Coriolanus Snow es el candidato más joven para la campaña de la presidencia de Panem, pero sus planes se ven frenados al notar que no tiene el apoyo del Capitolio debido a que su situación personal no refleja los pensamientos de las personas así que...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
—No te muevas— Dijo Venus mientras tomaba la cabeza de su hija y la ponía derecha, tomó la plancha para el cabello, agarro un mechón no muy grueso para después enredarlo en la plancha y tiro para crear un efecto ondulado, la mujer miró orgullosa pues luego de un rato de intentar ondular por completo el cabello de su hija al fin pudo lograrlo, peino el cabello para que lo ondulado se viera mucho más natural y Venus esbozo una sonrisa plena. —Al fin, te ves preciosa.
Asteria se miro al espejo del tocador, llevaba una capa gruesa de maquillaje sobre su rostro, los ojos los tenía pintados de un color casi natural pero con un delineado muy delgado, sus pestañas habían sido rizadas, sus labios tenían un color rojo carmesí, además llevaba joyería que le dejó ver que este debía ser un dia bastante especial para que sus padres quisieran que usara las perlas de la familia, había preguntado el asunto de la cena de esta noche pero su madre solamente se limitó a decir que sería una solo cena familiar, pero esto ya era diferente a como solían ser las cenas familiares que tenían, Venus nunca le pedía tanto a su hija a menos que hubiera una visita importante. Llevaba un vestidos azul marino, con mangas largas, escote en corazón y la falda larga hasta unos 5 dedos por debajo de la rodilla la tela era suave y brillosa pero no lo suficiente para ser satine.
—Vulkan y Apolo han llegado, señora— Anunció el ama de llaves desde la puerta de la habitación, ante tal noticia el rostro de Venus se iluminó por la llegada de sus dos hijos así que rápidamente se miro al espejo para cerciorarse sí se miraba bien, después de unos segundos mira a su hija a través del espejo y decir. —Un Avox vendrá a por ti cuando ya todo esté listo y no te vayas a acostar en la cama porque los rizos se van.
Exige en un tono hostil luego se da la media vuelta y salir por fin de la habitación dejando a Asteria con el estómago en la boca ese comentario solamente le había confirmado esta noche sería importante, la visita de Coriolanus de seguro tenía algo que ver con este dia, trago en seco ante la creciente sensación de nerviosismo que estaba creciendo dentro de ella y que se quedaba atrapado en su pecho, pero no sabia a que se debían estos sentimientos que la estaban agobiando.
Los minutos pasaron con lentitud que para la misma Asteria parecían años, había comenzado a jugar con las mangas de su vestido para intentar distraerse de aquellos pensamientos que comenzaban a bombardear su cabeza "¿Me recordara?" "¿Sabra quien soy?" "Habrá pasado demasiado tiempo" El peluche de un perrito estaba en su cama entre sus dos almohadas, aquel amigo había sido su confidente por tantos años, Asteria podía tener 27 años y aun así dormía con un muñeco pero es que no era cualquier muñeco de felpa tenía todo un contexto de fondo. La puerta se abrió dejando ver a un Avox, se puso de pie se limpió el sudor de sus manos con su vestido y siguió a la mujer pelirroja bajó las escaleras acariciando el pasamanos sin darse cuenta que su familia la estaba esperando desde abajo junto a cierto rubio que estaba al pie de las escaleras, quien al verla se sintió un poco intimidado ante la presencia de ella, se había hecho un poco a la idea (Más bien convencido a sí mismo) que Asteria Kennedy sería solamente una copia más de Livia Cardew; una chica que desde a leguas se notaba lo malcriada, sin clase y educada que era, pero Leto había tenido razón pues su hermana derrochaba un rayo de elegancia natural la cual no se veía para nada forzada ni fingida es como sí ella hubiera nacido con su refinamiento. Cuando ella estuvo apunto de bajar él le ofreció su mano, Asteria contempló la mano por un segundo y parecía analizar al rubio bajo una mirada calculadora, Coriolanus pudo ver sus ojos cafés estudiando luego bajó sus manos hasta la mano para después pasar de ella y bajar por sí sola los escalones Vulkan tuvo que ahogar una risa dentro de él al ver el comportamiento de su hermana más cercana en edad, su esposa que estaba junto a él le dio un codazo en las costillas del menor de los hombres para que se comportara, pero ella noto que en su otra mano llevaba una peonía blanca.