Capitulo 8

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De vuelta al presente.

El dolor en sus dientes fue lo que primero la despertó, pues este se hizo tan intenso que parecía como si su cráneo fuera a partirse en cualquier momento. Y, mientras se ponía en pie, queriendo ir a buscar las pastillas, tratando de calmar ese dolor que parecía perforarla, miró con cierto miedo hacia el reflejo del cristal, recordando lo que había visto antes de caer.


Sabía que había visto a Emily allí antes, la cuál había estado mirándola a ella a los ojos, a pesar de que su mente le dijo que eso era imposible.


Pero solo se tranquilizó un poco cuando, en verdad, al alzar la vista, apretando los puños, temiendo lo que pudiera ver, lo único que recibió fue su propio reflejo.


Sí, sus nervios estaban alterados.


Mientras todos buscaban a Emily, desesperados, ella no dejaba de revivir una y otra vez el accidente, por lo que sus nervios estaban fuera de control, lo que hacía que su cabeza no funcionara cómo debía.


Aunque no quiso que ese fuera su final, era indudable que ella era la que acabó con su vida, así que su conciencia no estaría en calma durante mucho tiempo. Sus temores emergerían cada vez que escuchara su nombre.


Hasta que la gente no empezara a dejar de lado el tema, dando por sentado que jamás podrían encontrarla, haciendo que el nombre de Emily empezara a desaparecer poco a poco de la mente de todos, Jane no podría abandonar sus recuerdos y, por tanto, dejar de lado ese terrible accidente.


Pues es lo que ella pensaría para siempre. Todo fue un simple y horrible accidente, algo que no debió ocurrir y que, por tanto, no merecía destruir toda su vida. No podía dejar sola a su madre, recibiendo el titulo de la madre de una asesina. No podía ser ese su final, por mucho que lo lamentara.


Por eso la habría visto en el cristal, pensando que le estaba hablando.


Estaba siendo tan constante escuchar su nombre en esa semana que era imposible que pudiera asimilar todo lo ocurrido, fingiendo que no había pasado nada, que fue por lo que su cabeza empezó a jugarle malas pasadas.


Por extraño que pareciera, los agentes habían empezado a centrar toda la investigación en los padres de Emily y en cómo estos solían tratarla, ya que, al final, revisando lo que se sabía de la joven, fue fácil ver que estaba completamente en las manos de sus padres, tratando de mantener los estándares que ellos le marcaban, por muy altos que estos fueran, sometiendo a la menor a sus caprichos.


Incluso se mencionó más de una vez que era posible que Emily hubiera escapado, tratando de huir de ellos, porque no aguantaba más el tipo de vida que tenía a su lado.


Si había suerte, y esa sospecha se transformaba en la opción más probable para lo que le había ocurrido a Emily, todo se calmaría con rapidez y los padres de la joven solo podrían llorar, preguntándose si de verdad habían sido demasiado estrictos con su hija, queriendo saber a dónde podría haber huido esta.

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