Capítulo 10

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¡Hola! Voy a seguir con esta historia, ya que me está gustando como va quedando. Un saludo.

Mientras Charlie iba volando con sus largas y negras alas sintió que su aire faltaba, empezó a sentir que se ahogaba. Sentía que su pierna derecha ardía como brasas al tocar su piel. Le faltaba el aliento y no podía gritar. Tenía los ojos abiertos como platos. Sus alas fallaban poco a poco por la falta de oxigeno. Poco a poco la distancia del suelo iba disminuyendo y notaba como caía en picado lentamente. De esa forma llevaría un muy buen golpe, ya que era imposible que Charlie muriera de golpe, pero estaría muy dañada. Cerro los ojos preparada para el impacto que llegó más suave de lo que ella pensó, pero ya no estaba consciente para entender la situación. 

En otro lugar... 

-Esto no está bien, Sevathian. Me dejaste claro que amabas a la princesa -dijo una chica con apariencia de gato. Tenía orejas y tenía una peluda cola. 

-Es que no sé que siento por tí -decía mientras besaba en la boca a la gata.- Solo quiero entenderme- dijo. 

-Podrás entenderte solo- dijo mientras se separaba muy decepcionada- que yo tenga sentimientos por tí no quiere decir que sea un juguete para olvidar el rechazo de la princesa, no quiero que beses mis labios con otra cara en mente- decía la mujer dolida. 

-De verdad, Made, no estoy de bromas. No sé que siento- dijo el chico de menta agarrándola de la cintura. 

-No quiero que juegues conmigo, Sevathian -dijo Made mirando al suelo.

-Me conoces, sabes que no me gustan ni las bromas ni los juegos, ¿por qué jugaría contigo? -dijo él intentando convencerla para que se quedara. 

-No lo entiendes Sevathian, yo solo me quedaré si de verdad me correspondes, si estás enamorado de la princesa, lo aceptaré y me iré por esa mismísima puerta, sin rencores. Estoy segura de que lo conseguirás, con la ayuda de la marca todo irá bien, pero olvídame -dijo mientras se daba la vuelta para irse. 

De repente una mano tomó la suya y la atrajo a él. 

-No dejaré que vayas a ningún lado, no te separarás de mí. No lo permitiré- dijo mientras la agarraba de la cintura y la besaba de nuevo. 

Con Charlie: 

De su pierna brotaba sangre tan roja y tan pura como el agua, y ahí estaba Alastor, maravillado por ese líquido. Más antes había visto como Charlie estaba sufriendo y que se iba a desplomar. Corriendo agarró su rifle con calmantes para animales y gracias a su puntería pudo darle a la princesa del infierno. Tuvo tiempo para teletransportarse y agarrar en sus manos a la "dragona". 

La llevó a su habitación, ella ya no sufría más pero veía brotar esa sangre de su muslo. Maravillado por el líquido solo se acercó y empezó a lamerla, tenía un sabor metálico y muy dulce, sin duda era una sangre exquisita y realmente fascinante para el canibal, si no la amara la habría devorado. 

Cuanto la marca dejó de sangrar Alastor se separó y empezó a pensar. Si ella estaba sufriendo de la marca, eso significaba que... el imbécil de Sevathian le estaba siendo "infiel" indirectamente a la marca. Una rabia atormentó el cerebro del venado. Todo se esfumó cuando la princesa dió un quejido y se levantó poco a poco. El demonio de la radio no sabía como reaccionar, su último encuentro había acabado mal. ¿Lo mejor era huir gracias a su poder de teletransportación? ¿o era mejor quedarse y hablar del tema? Al final, la primera posibilidad se esfumó, era tarde. 

-Al... ¿Eres tú?- dijo la rubia con algo de rubor en sus mejillas, y con culpa en sus ojos. El demonio radiofónico, quien había olvidado que la princesa lo llamaba así, volteó para verla a los ojos. 

-Soy... yo querida- dijo sin saber como reaccionar, escondido por su máscara de sonrisa. 

-Al déjame explicártelo por favor- dijo la princesa suplicante. 

El demonio de la radio se encaminó a la puerta, no quería hablar sobre el tema, pero notó esa esencia. Ese riquísimo aroma. Feromonas de omega. Irresistibles. 

-Quédate -dijo Charlie, quien se había visto obligada a soltarlas para que el demonio no se fuera. Soltó una cantidad bastante grande de feromonas, por suerte eran infinitas, el caso era las consecuencias que tendría en el alfa que tenía enfrente. 

Alastor con solo oler sintió como su corazón palpitaba mucho y fuerte y como sus pupilas se dilataban. Cegado por el exquisito olor, no pudo evitar soltar las suyas en una cantidad grande, cosa que tuvo repercusiones en la omega que tenía delante. Los dos se avalanzaron y Alastor besó los labios de Charlie con desesperación. Ella correspondió. 

-Vamos a hacerle lo mismo a tu estúpido prometido- dijo Alastor. 

-Alastor, él está hechizado, debo matarlo- dijo ella ensanchando su sonrisa mientras su sonrisa se volvía dentada y sus ojos se volvían de un granate más brillante.

Con Seviathan... 

Un demonio menta se estaba poniendo sus prendas de nuevo. Todo había salido bien, sí que sentía algo por Made, esa chica gato. Él se sentía muy bien al estar a su lado. Maldito el día que decidió desafiar su naturaleza, quien se la había jugado por haber sido cambiada. El Karma. 

Notó su oxigeno acabarse, que el aire escasaba. Su cabeza empezó a arder y a sangrar. Desesperado, el demonio de menta empezó a buscar una toalla o algo antes de que la sangre cegara sus ojos. 

De nada sirvió, acabó cayendo cedido por el dolor en el suelo. 

-¿Puedo entrar? -pregunto una voz conocida- ¿Sevathian? -Repitió.

Made entró y se asustó tanto que cayó de cara al suelo. Labó su cabeza y encontró esa marca. Esa marca tan pesada. Se notaba que era de la realeza. ¿Dónde se había metido? 

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⏰ Última actualización: Jun 16 ⏰

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Todo lo extraño- Omegaverse -CharlastorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora