Necesito Dinero

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Ahora con el hacha era más fácil tener leña, aunque era muy muy cansado pero lo valía.

Wei Rouyi cortaba pequeños trozos de madera para tener una buena reserva en el invierno, robó un saco de azúcar con la que hizo jaleas qué guardó en frascos que encontró en la basura, su madre le había enseñado lo básico de la cocina por petición de ella, siempre le gustó la cocina.

Tenía ya una buena reserva de leña y jaleas, también consiguió vinagre e hizo reservas de verduras encurtidas para tener que comer en invierno, calculaba qué esa pequeña reserva le alcanzaría para todo el invierno.

Wei yin juntaba todos los días piñones, y poco a poco consiguieron buenas reservas para sobrevivir durante 6 meses por lo menos.

Las papas que habían sembrado ya casi podían cocecharse.

Ahora debía de arreglar su casa, con el pasar de los meses la casita se hacía cada ves más calentita, la pequeña logró hacer qué el techo no gotera y que las paredes dejaran de filtrar tanto aire frío.

Así pasaron los meses volando, y llegaron las primeras lluvias, ambos niños se refugiaron en la casita, hoy debían cocecharse las papas y guardarlas en su bodega improvisada en uno de los cuartos de la casita.

Al parar la lluvia, tanto wei Rouyi como Wei yin salieron a tomar el sol de la tarde, mientras la mayor cocechaba las papas, el pequeño hiba en busca de duraznos silvestres.

- a-yin ven, ya es tarde la cena esta lista.

Llamaba al pequeño mientras salía a ver al patio trasero

No lo encontró...

El corazón le latía a mil por hora el pánico se apoderó de ella y salió a buscarlo corrió por el bosque gritando su nombre, pensaba lo peor, su pequeño hermano pudo haber caído por el río que había crecido por las recientes lluvias o fue secuestrado por esas personas que mataron a sus padres.

Muchas cosas pasaron por su mente hasta que escucho sollozos.

Y un ladrido no muy lejos de donde estaba.

-jie jie, ayúdame jie jie.

Gritaba el pequeño subido en un árbol, como pudo auyento al perro que estaba tratando de morder a su hermano y al fin pudo respirar.

-jie jie, jie jie, tango miedo jie jie.

Bajo del árbol casi callendo en el acto siendo sostenido por su hermana quien del alivio lloraba mientras calmaba a su pequeño.

-a-yin estas a salvo, ya estoy aquí

Susurraba, el pequeño luego de un rato se quedó dormido en brazos de su hermana.

Recogió la cesta con las manzanas qué estaba en el suelo y como pudo llevo a wei yin en brazos hasta la casa, al llegar ambos durmieron hasta el día siguiente.

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Dias después wei yin no quería salir de la casa, se la pasaba adentro con temor de salir y jugar afuera.

Wei Rouyi estaba preocupada pero podría aprovechar eso para poder buscar trabajo en el pueblo.

Dejó a wei yin y le explicó que buscaría trabajo y le compraría algo bonito cuando regresará.

Trabajó varios días como cargadora de bultos para una comerciante que está en el pueblo, debía juntar suficiente dinero para comprar mantas para pasar el invierno, no quería repetir el invierno pasado.

No dejaré que el mundo te dañe A-yin Donde viven las historias. Descúbrelo ahora