the coffee shop across the street

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Trabajar como florista no es precisamente la idea favorita de profesión para Max, pero acaba de graduarse de secundaria y aún no se siente listo para ir a la universidad, sus padres lo apoyan en su decisión de postergar su estudio bajo la condición de trabajar durante ese tiempo ya sea en el negocio familiar o en otra parte, y bueno, qué mejor que hacer lo que le han enseñado desde que era un niño.

Hoy es su primer día de trabajo, se la ha pasado arreglando ramos y anchetas que han sido encargadas, siempre ha sido bueno para las manualidades pero nunca le ha agradado la idea de vivir de ello, así que en su tiempo libre ayuda a su madre a arreglar las bonitas flores.

Mientras termina de poner un listón en uno de los ramos de rosas rojo brillante, escucha la campana de la puerta sonar y su mirada se desvía a ella.

Queda perplejo ante la imagen de un bonito chico de ojos verdes y cabello despeinado, vestido de tonos marrones y un delantal blanco que hace que se vea extremadamente cálido y cómodo, lastimosamente un ardor en su dedo lo hace dejar su análisis de lado.

"Mierda!" Accidentalmente se ha quemado el dedo con el silicón caliente, tira la pistola de silicón sobre el mostrador y se lleva el dedo frente los labios para soplar suavemente.

"Ten cuidado, se ve que eso dolió." Una voz masculina pronuncia con burla.

Max con su ceño fruncido y un puchero inmaduro en sus labios estuvo a punto de responder el comentario de la manera más grosera posible, hasta que levanta la mirada para ver al autor de este.

"Oh, sí, soy un poco torpe." Admite y sonríe lo más amablemente posible al guapo extraño. "Lo lamento, bienvenido, cómo puedo ayudarte."

El joven también le sonríe carismático y por alguna razón las mejillas de Max se tintan de rosado.

"Vengo por un encargo para la cafetería de enfrente, mi nombre es Charles Leclerc."

Max asiente y le señala que lo espere un momento mientras lo busca y segundos después vuelve con el ramo de tulipanes en manos, entregándoselo al joven.

"Gracias, ¿eres Max, verdad?" Sonríe al recibir un asentimiento del menor. "Te pareces mucho a tu padre, me ha hablado de ti antes."

"Lamento decir que no es mutuo, Charles, mi padre no me ha hablado de ti. ¿Trabajas en Sparks Coffee? No te había visto antes."

"Sí, soy el dueño."

Max reacciona con genuina sorpresa y ve al mayor bajar su mirada apenado.

"¿Enserio? Te ves muy joven..."

"Gracias, tengo 21, lo logré con mucho esfuerzo y ayuda de mi familia."

"Eso es increíble. No me he presentado correctamente, mi nombre es Max Verstappen, tengo 20 años y soy tu vecino, y florista de confianza, un gusto conocerte."  Max ofrece su mano y Charles lo mira con una ceja alzada pero igual completa el apretón.

"También es un gusto conocerte. Tengo que irme pero ya sabes en donde encontrarme, Max."

Basta con que Charles atraviese la puerta nuevamente para que Max suelte un suspiro y vuelva a respirar con normalidad.

La calma le dura un par de segundos hasta que siente un dedo picar sus costillas y una risa conocida detrás suyo, brinca lejos del toque de su madre con su corazón latiendo acelerado.

"Maxie~ ¿te ha parecido lindo el vecino? Mírate, estás todo rojo." La mujer se burla de él, Max se cubre el rostro avergonzado.

"Mamá, déjame en paz." Se queja. "Solo creo que es un poco interesante..."

Vainilla latte y Un ramo de tulipanes - LestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora