Especial

162 18 9
                                    


* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

⚠️ Este capítulo NO es necesario leer, sino es más bien para entender el contexto de lo que pasó entre Anna y Kate estando en el infierno con Lucifer. Pueden saltarlo con gusto, esto no afectará mucho la trama, pero sí hará que se entienda un poco la relación de ambas y porque no se ha podido ver mucho de ellas desde un principio ⚠️

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

— Saludos majestad —. Al entrar al castillo muchas mujeres recibieron a Lucifer con una sonrisa enamorada, deseosa y celosa cuando vieron con quienes llegó.

Anna le susurró divertida a la otra.

— lo reciben como si fuera la gran cosa —. Kate  se cubrió la boca para evitar reír delante de su padre. Roge notó que también ella no tenía sus guantes. Claro que vió como los guardó al estar del otro lado, pero eso significaba que aún tenía presente que con ella sí podía tener contacto.

— Ni que lo digas, pero no te dejes engañar, pueden verse muy lindas pero son solo una ilusión, la verdad es que son horrendas y tienen un rostro desfigurado —. Le devolvió el susurro a su amiga. Ambas se miraron, parpadearon y se cubrieron sus bocas para reír.

Lucifer ya las había oído. Por favor; estaban en su reino, además de que sus oídos eran bien agudos y podía escuchar hasta el más bajo susurró entre sus súbditos. Obvio no le iba a decir eso a su hija, sino, ¿Cómo se divertiría? El día que ella se entere de eso, oh, ¡Oh! Él amará ver su expresión. Pero mientras, él solo sería siendo un espectador en la vida de su pequeña diablilla, como le solía llamar en privado, y claro sin que ella... Lo oiga. Tal vez algún día le pueda decir la verdad de su abandono, pero por ahora mantener todo como está será lo mejor.

— ¡Y llegamos! —volteó a verlas con una sonrisa engreída—, pónganse cómodas, siéntense donde gusten, recuerden, mi casa es su casa —se acomodó su saco—. Pero no vayan a tocar eso —señaló encima de su chimenea una esfera rosada, adentro parecía tener una nube morada brillante que se movía—, no quieren saber lo que pasa si la tocan jaja —rió antes de caminar a la salida de la enorme sala—, usen los sofás o el sillón, donde gusten. En un momento regreso con la lista —. Le guiñó un ojo a su hija antes de irse.

La lista. Aquella que contenía los nombres de las personas a las Kate quitaría prácticamente todo, su espíritu, todo. Ya no estarían muertos, ya no sufrirían las torturas en el infierno... Pero serían olvidados para siempre, ni siquiera sus familias o parientes los recordarían. Nada, como si jamás hubieran existido. Eso le daba un mal sabor a la boca. Decidió ir sentarse al sofá, mirando los trozos de leña de la chimenea, oír el crispar del fuego y ver las flamas bailar.

— Ey —Anna se sentó a su detrás, la abrazó poniendo sus manos en su abdomen, apoyando su rostro sobre su hombro y susurrandole al oído con compresión y cariño—, estoy contigo, lo sabes. Sé que esto suele ser difícil para ti —sonrió para sus adentros al sentir las manos de la otra posarse sobre las suyas—. No tienes que pasar esto sola, me tienes a mi —la sostuvo de su mejilla girando su rostro, haciendo que la viera directamente a los ojos—, siempre me tendrás.. —su mirada iba de sus ojos a los labios de Kate, tan suaves, tan carnosos... ¿Aún sabrían a fresa como en aquel tiempo? Se preguntaba lamiéndose un poco los suyos. En verdad quería hacer una estupidez en ese momento. Al carajo, lo iba a hacer.

La de iris celeste no esperó eso. Los labios de Roge presionando contra los suyos, la mano de ella sosteniendo sus mejillas con algo de posesión, no queriendo que la de alejara, su lengua entrando sin avisar adentro de su boca, haciendo que soltara uno que otro jadeo por lo que estaba pasando.

𝐌𝐨𝐧 𝐜𝐨𝐞𝐮𝐫. .  • Gambito •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora