𝐅𝟐| ❝ El fuego y el hielo jamás podrán relacionarse. No nacieron para estar juntos. Por eso tu cuerpo está divido en dos, esa es también la razón por la cual nunca podrás estar con ella, Shoto Todoroki. Porque el fuego y el hielo solo pueden dest...
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──────────────────────── ᴀʀᴄᴏ ᴅᴏs ——— ❛Cuéntame de mi origen.❜ ──────────────────────── Omnisciente. ────────────────────────
Era temprano en la mañana, los alumnos de la clase 1A se encontraban preparando desayuno o apenas levantándose—, entre ellos, Kai se encontraba alistándose por costumbre rutinaria de cuando vivía en su casa—. Aunque fuera a estar todo el día en la alianza y no en clases, le gustaba peinarse y ponerse prendas cómodas para el día. La convivencia con sus compañeros aún no era fácil, pues la albina optaba por quedarse en su habitación y alimentar su breve soledad. Kai se había acostumbrado a que en su hogar solo eran su madre y ella. Convivir con otras personas que tienen manías o costumbres diferentes le era hasta un poco abrumador. En sí, no le quitaba el hecho de querer acercarse a ellos y convivir, haciéndolos parte de su vida diaria, pues ya formaban parte de eso en el ámbito escolar y estaría juntos mucho tiempo. Y aún así, le aterraba ese simple hecho.
Peinó su cabello de forma delicada, afuera de su habitación se oía alguna de las chicas pasar. No podía medirse mentalmente con ellas, porque Kai aceptaba que algo en su mente la castigaba continuamente. Pensar en su madre y en lo que detonó todo, sin duda la había dejado un vacío tanto emocional, como mental. La ira que estaba en su interior no era capaz de salir y no podía aceptar convivir con personas que no sabían lo que había pasado—, más cuando ella ve un camino de sangre que nadie más ve, como si estuviera enloqueciendo—. Quito esos pensamientos de su cabeza y respiro hondo, quería estar calmada y serena para desayunar con los demás. Sin duda alguna Kai quería que unos ojos la miraran de la forma en que siempre la veían, temía encontrarse con Shoto y no poder disimular el hecho de que ella aún vivía encantada con él como cuando tenía cinco años. No entendía el amor, era extraño porque ambos aún eran unos adolescentes que no entendían sus sentimiento sí pero se extrañaban como nunca.
—¡Kai!—afuera de su habitación se oyó la voz de Izuku; su mejor amigo se oía emocionado y a la vez muy desesperado.
—¿Qué sucede?—le preguntó Kai al abrir la puerta, mirándolo todo agitado como si hubiera estado con por todos los pasillos.
