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La mesa estaba algo tensa, solo se oían las risas de Holly mientras hablaba animadamente a todos sobre la feria a la que había ido con Morph y Logan, ellos también trataban de hacer comentarios. Ni Anna o Kate se habían dirigido la palabra desde que volvieron del infierno. Algo había pasado, todos los presentían, sobretodo Gambito, quien no dejaba de cortar su carne y darle una que otra mirada a Roge de forma fría e intrigada.

— Bueno, Scott y yo ya nos vamos —sonrió amable Jean a los demás, tomando la mano de su pareja que la miraba sin entender nada—. Estuvo muy rico la comida de hoy Morph —. Halagó causándole una sonrisa agradecida al nombrado. Apartó su silla y se fue llevando a Scott, quien seguía mirando a su pareja y a la mesa con rareza, preguntándose: ¿Qué demonios está pasando? Pero claramente era algo que la pelirroja le respondería en privado, porque sí, usó la telepatía para decirle que hablarían de ello.

Después de esa retirada los demás también decidieron seguirles, todos agradeciendo al chef quien también se fue recogiendo con ayuda de Holly los platos de los demás. Al final solo quedaron Remy, Anna y Kate en la mesa. Kate se levantó primero, abruptamente, sin querer mirar a ninguno de los dos, pero sobretodo a Remy, se sentía culpable por lo que sucedió allá en el reino de Lucifer con Anna que sentía vergüenza con solo recordarlo. Le susurró al de iris rojos que se iría a su habitación a ver unas cosas, que lo vería después, pero lo que le dolió al otro fue que ni siquiera volteara a verlo y lo dijera de una forma tan... Desinteresada. No era a propósito, eso quería Kate que él entendiera o se diera cuenta, pero claramente... No fue así.

Se fue de ahí dejando a Anna con un sentimiento amargo en el estómago y al otro con una opresión en su corazón.

La de guantes decidió romper el silencio y levantarse, caminando a la salida del comedor dispuesta a ir a solucionar las cosas con su amiga, o bueno, como la otra la veía.

— Espera, Anna —Remy se paró también, deteniéndola, tomando su brazo y haciendo que ella lo viera con rareza—, ¿Podemos hablar? T-Tengo una duda, no quería preguntar delante de Kate, pero es algo que a Gambito le ha estado molestando.

La otra por su parte rodó los ojos fastidiada antes de asentir y zafando su agarre de forma brusca. Se cruzó de brazos para empezar a hablar.

— Dí lo que tengas que decir y que sea rápido, tengo asuntos con los que lidiar y me estás atrasando

— Ey, tranquila, no es necesario estar a la defensiva —bromeó levantando sus manos y dando un paso atrás—, solo quería saber si algo pasó allá abajo, d-desde que regresaron se siente algo, n-no sé como explicarlo pero... Gambito siente que pasó algo entre ustedes, quiero saber si pelearon o..—Roge lo interrumpió de forma abrupta.

— Remy, me agradas, lo digo enserio —su tono y las facciones de su rostro no parecían estar de acuerdo—, pero hay algo que debes saber, y te lo diré porque eres un buen tipo —empezó a caminar hacia él lentamente, sus brazos a los costados mientras sus manos hacían ademanes—, no debes meterte en los asuntos que no te incumben, Kate puede quererte a pesar de eso, de que seas un metiche, pero yo no soy ella, así que te pediré que no busques respuestas que no quieres sab..—

Ahora fue el turno del otro interrumpirla.

— No, tú escúchame bien, Anna. Todo lo que tenga que ver con ella me es de total importancia, porque estamos hablando de mi chica y —la miró desconcertado al verla reír—, ¿Por qué te ríes? —frunció el ceño apuntandole con su dedo.

— P-Por nada —hablaba entre risas. Se detuvo—, me es simplemente gracioso que la hayas llamado "Tu chica", cuando ambos sabemos que no son una relación muy pública o oficial que digamos. Es solo eso —le sonrió soncorrona poniendo una mano en su cadera.

— ¿Y eso qué? No es como si tú la conocieras mejor que yo o —abrió los ojos al ver a Roge mirarlo por un breve momento con tristeza—. T-Tú... No, nonono, no puede ser... Gambito quiere saber algo, ¿Ya la conocías? ¿Ustedes, y-ya se conocían? —retrocedió mirándola perplejo, chocó contra la silla un poco.

La de camiseta deportiva suspiró. Murmuró unas palabras para si misma antes de mirar al otro con seguridad y amabilidad. Sí, después de todo lo que le dijo, y como se las dijo, él merecía algo de eso, mínimo, además de la verdad.

— No quiero problemas contigo. Pero sí, no te mentiré, ella y yo nos conocemos desde hace ya un tiempo. Es todo lo que te diré, no hablaré nada más, ella es la que debería contarte de esto, no yo. ¿Cuídate, si? Adiós Remy —se despidió saliendo del comedor. Dejando al nombrado con un sentimiento doloroso en su pecho. Ya ni siquiera quería ir a ver a su amiga, solo quería despejar su mente después de lo que acababa de pasar.

El de iris roja suspiró pesadamente antes de recomponerse y ir a donde su chica, porque sí, a pesar de lo que Anna le dijo, ella seguía siendo suya... ¿Cierto?

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— Wow, ¿y este repentino humor? —soltó con cariño y extrañeza al sentir a Remy dejar caer su rostro en sus muslos. Ella estaba sentada en su sillón, leyendo de un mejor humor un libro de magia demoniaca— ¿Todo bien? —Él sabía, sabía que la forma en lo trató abajo no fue a propósito, lo que le dijo y como lo dijo, no fue intencional. Pero aún así se reía de si mismo por aceptar esos tratos, ya sea que Kate lo insultara, le hiciera comentarios sobre como él era en el pasado con otras chicas, o hasta incluso le dejara de hablar... Él siempre iría detrás de ella.

— Nada, simplemente me gusta estar contigo —se movió un poco para así poder verla. Sonrió y alzó su mano para acariciar su mejilla, pero la otra lo detuvo de forma abrupta— ¿Por qué..? —iba a responder. Pero vió la mirada de Kate y su corazón se oprimió. Recordó que no estaba vestida con su ropa habitual, si no con una más de feriados, civil.

— Sabes lo que pasa cuando alguien me toca así —bajó con cuidado la mano de su chico hasta dejarlas sobre su abdomen. Él la miró sonriéndole con pena. Lo había olvidado. Había veces que casi la besaba de euforia por algún triunfo de las misiones, pero felizmente (o lamentablemente), Kate siempre lo detenía a tiempo o posaba su mano sobre sus labios a una velocidad que para él era la demostración de: 'Salvado por la campana'.

Kate dejó su libro a un costado, sobre su mesa de noche y empezó a acariciar el cabello de Remy, empezando a tararear una melodía que le cantaba alguien cuyo rostro parecía estar borroso en su memoria. Se acomodó mejor en la cama y así el otro terminó por quedar entre sus pechos, su cuerpo encima, presionandose, entre ellos había un deseo, un anhelo de lo prohibido, pero ambos sabían controlar sus impulsos. Bueno, uno más que otro.

— Remy, cielo, eso que estoy sintiendo es.. —lo vió con un leve sonrojo, sosteniendo con cariño sus mejillas y obligándolo a verla. Él desvió su mirada totalmente avergonzado y asintió. Sí, en efecto. Tenía una erección— oh jaja, mi Remy —posó sobre la frente de él su mano antes de besar su propio dorso—. Eres tan lindo

La erección que tenía fue calmandose poco a poco, sucumbiendo su cuerpo al sueño, su rostro entre los senos de su chica, oyendo los latidos de ella, el tarareo de su canción. Tal vez ella no lo notó pero... Esa canción parecía ser... Una canción de cuna.

𝐌𝐨𝐧 𝐜𝐨𝐞𝐮𝐫. .  • Gambito •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora