you'll never walk alone again

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"Buenos días, bonito." El neerlandés susurra cuando los ojos de Charles se abren finalmente, le derrite el corazón el cómo la primera reacción de su pareja al verlo es reír débilmente. "¿De qué te ríes?"

"Es que te ves como un cachorro, esperando a que me despierte para que te de atención, mirándome tan enamorado. Siempre quise una mascota, ahora tengo un novio." Las carcajadas de Charles se hacen presentes de nuevo pues Max arruga su nariz ante la comparación.

"Supongo que seré lo que tú quieras. ¿Cómo te sientes, mi vida?" Max se rinde y solo sonríe de vuelta, está satisfecho siempre y cuando Charles siga con esa expresión alegre tan diferente a la que tuvo todo el día anterior.

"No perfecto, pero ya no me duele la cabeza, ni tengo náuseas, tampoco fiebre. Creo que un baño caliente y un buen desayuno ayudarán mucho."

Max asiente, listo para levantarse y preparar esas cosas para Charles cuando alguien toca la puerta de la habitación suavemente y una voz ridículamente similar a la de Charles habla del otro lado.

"Buenos días, tortolitos. Ya me voy, pero les dejo desayuno en la barra."

Es increíble lo rápido que Charles se sienta en la cama ante esas palabras, cierra sus ojos con fuerza pues el brusco movimiento le marea. Max le ayuda a salir de la cama con más cuidado y alcanzar a Arthur antes de que se vaya.

Encuentran al menor en la sala poniéndose los zapatos, sonríe al verlos como si ayer no hubiera derramado cada lágrima restante en su cuerpo.

"Hey, ¿a dónde vas tan temprano? No te estoy echando." Charles suena preocupado.

"Tengo clase más tarde y debo volver a casa, tal vez arregle las cosas con papá y mamá, sé que sólo intentan protegerme. Además, creo que hoy iré a ver mi primer apartamento." El monegasco menor camina hasta su hermano y lo abraza con cuidado de no lastimarlo, Charles suspira con alivio sobre su hombro, correspondiendo el gesto de cariño.

"Me hace tan orgulloso ser tu hermano mayor, Arthur. Piensa siempre en tu felicidad, pequeño y prométeme que me buscarás si algo sale mal, si tienes hambre, te sientes mal, necesitas trabajo o incluso si te rompieron el corazón. Dejarás ese orgullo de Leclerc a un lado y me dejarás ayudarte."

"Lo prometo, Charlie. Soy afortunado de tenerte en mi vida."

Cuando se separan y Arthur parece listo para irse, sus ojos caen en el otro joven dentro de la habitación que los mira con cariño, Max le sonríe ampliamente y se acerca para revolverle el cabello como si de un niño se tratase.

"Sabes que también cuentas conmigo, Arthur, no importa lo que pase entre tu hermano y yo, siempre puedes buscarme si necesitas algo." Max es sincero, no puede evitar encariñarse con el menor rápidamente.

"Gracias, Max. Y muchas gracias por cuidar de mi hermano, me alegra mucho verlo tan enamorado y que sea correspondido, se lo merece." Arthur no duda en lanzarse a abrazar al rubio y aunque este se sorprende, lo devuelve con cariño.

Por el rabillo de su ojo, Max alcanza a ver la expresión conmovida de Charles y sus ojitos cristalizados ante la escena.

"No me agradezcas por tratar con amor a la persona que amo, tu hermano me brinda tanto como yo a él, aunque yo también estoy agradecido de que un chico tan encantador se haya enamorado de mí."

Arthur ríe a su cursileria y se despide un par de veces más antes de retirarse del hogar, dejando de nuevo a la pareja sola que se miran deseosos hasta que la puerta se cierra.

"Pensé que no podías ganarte más mi corazón, y ahora te veo aconsejar a mi hermanito, abrazarlo, tratarlo con genuina amabilidad, y siento que...no me importaría formar una familia contigo algún día." Las mejillas aún un poco pálidas del mayor se tintan de un rosado fuerte, su mirada baja a sus nerviosos dedos y solo sube cuando siente a Max muy cerca suyo.

Vainilla latte y Un ramo de tulipanes - LestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora