𝙊𝙡𝙫í𝙙𝙖𝙢𝙚 | 𝙑𝙞𝙣𝙞 𝙅𝙧

06

El estadio estalló en aplausos y gritos de felicitaciones mientras Vini y yo nos mirábamos con una mezcla de alegría y nerviosismo por lo que acabábamos de decidir. Nos abrazamos con fuerza mientras la emoción nos invadía, rodeados por el bullicio del campo y las luces del estadio.

— ¿En serio dijiste que sí? —preguntó Vini, buscando confirmación en mi expresión.

Asentí con una sonrisa, incapaz de contener mi felicidad.

— Sí, Vini. Quiero intentarlo contigo.

Él sonrió ampliamente y me besó de nuevo, esta vez con más ternura. Me sentí como si estuviera flotando en una nube de emociones positivas. Finalmente, nos separamos y él me tomó de la mano para caminar juntos por el campo, saludando a algunos de sus compañeros que nos felicitaban efusivamente.

Rafa se nos unió con una sonrisa triunfal, evidentemente feliz por haber sido testigo y cómplice de este momento.

— ¿Lo ven? Les dije que estaban locos el uno por el otro —dijo Rafa con orgullo.

Neymar se acercó con una sonrisa mientras se secaba el sudor con una toalla.

— Tú y yo hablaremos luego  —bromea Ney y yo le sonreí con un poco de nervios.

Vini me miró con cariño y respondió antes de que pudiera hacerlo yo:

— Irmão não seja tão duro, agora somos uma família —Ney niega con una sonrisa.

Ney asintió satisfecho y me abrazó también.

— No creas que eso cambia algo ¡Eh! —Vini y Ney sonríen para después abrazarse.

Después de algunas entrevistas rápidas con los medios y felicitaciones de los fans que estaban en las gradas, nos dirigimos hacia los vestuarios. Vini me tomó de la mano todo el tiempo, sin querer soltarme, como si temiera que esto fuera solo un sueño del cual pudiera despertar.

En el vestuario, los jugadores celebraban con cánticos y bailes. Vini se acercó a sus compañeros mientras yo observaba desde la puerta, aún maravillada por todo lo que había sucedido.

— ¿Estás bien? —me preguntó Rafa, notando mi expresión ensimismada.

Asentí con una sonrisa radiante.

— Estoy más que bien. Creo que esto es lo que necesitaba todo este tiempo.

Rafa me abrazó con fuerza y me susurró al oído:

— Te lo dije, hermana. A veces, solo hay que dejar que el corazón te guíe.

Sonreí y asentí, sintiéndome agradecida por su apoyo y por haberme empujado a tomar esta oportunidad con Vini. Era el comienzo de algo nuevo y emocionante, y estaba lista para enfrentarlo con toda la alegría y el amor que sentía en ese momento.

— mi madre me ha escrito, quiere que vayamos a cenar en un restaurante aquí cerca.. está ansiosa por conocerte —me dice Vini y yo asentí.

— está bien, pero luego vamos a casa.. mi papá quiere hablar con los dos

Vini asintió y me todo nuevamente de la mano, me despedí de Rafa y nos fuimos, la verdad este estaba súper nerviosa de conocer a su familia.