☆ ; "I bet on losing dogs". [Charlos]

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[⚠️] Advertencia:

Mención de s4ngr3, 4bort0 espontáneo, Charlos omegaverse (levemente).

Algo muy, muy corto dedicado a una personita de "El Club de las Tilapias" que deseaba una historia así, hice lo mejor que pude, aún estoy adolorida por mi cirugía.

¡Gracias por su apoyo! Este fin de semana subiré el OS Yukierre que les prometí.

Lean la nota al final de la historia, porfis, es una sorpresita para ustedes.

Love ya', bebesines. ♡

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Hacía frío, muchísimo.

O quizás, su cuerpo le estaba advirtiendo sobre lo que estaba por venir.

No lo supo con exactitud hasta ese momento; el sonido de la sirena de la ambulancia lo escuchaba como un lejano eco, una mascarilla de oxígeno cubría su nariz y boca, la mirada llena de preocupación y miedo de su Carlos era lo poco que podía notar con claridad.

Negó e intentó levantar la mano, pero se sentía tan débil, respiraba con dificultad, la gran mano de Carlos sostenía la suya, labios rojos le hablaban pero él no podía escuchar.

Bebé, mi bebé, quiso decir, pero las palabras se atoraron en su garganta.

— ¿Charles?

Escuchó a lo lejos la profunda voz de Carlos llamarlo con su marcado acento español, por alguna razón, el tono tan doloroso y preocupado con el que lo dijo le hizo querer llorar, pero no podía, el sedante era suficiente para mantenerlo pendiendo en la delgada cuerda entre la consciencia e inconsciencia.

Los conocidos dedos de su pareja le acariciaron el cabello mientras un beso era depositado en su frente, el en serio quería, no, necesitaba hablarle a Carlos, necesitaba preguntarle que pasaba y, sobre todo, necesitaba saber si su cachorro estaba a salvo.

— Ca... Los... — Susurró arrastrando las palabras.

El mencionado negro, sus ojos estaban enmarcados en rojo debido a lágrimas sin derramar.

— Tranquilo, Char, aquí estoy, siempre estaré. — Carlos le dijo apretando su mano.

Charles negó, no sentía gran parte de su cuerpo, las luces blancas lo desorientaban y marcaban aún más.

— Bebé... — Susurró — Bebé, bebé, mi bebé...

Carlos dejó caer su cabeza en un gesto derrotado.

— Está perdiendo mucha sangre — La voz de una mujer se escuchó —. Señor Sainz, el producto no...

Y se desmayó, todo se apagó, así como la vida en su vientre.

Escuchaba el canto de las aves, la calidez del sol le besaba la cara, el aroma a naranja e hibisco llegaba a su nariz, un aroma más que conocido para él, sin embargo, a este se había sumado el aroma a petricor, lluvia, tristeza.

Con pesadez abrió los ojos notando su mano entrelazada con la de su pareja quien dormía con la cabeza apoyada a la orilla de la camilla; el dolor le recorrió desde la punta de los pues hasta el estómago y gimió, el hombre que estaba dormido despertó de golpe y lo miró con ojos preocupados.

— Charles, amor — Llamó —. Tranquilo, estas en el hospital.

Charles talló sus ojos e intentó reincorporarse siendo detenido por Carlos.

— No, príncipe — Negó acariciándole la mejilla con un rastro de barba —. Recuéstate, descansa, llamaré a la enfermera, ¿Si?

El de ojos verdes gimió exhausto y miró a su alrededor, su corazón latía desenfrenado, se sentía extraño, como si algo faltara, un extraño vacío. Vio a Carlos salir de la habitación y tomó un vaso de agua que se hallaba en la mesa de noche a un costado de su camilla.

Gimió al sentir el agua recorrer su irritada y pastosa garganta, fue, entonces que algo dentro de él le pidió llevar sus manos entre sus piernas, estás se empaparon, y con rapidez las levantó hacia su rostro, estaban teñidas de color carmesí; un grito se alojó en su garganta ante la vista, era mucha sangre, se quitó la sábana que lo cubría y miró la gran mancha que se formaba debajo y entre sus muslos, un agudo espasmo recorrió su vientre y gritó, lágrimas bajaban por su rostro.

La puerta de la habitación fue abierta con fuerza entrando tanto un galeno como su enfermera así como Carlos quien se quedó estático, Charles se hizo un ovillo mientras el dolor en sí vientre lo derrumbaba, sin embargo, nada era comparado al dolor de saber lo que había pasado.

Había perdido a su bebé, a su Rafael.

Entre la penumbra del dolor, vio como sacaron a rastras a Carlos, conocía a quien se había llevado a su esposo, era Fernando, un gran amigo de ambos.

De nueva cuenta, cayó en la inconsciencia, con su corazón y sueños rotos.

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Un año había pasado, un año de haber perdido a Rafa, su cachorro y de Carlos.

Una mano fue a parar a su vientre dándose un suave masaje, miraba distante hacia las margaritas rojas que había sembrado en memoria de su bebé, bebió de su té y suspiró.

Ya no albergaba ninguna esperanza, los médicos habían sido claros desde un inicio, el útero de Charles poseía ciertas anomalías relacionadas con sus ovarios, en donde los quistes crecían de forma preocupante, se sometió a tratamiento pero nada había funcionado, no importa cuanto se había cuidado y cuanto Carlos había cuidado de él, había sido inútil.

Un nudo creció en su garganta haciéndole derramar lágrimas. Volvió a mirar hacia las flores con atención hasta que un tirón en sí pantalón lo saco de su ensoñación, con curiosidad miró hacia abajo, un cachorro mordía la tela y la jalaba mientras gruñía bajito.

Una de sus cejas se arqueó y miró hacia el frente, Carlos estaba ahí, tan guapo y cálido como siempre, una sonrisa estaba plasmada en aquella boca que tantas beses había besado, miró de nueva cuenta al cachorro y sonrió.

Charles tomó al pequeño perrito entre sus manos y lo colocó en su regazo, este ahora mordía su suéter tejido y meneaba la cola; Carlos se acercó y besó su frente a la vez que acariciaba la cabeza del pequeño cachorro.

— Se llama Pelusa — Dijo el español — y ahora es nuestro amigo.

Charles le sonrió y limpió sus lágrimas con la manga de su suéter, una sonrisa iluminó su rostro.

— Gracias, mon amour... — Dijo — Gracias por amarme.

Leo ladró bajito y miró a ambos con sus grandes ojos café, Carlos le revolvió el cabello a Charles y le tendió una pequeña pelota.

El monegasco bajó a Pelusa de su regazo y lanzó el juguete el cual él cachorro persiguió al instante. Carlos siguió jugando con el cachorro mientras el miraba, quizás la familia que estaba destinada a él no era la convencional.

FIN

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¡Wow, recién regreso a esta cuenta después de mí cirugía y vi que habíamos llegado a 2K de visualizaciones! Son maravillosxs, bebesines.

Bueno, la pequeña sorpresa que les tengo es: ¡Ustedes elegirán la historia de un shipp! Sip, como leyeron, yo les pondré la temática de la siguiente historia y ustedes elegirán que shipp desean que se desarrolle en esa temática, ¿Quedó claro?

Por ejemplo: "A conoce a B en la escuela secundaria y viven su romance adolescente", ustedes me dirán de que shipp desean ver esa historia.

Bien, esta es la propuesta: "En un mundo donde los híbridos son conocidos por ser especiales y únicos en clase, A conoce a B cuando este cae en una trampa muy dolorosa que lo deja malherido, poco a poco los sentimientos florecen y ambos aprenden el uno del otro".

Inserten aquí los shipps que desean ver y si quieren dedicatoria, igual.

Bueno, eso es todo, no me queda más que agradecerles por seguir aquí, aun sigo recuperándome pero estamos saliendo adelante.

¡Nos vemos!

Sinceramente, Nini. ♡

Playlist. [F1&F2 OS]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora