𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄𝐒 - 𝐂𝐀𝐒𝐓𝐈𝐄𝐋 | 𝗖𝗗𝗠

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Sucrette

Me encontraba en uno de los mejores momentos de mi vida. Tenía unos increíbles amigos, y tenía mi pequeña banda de rock, me apasionaba totalmente, pero mi felicidad tal vez se acabó demasiado pronto.

Mis padres me dan la noticia que debemos de mudarnos a una nueva ciudad.

Mia, Liam y Ethan, son mis amigos, que les fascina el rock tanto como yo. Tenemos el mismo sueño, tener una banda de rock, así que la hicimos.

No somos famosos, claro, solo somos 4 adolescentes tratando de disfrutar de nuestra compañía y de nuestras habilidades.

Mia es la guitarrista principal, Liam el bajista, Ethan el baterista y yo soy la vocalista principal.

Siendo sincera, cada posición que tenemos en la banda, parece acorde un poco con los típicos estereotipos que tienen los fanáticos del rock.

Yo era realmente feliz estando en mi ciudad, pero, no podía negarme o desobedecer a lo que decían mis padres.

Así que, al enterarme de esa noticia hace un par de días, les dije a mis amigos que pasáramos el rato este fin de semana.

-¡Oigan, chicos! Vamos a la cochera de Ethan. Tengo muchísimas ganas de que toquemos alguna canción.-

Dije con una sonrisa.

Mi plan era que toquemos alguna canción, para así, después decirles la noticia. Estaba bastante nerviosa, tocaba mucho mis manos.

Tengo la costumbre de tocar mucho mis manos cuando estoy de esa manera.

-¿Algún bicho te picó? Te gusta mucho estar en la banda, pero siempre somos nosotros en los que damos la idea de ir a tocar.-

Dijo Mia.

No se le va nada.

-Estoy totalmente bien, no me picó nada, solo que esta vez quería ser yo que diera la idea, al fin al cabo, yo les dije que pasáramos el rato.-

Di una sonrisa incómoda.

Todos me miraron fijamente. Ethan habló.

-Bueno, bueno, aunque esto parezca raro de parte de Sucrette, vayamos a tocar, creo que nadie se queja de la idea.-

Dijo Ethan.

Todos asintieron.

-Vayamos a mi cochera, ahí están todos nuestros instrumentos.-

Ethan pasó su brazo por mi cuello, y todos comenzamos caminar rumbo hacia su casa.

-Oye, Sucrette, realmente, Mia tiene razón, ¿algún bicho te picó? ¿O pasó algo? Te he notado muy nerviosa, tocas mucho tus manos.-

Ethan miró mis manos, y yo hice lo mismo. Mierda, tiene razón.

Rápidamente, metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta de cuero negro.

-No, no, todo está bien. Caminemos rápido, tengo ganas de cantar.-

Me safé de su agarre, y caminé más rápido que todos.

No estábamos muy cerca, por suerte. Llegamos en menos de 20 minutos.

Al llegar, nos dirigimos hacia la cochera. Ethan tocó un botón que hacía que se abriera, y entramos.

Todos buscaban sus instrumentos.
Una vez que los encontramos, nos pusimos a tocar una canción; "Zombie-The Cranberries."

Era la canción favorita de todos nosotros. Todos tocaban con bastante fulgor, yo daba lo mejor de mí para así intentar llegar al mismo nivel que la cantante original.