𝗖𝗮𝗽𝗶́𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗼𝗰𝗵𝗼

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Buster Pov (Otra vez porque me encanta su punto de vista) TW: Sugestivo

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Buster Pov (Otra vez porque me encanta su punto de vista) TW: Sugestivo

No sabía donde estaba, al parecer, era mi habitación, sin embargo, esta se veía mas oscura de lo normal.

Algo estaba extraño, esa no era mi habitación, solo alguien super cool como yo tendría posters de los X-Men.

Esa habitación no tenía nada característico mío, lo único que se me hacía conocido eran elementos del Kong-fu, un entrenamiento personal que me recordaba a alguien.

Estaba centrado en examinar la habitación, pero, empezaba a sentir la presencia de otra persona, que, al principio, no me había dado cuenta que estaba ahí.

No quería voltear, la mirada ajena caía sobre mi, y mas por estar husmeando en la habitación de tal alma.

Escuché como sonaron palmadas en la cama ajena, como si me estuviera llamando. Claramente no iría hasta que la misteriosa voz hablara, no era tan idiota.

Me límite a no voltear, me hice el difícil concentrándome en mi sombra, ignorando las palmadas de aquella alma.

—¿Por qué no vienes?, ¿no quieres esto?—La voz misteriosa me llamo, esa masculina pero delicada voz, era de Fang.

Volteé al reconocerlo, pero, mi sorpresa fue mayor a la que me esperaba—¿Fang?—Pregunté confundido, el estaba acostado en su cama, ahí es donde había entendido que era su cuarto.

La mirada del chinito era seductora y cansada, su voz era grave y tenía el cabello desordenado, se veía hermoso.

No pude con la tentación, y no pude evitar subirme a su cama, correspondiendo a sus llamados necesitados.

Me posicione a su altura, quedando acostados de nariz a nariz.

El me veía fijamente con esos ojos rasgados, el no tardó en agarrarme del rostro, a lo que yo no pude evitar agarrar su delgada cintura.

Nuestros rostros estaban tan juntos, que no dudaría en plantarle un beso al chinito, pero, Fang es Fang, el me mataría...

Para romper tal tentación, mire a otra parte, desviando la mirada, pero, lamentablemente mi vista se había clavado en otra parte.

Su entrepierna. El tenía cruzada sus piernas y apretaba sus muslos. Para mi sorpresa, la tentación se hizo mas grande, no podía soportarlo.

A juzgar por mis manos ambulantes en su espalda, sabía que mi mirada era de sorpresa, no quería incomodarlo sabiendo que estábamos en un momento tan... ¿raro?

Me sonroje como tómate, el ambiente era tan irreal, porque aparte, una música rock inundaba la habitación. Lo único que podía centrarme era en los ojos rasgados del chinito y las canciones tan pegajosas.

—Puedes besarme—Aclaró Fang, con una voz seria, no parecía ser el, el nunca se dejaría besar por alguien como yo.

Su rico olor a un perfume de perla se apoderaba de mis pensamientos, y en mi distraída mente, me beso, acercándose más.

𝗖𝗵𝗶𝗰𝗼 𝗿𝗮𝗿𝗼 | 𝗕𝘂𝘀𝘁𝗮𝗻𝗴Donde viven las historias. Descúbrelo ahora