Heizou quedó embobado con tal persona. Eso diría alguien si viera la escena en estos momentos, sin embargo, la realidad y una pequeña película de romance tiene una línea bastante ancha que las diferencia.
“Ropas extrañas de hace siglos, una tela que cubre la mayoría del cabello y casi el rostro, si no fuera porque la compostura es de un hombre, fácilmente puede ser confundido y llevado por cualquiera. —En su mente, el detective trabajaba por segundo. Podía notar que, por la forma en la que camina normal en individuo con esas heridas, no es la primera vez que le pasa—Pero el olor es algo muy característico, no puede venir de solo una herida, ¿verdad?. Si, tiene que llegar de alguna otra zona”.
Mientras pensaba cerró los ojos y ladeó la cabeza, su ceño fruncido hace referencia a que no puede encontrar un punto clave que una las demás pistas en este caso extra usado que se creó hace un momento. Si tan solo tuviera más información… Se dijo a si mismo pensando seriamente si usar o no sus dotes sociales con un extraño al azar.
No obstante, él no estaba consciente de una sola cosa (o tal vez si, nadie sabe cómo funciona su cerebro de todos modos), el sujeto que había pasado hace unos momentos a su lado y a quien se le quedó mirando bastante tiempo, habló con un tono bastante indiferente:
—¿Se le perdió algo, detective?
Con esas palabras alternando en un tono suave bastante obligado, Heizou salió de su ensoñación. Abriendo los ojos y encontrando la mirada ajena muy filosa, pero con algo amable en ella.
El mismo tipo que comenzó la charla en medio de la calle se retiró la seda fina con la mano que no tenía rastro de ser maltratada, una sonrisa que albergaba intenciones ocultas hacia Heizou fue pegada en su rostro, preguntando nuevamente: —Dije: “¿Se le perdió algo, detective?” ¿El gato le comió la lengua o algo parecido?
Heizou tragó fuerte, en medio de la calle donde todavía se podían escuchar los pasos de las personas y gritos a su deriva, incluyendo las quejas por el olor a hierro que no parece sangre y el rastro que caiga gota tras gota de la muñeca del tipo, él conversaba como si nada. ¿Acaso no es suficientemente consciente como para deducir que debe tratar esa herida? ¿No sabe lo mortal que debe ser algo así? Su mirada lo decía todo, logrando que Scaramouche soltara una risa por ello.
“Bastante raro, —pensó con una mueca mirando como el mismo tipo se aleja sin esperar una respuesta suya—, y mordaz… Juraría haber escuchado un: Y yo que me di la tarea de usar esas blasfemias de cortesía”.
—Tú… —Cuando al fin quiso hablar con él, ya se había esfumado. Las personas que antes evitaron a estos dos volvieron a su rutina habitual de empujar en el espacio personal de Heizou. Logrando así que perdiera el rostro inicial de aquel individuo—. Jaja… Demasiado fuera de mi zona de confort, es obvio que no está bien. Si no, no daría esta escena sacada de una obra de teatro…
“Una actitud arrogante en la que no tiene pelos en la lengua. Lanzándose a la primera persona que viera para hablar despreocupadamente… —Miró fijamente el rastro de sangre que lo llevaba a un lugar en específico—. Si, esta rogando algo… y creo no ser el único que lo notó”.
Frente a los empujones de la gente común, Heizou no tardó en ver que hay más de una persona que le puso atención, demasiada atención al sujeto con quién habló, pero no se pudieron acercar lo suficiente como para tener una charla con el. Sin embargo, como si fueran seres embobados por una belleza, siguieron el rastro que parecía sangre, pero que no lo es sin pensar dos veces los pros y contras de la situación.
ESTÁS LEYENDO
𝐌𝐚𝐫𝐢𝐨𝐧𝐞𝐭𝐚 𝐃𝐞 𝐂𝐚𝐫𝐧𝐞 (𝐇𝐞𝐢𝐬𝐜𝐚𝐫𝐚)
FanfictionEn la comisaría los casos de hace siglos son el amor de Heizou, un detective que se ha ganado su reputación a base de su manera "rustica" de concluir casos especiales. Entre ellos el caso de: "La dictadora y su marioneta inmortal" le llamo la atenci...