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Caminata lenta a paso tranquilo.

Ni Shadow ni Tails tenían intenciones de ir corriendo.

Realmente el apuro del zorro era mera desesperación por ser encontrado infraganti en su intento de huida, pero extrañamente estando en compañía del oscuro no sé sentía de esa forma.

Era raramente reconfortante.

Nuevamente se la paso analizando ahora con mayor detenimiento a su acompañante. No es como si tuviera otra cosa que hacer.

Notó que el azabache daba pasos lentos y cuidadosos en todo el recorrido, como si quisiera que el contrario memorize el camino.

Agradecía internamente su paciencia con el, incluso cuando se acababan de conocer.

El se veía tan apagado y sereno, ni una sola gota de sudor caía de su frente al caminar bajo el sol, mientras que Miles ya se sentía a morir en los primeros diez metros. La adrenalina del momento previo no le dejó notar el inmenso esfuerzo que significaba correr sin parar por largo rato.

Sus extremidades estaban cansadas, lo único que lo hacía seguir adelante era el saber que pronto podría descansar un rato en uno de los vagones del rústico tres.

Por momentos el calor era insoportable.

—. Ehm... ¿Necesitas ayuda con eso? .– Shadow preguntó con un poco de inseguridad, mientras señalaba el equipaje del ambarino.

Tails volteó a verlo, y no sabe qué cara habrá puesto para que al instante el más alto haya tomado la maleta sin esperar a que conteste.

Tal vez el moreno no tenga la misma fuerza física que hace tiempo, pero sus músculos todavía eran bastante activos.

Instantáneamente soltó el peso, se sintió aliviado, usualmente se habría rehusado a que alguien haga eso por él, no era un inútil. Pero por alguna razón no replicó al respecto.

Y así caminaron de lado a lado, con Shadow cargando en un brazo sus papeles en un folio y la maleta de cuerina.

Avanzaron calle abajo hasta perderse entre la multitud y salir de la zona comercial donde se encontraban, finalmente las calles dejaron de sentirse angostas y asfixiantes, de hecho pudo finalmente ver el lugar donde vivía.

Le hubiera encantado salir a caminar en su infancia por estos caminos, pero ya era hora de partir.

Poco a poco iban alejándose de las construcciones pseudomodernas del modesto pueblo y acercándose más al pastizal que rodeaba toda la ciudad.

Ambos llegaron al fin de la carretera y prosiguieron a andar por el caminito de tierra que daba hasta las vías de la locomotora.

Claro, con una hermosa vista atrás.

Era un terreno amplio, como un lienzo en blanco lleno de trigo dorado listo para cosechar.
Algo imponente si te das cuenta de lo lejos que se encontraba el pueblito de cualquier ciudad.

Ciertamente, Shadow desconocía la mayor parte de las renovaciones que tuvo este sitio, lo recordaba mucho más artesanal y humilde, pero habían cosas que no cambiaban, como su sentimiento nostálgico al ver el cielo despejado y el tren de carga siempre funcionando día y noche.

𝙒𝙚'𝙧𝙚 𝘽𝙧𝙤𝙠𝙚𝙣 ,, ˢʰᵃᵈᵃⁱˡˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora