彡sԵíցตα

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Lento y despacio era el recorrido del tren.

Después de la emoción inicial de finalmente emprender rumbo a un lugar del cual se hablaba más no se conocía, se percataron que ahora tendrían que convivir el uno con el otro hasta que lleguen.

Realmente no habría problema si tan solo el zorro supiera como mantener una conversación larga y tendida en vez de un intercambio breve de palabras.

Tampoco era bueno manteniendo tanto el contacto visual, de hecho intentaba huir de la mirada escarlata del contrario centrándose en la vista, pero parecía inútil.

Shadow no se cansaba de buscar verlo en todo momento, como si fuera una necesidad.

No le incomodaba, aunque eso suene raro, disfrutaba esa pizca de atención en su persona, pero le era algo frustrante no saber como empezar un diálogo. Iniciativa no le faltaba, pero no tenía idea de cómo hacerlo.

Sus colas se agitaron con impaciencia mientras su rostro trataba de imitar la neutralidad del moreno y no denotar su ansiedad.

De nuevo, mágicamente el erizo prácticamente leyó sus pensamientos.

—. Sinceramente, no las había notado cuando te ví por primera vez .–

Shadow captó la atención del menor haciéndolo voltear por completo.

—. ¿Mis colas? .–

—. Exactamente, nunca había visto nada igual .–

Por un instante un sabor amargo invadió sus recuerdos, opacando la sonrisa sincera que le estaba dedicando el moreno.

Olvidó por completo por unos minutos que era un fenómeno.

Enfermo y con una malformación genética, que mala suerte tuvo en la ruleta biológica.

Por esa última razón, quizás creyó por tanto tiempo que ser marginado y confinado a su hogar había sido lo mejor para el.

¿Quién quisiera estar a su lado?

—. Se ven muy esponjosas y suaves, creo que son bastante lindas .–

Y luego cayó en cuenta que la persona que tenía delante había respondido a esa duda con un firme « Sí » apenas habiéndolo conocido ese mismo día.

—. Lo siento si te incomodan mis cumplidos, pero tenía que decirlo o me volvería loco .– río por lo bajo, se sintió algo apenado confesando eso.

Y en respuesta, el también río un poco, para alivianar el ambiente.
Pero para que engañarse, Tails estaba igual de avergonzado.

—. G-gracias, aunque creo que están algo despeinadas, olvide cepillarlas está mañana .–

—. ¿Enserio? .–

El vulpino asintió lentamente mientras jugaba con las mangas de su ropa.

Aunque le cueste aceptarlo, le había gustado ser reconocido por algo positivo. Era muy nuevo en esto, pero no le disgustaba en lo absoluto.

𝙒𝙚'𝙧𝙚 𝘽𝙧𝙤𝙠𝙚𝙣 ,, ˢʰᵃᵈᵃⁱˡˢDonde viven las historias. Descúbrelo ahora