...La semana pasa lenta, la tienda afortunadamente tiene pedidos fijos pero tampoco es temporada alta, así que Max pasa sus días en la parte de atrás, armando arreglos, separando las flores frescas, limpiando y bromeando con su padre, mientras le permite a su madre atender a los pocos clientes que son, en su mayoría, sus amigas que vienen más por la charla que por la compra.
Esta vez nada es diferente, la mañana es bastante bella, mientras el sol comienza a calentar las calles y estas mismas se llenan de personas iniciando sus rutinas, Max riega algunas plantas que su madre tiene en el patio trasero de la tienda que no son para la venta, y aunque se siente ridículo, les habla bonito porque así es como su madre le enseñó.
"Oh, hoy te ves más bonita que ayer, chiquita, te daré un poco de agua para que sigas creciendo, no me decepciones." Murmura a uno de los retoños pero es interrumpido por la voz alegre de su madre que lo llama desde el frente y él corre a ayudarla de inmediato.
Lo que no se esperaba era ver a Charles allí parado frente al mostrador, perfectamente estilizado de pies a cabeza como siempre, mientras él viste un delantal manchado de su padre, tiene unos guantes amarillos horribles puestos y su cara probablemente manchada con tierra. Se siente definitivamente avergonzado bajo la mirada del mayor que ríe bajito ante la vista.
"Hijo, te mandé a regar las plantas no a comer tierra." Regaña su madre y se acerca a él, le limpia las mejillas con sus pulgares y le quita los guantes de las manos, avergonzándolo aún más frente a los ojos verdes que lo observan con gracia. "Atiende a Charlie, yo seguiré atrás."
Max asiente derrotado y cuando la mujer los deja solos opta por sonreír como si nada hubiera pasado.
"Buenos días, Charles. ¿Vienes por algo en especifico o tu encargo de siempre?"
"Lo de siempre, Maxie. Tus padres te miman mucho, eres hijo único, ¿no?" Charles pregunta amablemente mientras observa atentamente al menor organizar su pedido.
Max asiente con una sonrisa, "Sí, a veces pueden llegar a ser un poco exagerados y sobreprotectores, pero agradezco mucho tener unos padres que me aman tanto."
Charles asiente y ambos caen en un silencio cómodo, cada cierto tiempo Max le envía miradas a Charles que son correspondidas con dulces sonrisas.
Minutos después Max finalmente pone el arreglo de tulipanes coloridos sobre el mostrador y recibe el dinero que le ofrece el mayor.
"Muchas gracias, Maxie."
"Gracias a ti por la compra, Charlie. Por cierto, te ves muy bonito hoy." Sus codos se apoyan en el mostrador y sus ojos brillan esperando una reacción del barista que solo ríe bajito y niega emocionado.
De repente Max siente el toque cálido del pulgar de Charles acariciando su mejilla.
"Tenías un poco de tierra ahí. Te veo luego, lindo." Se despide el mayor y se va por donde llegó, dejando un joven rubio atontado casi babeando sobre el mostrador.
...
"No lo sé, mamá, quizás es muy pronto, casi ni nos conocemos." Max duda esa misma noche mientras lava la loza y su madre la seca. La mujer le aconseja que invite a Charles a una cita pero Max no se siente muy seguro al respecto.
"Exactamente! Si comienzan a salir se conocerán más y sabrán si realmente se gustan." Afirma emocionada.
"Tienes razón...Lo pensaré. Charles es muy guapo, es obvio que hay hombres intentando salir con él a diario."
"Si sigue soltero es porque espera al indicado, y ese podrías ser tú."
...
Así que al día siguiente Max pone un pie fuera de su casa temprano en la mañana y camina hasta su lugar de trabajo con el frío viento haciéndolo titiritar.
Aunque en realidad no se dirige a la floristería sino a la cafetería frente a esta, cuando llega ya hay uno que otro cliente desayunando en las mesas decoradas con jarrones con las muy conocidas flores y al entrar, la campana sobre la puerta lo delata e inmediatamente se encuentra con esos ojos verdes que miran curiosos en su dirección y sonríen tras notar su presencia.
Sin embargo, Charles no está en la barra como de costumbre sino sirviendo a una mesa, así que a Max no le parece prudente interrumpirlo en su trabajo y decide acercarse a la caja y ordenar lo primero que se le viene a la mente al chico que atiende.
"Yuki! ¿Puedes atender la mesa 4? Yo tomo esta orden" Charles llama la atención del chico de rasgos asiáticos con prisa y este asiente con una sonrisa juguetona antes de alejarse.
"Hm, ¿ansioso de verme?" Max pregunta con seguridad haciendo que las mejillas del mayor se coloreen.
"No...Osea sí, digo, me agrada tu presencia, Max. Dime, ¿en qué puedo servirte?"
Max ríe bajito ante los nervios ajenos y ve a Charles rodar los ojos y mantener una expresión de fingida molestia.
"Dame un vainilla latte, con extra sonrisas en ese rostro amargado."
"Tonto..." Susurra Charles apenado mientras raya un vaso desechable con un marcador.
"Charles." Max aprovecha que el mayor no lo mira para sacar algo de su bolsillo y ofrecérselo, Charles observa su mano, más no lo observa a él.
"Max" Charles susurra sin aliento y lo mira a los ojos con una expresión que el neerlandés es incapaz de descifrar, está seguro que está a punto de ser rechazado. "Por favor dime que me estás coqueteando porque si solo estás siendo amable voy a estar muy decepcionado."
A Max lo toman por sorpresa las palabras del mayor y tarda un segundo en empezar a asentir frenéticamente, aún procesando qué está pasando. "Sí, claro que sí. De hecho, planeaba invitarte a salir si aceptabas el obsequio."
Finalmente el rostro de Charles se relaja y ambos vuelven a respirar con tranquilidad, entonces Max siente a Charles tomar la pequeña caja de su mano y recuerda que aún tenía la mano extendida.
"Cómo podría no aceptarlo, es hermoso. Gracias, Maxie."
En la caja de terciopelo negro hay un delicado brazalete plateado bastante minimalista, sin embargo, lo adorna un único dije, un auto de carreras color rojo Ferrari.
Max sonríe en grande, orgulloso de sí mismo.
"¿Cómo supiste que me gusta la Fórmula 1?"
"En realidad, pensaba regalarte chocolates pero llegué a la conclusión de que ya estarías cansado de la comida dulce, y recordé que la última vez vi tu llavero mientras cerrabas, solo saqué conclusiones."
A la mente de Charles viene su llavero que es una versión mini del casco de Senna, se sorprende ante lo detallista que es el muchacho frente a él y termina por solo sonreír tontamente y negar con su cabeza.
"Pues me encantó. Muchas gracias, Maxie, de verdad. Y, referente a la cita, es un sí definitivo."
"¿Estás libre en la noche?"
"Pasa por mí a las 8" Charles sonríe atontado, algo en su pecho le dice que posiblemente ha encontrado el amor que tanto ha buscado.
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Vainilla latte y Un ramo de tulipanes - Lestappen
FanfictionA Charles le gustan los tulipanes, que también le guste el chico que los vende es solo un bonus....