¡Hola! Vuelvo con esta historia, espero que os guste el capítulo. Siento haber tardado tanto en sacarlo, pero es que estaba concentrada en mi otra historia, os recomiendo leerla.
El demonio de la radio observaba con una sonrisa en su rostro la huída de la polilla, le hacía gracia que un ángel tuviera tanto miedo.
Poco a poco se calmó y vió a su querida súcubo dormida en el suelo, poco a poco haciéndose más pequeña, volviendo a su forma original (Charlie en esta historia puede hacerse más grande y más fuerte cuando saca a su forma demoníaca) . El demonio de la radio la agarró cual princesa que era, poniendo sus brazos en la espalda y en las rodillas de su amada.
-Tranquila, dulzura, ahora estás bajo mi protección- dijo para observar su precioso, palido y delicado rostro.
Alastor chasqueó los dedos para aparecer en su habitación de nuevo, este la recostó en su cama, y con un chasquido la cambió, poniéndole un pijama rojo. Al demonio de la radio le entristecía ver a su amada dormida, sin esa sonrisa tan peculiar suya. Cómo odiaba a ese estúpido ángel, como odiaba a la que le quitó la sonrisa a Charlie. Alastor no sabía cuanto tiempo tendría que reposar la princesa, ya que no sabía cuanta cantidad de sedante ni qué tipo de sedante la polilla le inyectó, así que volvió a bajar al sotano para agarrar la geringa, pero algo que pudo contemplar fué un charco de sangre roja. No sería de Vagatha, ya que ella era un ángel y su sangre sería de color dorado, así que solo significaba una cosa. Charlotte estaba herida y él no se había dado cuenta.
Culpándose por no haberse dado cuenta de ese detalle, el demonio de la radio le hechó un vistazo a la herida de su querida Charlotte, la cual estaba bastante fea, ya que la lanza era angelical y hacen mucho daño tales lanzas.
-Siento no haber llegado a tiempo, mi querida Charlie- dijo haciendo que una luz verde emanada por su mano curara poco a poco la herida de la princesa. -Esas lanzas son especiales, querida.
(...)
-¿Que pasó qué? -dijo Husk aterrado.
-Sí, el señor Alastor sacó su forma demoníaca y casi mata a la señorita Vaggie, porque la señorita Vaggie casi mata a Charlotte.-dijo la cíclofe de un ojo.
-¿Y qué pasó con Vagatha? -dijo Husker.
-Ascendió al cielo por rezar a el soberano del cielo -dijo Niffty poniendo cara un poco asqueada. Después de eso la obsesionada de la limpieza vió una cucaracha y fué a matarla.
-Debía estar muy mal para rezarlo a él -dijo Husk.
-Sabía que esa amargada no era buena para la Barbie infernal -dijo Ángel con los brazos cruzados.
-Ya... su relación era algo tóxica -dijo Husk- Estoy demasiado sobria como para hablar de este tema- dijo llevandose una botella de alcohol a la boca.
-Todos, querido Husky -dijo Ángel tirándose en la barra.
-Toma conmigo, por lo menos algo será diferente entonces- dijo dándole la botella entera de gintonic y lo convinó con un smothie de fresa.
Ángel le dió un trago y dejó la botella.
-¡Siempre la misma mierda! Ahora a Valentino le ha dado por añadirme horas por día a cambio de más vacaciones, basicamente, estar en el hotel -dijo apretando con fuerza la botella. -LO ODIO
-Si pudiera te diría lo mismo... pero en sí, el demonio de la radio no es tan horrible como parece. Me tiene atado y me da un asco de la hostia pero... en el fondo sé que nos defendería a todos si algo nos amenazara. En el fondo es bueno, lo que hace, a parte de por poder, lo hace para proteger este hotel, de alguna manera- dijo Husk.
-No se por qué se me hace raro que hables bien de él- dijo Ángel.
-Será por que no me gusta recordar que él fué quien me salvó cuando estaba en el peor de los apuros, a cambio de mi alma. No es un trato tan malo, hago literalmente lo mismo que hacía antes, beber.
-Tienes suerte- dijo Ángel.
-Tengo suerte de que él me haya obligado a estar aquí, por que te he podido conocer -dijo Husk completamente borracho, pareciendo cuerdo.
(...)
Una omega abría sus hermosos ojos rojos, recordó todo lo que pasó y su mente y corazón se inundaron de odio y rabia, pero levantó la cabeza para ver a Alastor dormido en sus rodillas. El gran demonio de la radio, tan inofensivo, eso la tranquilizó de unas maneras incalculables, volvió a la normalidad. (Cualquiera que la viera diría que era bipolar). Ella pasó sus manos por el hermoso cabello del demonio, tocando el pelaje de sus orejas y contemplando aquel tan perfecto y bonito rostro que tenía delante. Le gustaba tanto...
Intentó cuidadosamente quitar sus piernas para dejar a Alastor durmiendo tranquilo mientras ella se duchaba pero aquel movimiento despertó al venado. Al verla, no pudo sonreir sinceramente.
-Veo que te has despertado, querida -dijo él.
-Si, aunque también es al revés -dijo ella inocentemente- siento haberte despertado
-Tranquila querida, no pasa nada. Debo admitir algo, querida -dijo él con valor- estuvo verdaderamente increíble ayer.
Charlie se sonrojó por tal comentario.
-B-Bueno gracias, aunque cuando me pinchó me sentí débil- dijo ella con una media sonrisa
-Debo decirle algo alteza, creame... es usted más poderosa que todo el infierno junto.
-Alastor hablame normal -dijo ella con una sonrisa- sabes que no me siento mejor que nadie por ser de la realeza.
-No me refiero a la realeza- dijo cogiendo la mano de Charlie y apoyándola en su pecho junto a la suya-.
La reina de las interrupciones tomó un papel en el guión y junto a ella un Ángel con cara de asombro.
-Charlie hay un tipo muy raro que dice que te conoce en la puerta -dijo abriéndola de golpe.
Los dos se separaron para que Ángel no los viera juntos.
-¿A quien te refieres Ángel?- preguntaron Alastor y Charlie.
-No lo sé, tu sabrás quien és supongo- dijo él.
Los tres fueron a la puerta y Charlie y Alastor se pararon de golpe antes de ver al invitado, ese olor ya les delataba que era un alfa. ¿Quién sería?
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Todo lo extraño- Omegaverse -Charlastor
FanfictionTodo surge bien en el gran Hotel Hazbin, pero algo raro está pasando... Charlie manifiesta su celo por primera vez, sin saber lo que significa, siendo completamente novata, al igual que un demonio ciervo, quien llevaba toda su estancia en el infiern...