacía sentir tantas emociones. Él le daba todo. 

El demonio de la radio tan solo se acercó peligrosamente a sus labios, y los besó. Charlie puso sus húmeros en los hombros del demonio, agarrando su cabello y él la tomó de la cintura. Poco a poco ese beso se fué intensificando. Los corazones de estos dos se cordinaban perfectamente, estaban muy felices de estar juntos, y más de esa forma. 

A Alastor nunca le había gustado el tacto, pero "ese" tacto que tanto le agradaba solo se lo podía dar la princesa. En casos muy especiales, Niffty, ya que para él, era como una... sobrina por así decirlo. El demonio de la radio no quería despegarse, estaba dispuesto a morir por falta de aire, pero eso mismo fué lo que lo despegó de ella. Ese aire olía a otra cosa, un olor que había conocido hace poco. 

-¿Alastor? -dijo ella totalmente ruborizada. 

El demonio de la radio solo empezó a buscar, y ahí estaba, en el muslo derecho de la chica, la marca de destinado de otro alfa, de Sevathian. 



Todo lo extraño- Omegaverse -CharlastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora