Coriolanus Snow es el candidato más joven para la campaña de la presidencia de Panem, pero sus planes se ven frenados al notar que no tiene el apoyo del Capitolio debido a que su situación personal no refleja los pensamientos de las personas así que...
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Asteria se miró al espejo con el vestido de novia que su madre le había elegido, no le gustaba, sí fuera por ella hubiera escogido uno más sencillo, pero aquí estaba mirándose con un vestido grande corte princesa de color champán y de tela satén, no le agradaba, ya que era muy grande para su gusto y demasiado pesado para llevar aquel día, aun así en todo los preparativos ella no tuvo voz ni voto, su madre siempre elegía por ella sin importarle su opinión al respecto, ya sean flores o incluso las invitaciones.
—Este es— Dijo Venus, mientras acariciaba el vestido, era como ver a una niña cumpliendo su sueño de vestir a una muñeca de verdad, aunque eso lo hiciera todas las temporadas cuando había que hacer un desfile de modas. La chica que las estaba ayudando a encontrar el vestido noto que la joven llevaba una mirada triste, cuando Asteria se quitó el vestido pudo respirar bien de nuevo, su madre le había hecho escoger un vestido unas tallas menos a lo que ella realmente llegaba a usar. Cuando llego de nuevo al lado de su madre pudo escucharla, presumir quién era su hija.
—Es Asteria Kennedy, la prometida del candidato Coriolanus, deberían de verlos están tan enamorados el uno del otro— Dijo la mujer orgullosa mientras acariciaba el cabello de su hija como sí este fuera de oro, ambas dependientas se miraron entre sí, sin poder creerle a la mujer, aun así le dieron una sonrisa amable, Venus no paraba de presumir en cada lugar que su hija era la futura esposa de actual señor Snow.
Cuando llegaron a la mansión Kennedy la joven se sorprendió al ver al nombrado en la casa esperando por ella en el salón de visitas, Venus se había apurado a comentar cada uno de los preparativos de la boda dejando al rubio desconcertado por el comentario, puesto que él esperaba que su prometida fuera la que tuviera todo el poder de las decisiones en aquel momento importante para ella.
—¿Entonces no estás decidiendo tú?— Le pregunto Coriolanus directamente a Asteria, ella lo miró un segundo para después negar, el joven puso sus manos en un puño, necesitaba que ella empezara a tomar las riendas de su vida, no solo la necesitaba por los votos, sí no también para que en algún momento le ayudara a gobernar. Desvía su mirada a algún lugar que está detrás de Asteria, para después mirarla por el rabillo del ojo. —Vas a tomar de ahora en adelante las decisiones de la boda, todo tiene que ser como tú quieres, no como tu madre lo desea, ¿Me entendiste?
Asteria subió su mirada a Coriolanus y lo vio con ese porte intimidante que tiene además de eso que impone bastante respeto, por la forma en la que había dicho tan brusco y critico ella supuso que a él no le había gustado para nada lo que estaba ocurriendo en aquella casa, Asteria asintió desviando la mirada de aquellos ojos azules que conoce bien, el chico se gira para mirar a su futura suegra con desdén.
—Quiero comentarle señora Kennedy que...
—Ay llámame Venus seré tu suegra dentro de poco— Lo interrumpió ella y puso su mano en el brazo del muchacho dicha acción lo hizo sentir asqueroso, sí de por sí Coriolanus odiaba que las personas lo tocaron que ahora esta mujer se tomaba la libertad de poner su mano en su brazo era mucho peor, así que él lo quitó con una cara de asco.