¿Puedo confiar en ti?

Capítulo 3: La catástrofe.

Un sonido molesto me despertó de un increíble sueño que incluía tres cosas: perritos, Chris Evans y París. Siempre fui una fan de Marvel; y París había sido uno de mis destinos soñados, por lo que este sueño parecía perfecto. El sonido era como una alarma con una voz femenina que repetía "peligro, peligro, peligro..." Me desperté y encontré a Thomas de pie, ya dirigiéndose a su teléfono. 

 "Todas las unidades, diríjanse a Atalaya lo más rápido posible." 

Comenzamos a vestirnos rápidamente y nos subimos al coche sin desayunar. Cuando llegamos al lugar, parecía un pueblo con pocos habitantes, lleno de vida con niños montando en bicicleta por las calles y ancianos jugando a las cartas en las mesas de picnic bajo los árboles. Pero todo era diferente en ese momento; había manchas de sangre en las paredes y algunos cuerpos en la calle. La vista de la sangre me llenó de pánico y angustia, y me esforcé por no vomitar. 

Unos minutos después llegaron los forenses. Analizaron algunos cuerpos en la calle, mientras los policías investigaban diversas casas, encontrando escenas similares en todas partes. Una forense alta morena de ojos marrones con un ligero tono miel se acercó a nosotros. 

"Hemos analizado la sangre y no encontramos rastros de envenenamiento, pero sí evidencia de varios asesinatos, al igual que en África." 

Ella era una de las forenses, pero lo que más llamó mi atención fue el anillo que llevaba. A pesar de que no era el momento ni el lugar adecuado, me sentí inclinada a preguntar, ya que estaba acostumbrada a saberlo todo sobre las celebridades. 

"¿Estás casada?" 

Su rostro mostró la misma sorpresa que sentí yo cuando descubrí la naturaleza del caso, pero no pude evitar notar la mirada que cruzaron entre mi hermano y ella antes de que él respondiera. 

"Bueno, no exactamente. Estoy comprometida." 

"Y nos casaremos en febrero." Añadió mi hermano. 

Hubo un gesto de unión entre las manos de Isabel y Thomas. Me quedé en estado de shock porque no esperaba que Thomas se casara, y mucho menos que no me lo hubiera dicho. En ese momento, solo quería hablar a solas con él.

"¿Por qué no me lo dijiste? Soy tu hermana." 

"¿Qué quieres que te diga? Después de lo de mamá, ya casi no hablamos. Además, pensé que estabas enfadada conmigo."

"Claro que lo estaba, pero al menos deberías haberme contado algo tan importante como esto."

"Te dije que estaba saliendo con Isabel." 

"Sí, ayer." 

"Sí, porque quería contártelo poco a poco, pero tú y tu curiosidad lo arruinaron todo." 

A partir de ese momento, ambos nos quedamos en silencio y continuamos andando. Cuando llegamos al río, nos detuvimos. 

"¿Cuándo le pediste matrimonio?" 

"Hace unos 2 meses." 

"Estaré invitada a la boda, ¿verdad?" 

"Claro que sí, a pesar de todo, eres mi hermana." 

Un rayo de felicidad nos invadió, y ambos sonreímos hasta que vimos algo inusual en el agua. Era un cuerpo con ropa. Me quedé paralizada de miedo, mientras que Thomas corrió al auxilio sin preocuparse por la corriente. Lo arrastró a la orilla y comprobó si aún respiraba, lo cual no era el caso. Realizó maniobras de reanimación, y finalmente logró que la persona volviera a respirar. Sin embargo, la víctima seguía aturdida, y nos dimos cuenta de que tenía una herida en el abdomen que parecía de un cuchillo. Llamamos de inmediato a una ambulancia, que lo llevó al hospital lo más rápido posible.