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Sucrette

A pesar de que ese maldito pelirrojo ya se había ido, se sentía en el aula una gran tensión en el aire que me hacía sentir que estaba perdiendo la respiración.

Salí rápidamente de ahí.

Si no mal recuerdo, ahora tenía que ir a recibir Artes. Siendo sincera, el arte no es mi fuerte como la música, pero tampoco soy tan mala en ello.

Subí las escaleras que me dirigían al aula, ya que se ubicaba en la planta de arriba, y lentamente abrí la puerta.

El aula estaba llena de pintura en tanto las paredes, como en el suelo.

Había un desorden en algunas esquinas, pero por otras, sorprendentemente estaban ordenadas.

Ojalá que el profesor no sea tan dolor de cabeza como el de mi antiguo Instituto.

Comenzó la clase y yo ya me encontraba haciendo un desastre.

El señor Patrick nos dio el trabajo de hacer un circulo cromático.

No es algo difícil, pero el problema es que lo pidió que lo hiciéramos a memoria.

¿Cómo quiere qué hagamos eso? Por lo menos sé dónde se ubican los colores primarios, pero los demás, no tengo ni idea.

Lo hice como pude, fue desastroso, y lo peor es que se debe de entregar.

-Entreguen sus trabajos, chicos. Les daré su nota en la próxima clase.-

Me levanté de mi asiento, desanimada con mi trabajo, me fue terrible.

-Señorita Sucrette, ¿no es así?-

-Si, soy yo.-

-Su trabajo no es el mejor de lo que esperaba, pero no se desanime. Noté su esfuerzo y su concentración en el trabajo, muy bien hecho.-

-Oh, gracias, profesor, es muy amable.-

Le di una pequeña sonrisa.

Patrick se levantó de su escritorio para comenzar su explicación.

-El color en el arte no es cuestión de utilizar una paleta al azar...-

Al señor Patrick le apasiona tanto lo que explica que su clase se a apoderado de casi todos nosotros.





Iba bajando las escaleras, la clase de Artes había llegado a su fin. Noté que Castiel no llegó a su clase, pero no me sorprende.

Con todas las pequeñas cosas que han ocurrido este día ya da mucho para hablar de su personalidad.

El profesor Patrick es increíble, me encantó su personalidad y en la manera en como trabaja.

Se disfruta mucho las actividades que hace, me da lástima que su clase haya terminado tan rápido.

Escucho una de mis canciones favoritas de rock sonar a un volúmen algo elevado.

Trato de buscar de donde provenía la música, venía de abajo. ¿Abajo? Supongo que es un sótano.

Estaba tan desesperada que busqué rápidamente y encontré el camino que me iba a llevar al lugar.

Entré abriendo la puerta con fuerza, que hizo que casi cayera al suelo y se parara la música.

Levanté la mirada y vi a Castiel, con un cigarrillo en sus labios con una cara de sorpresa.

Tosí un poco, mientras sacudía mi mano enfrente de mi boca y de mi nariz para intentar que se fuera un poco el olor y el humo que había en el aire.

No era fan del cigarrillo y menos cuando lo único que tengo es mi voz en una banda.

𝐄𝐍𝐄𝐌𝐈𝐄𝐒 - 𝐂𝐀𝐒𝐓𝐈𝐄𝐋 | 𝗖𝗗𝗠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora