Final: you know where to find me...

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Arthur corre con prisa por los pasillos, cree que tal vez en sus diecinueve años de vida nunca había tenido que apurarse tanto en moverse de un lugar a otro. Entra a una de las habitaciones casi llevándose la puerta por delante y llamando la atención de todos los que se encuentran en el interior.

"Max, aquí está tu café." Extiende la bebida al hombre sentado en el medio, Max le sonríe y apenas lo mira porque una chica que no conoce le está pasando una brocha de maquillaje por las mejillas.

"Te tardaste casi una hora."

"Bueno, Charles quiso hacerlo él mismo. No entiendo la importancia de ese maldito latte de vainilla en su relación pero espero sea mucha porque he corrido sin parar toda la mañana."

Max tiene esa sonrisa atontada en su rostro mientras observa el vaso desechable lleno de café, "Sí, es bastante importante y cursi. Gracias, Arthur."

"Está bien, ya me voy. Mucha suerte hoy, Maxie."

"Arthur, espera" Llama apurado el mayor y hace que el monegasco se detenga frente a la puerta y le vuelva a ver. "¿Me haces un favor? Llévale eso a Charles."

El menor asiente y toma en sus manos el ramo de frescos tulipanes blancos que Daniel, el mejor amigo de Max, le extiende amablemente.

Entonces tiene que correr de nuevo, bajar tres pisos, encontrar la habitación en el pasillo y entrar en ella con prisa para encontrarse con Charles y Yuki que lo juzgan con la mirada tan pronto lo ven respirando acelerado y limpiándose el sudor de la frente con la manga de su traje.

"Max tiene su café y por la forma en que se quedó mirándolo como idiota hasta que me fui, lo tienes perdidamente enamorado." Dice en dirección a su hermano que se sonroja de inmediato. "Además, te mandó esto."

Los ojos de Charles brillan ante el objeto que pronto está entre sus manos. No, no es el primer ramo de flores que recibe de parte de Max, tampoco será el último, pero es tan especial.

"Charles, es hora." Lorenzo informa asomándose por la puerta. "Te espero en el auto."

Entonces Charles empieza a sentir los nervios subir por sus pies, tiene que cerrar los ojos e inhalar un par de veces para intentar calmarse.

"Te preocupas tanto incluso teniéndolo amarrado a tu meñique, no es como que vaya a decirte que no." Yuki comenta, estirando sus brazos para acomodar prolijamente el moño en el cuello de Charles y retocar un poco su cabello.

"Sé que aceptará y eso me hace querer esforzarme más por él, Yuki. Es un chico tan increíble y no merece conformarse con alguien que no le ofrece lo mismo."

"No creo que eso pase, te desvives por ese hombre." Arthur agrega y Charles sonríe satisfecho.

...

Charles siempre ha sido un romántico empedernido, el típico adolescente obsesionado con las novelas clichés y las relaciones idealizadas, con los años comenzó a ser realista, dejó de buscar por una pareja ficticia.

Sin embargo, el destino tenía deparado para él no sólo un hombre salido de una novela romántica sino un artista que movería cielo y tierra por hacerlo feliz.

Poco a poco la vida que siempre soñó y creyó imposible comienza a hacerse material frente a él. Y la realidad le golpea mientras camina al altar con su mirada fija en aquellos ojos azules que le intimidan tanto como el primer día.

Para cuando llega al lado de su bello prometido, ambos ya derraman silenciosas lágrimas alegres y melancólicas, ambos listos para descubrir una nueva étapa en su vida juntos.

"Charles." Llama Max mientras esperan a que la ceremonia comience.

"¿Hm?"

"Te ves muy bien hoy."

"Oh, gracias, Maxie. Tú también te ves muy guapo, tu futuro esposo es muy afortunado."

"Creo que el afortunado soy yo."

En la ceremonia, que se lleva a cabo en un amplio jardín a las afueras de Italia, solo están las caras que los chicos de blanco aman. Asiste la familia Leclerc, los Verstappen, Yuki, Oscar, Daniel y Pierre. Además, el pequeño Leo espera ansioso a que su abuela lo suelte para reunirse con sus padres.

La fiesta ocurre en el mismo lugar, tras los velos y las flores perfectamente organizados por la familia de floristas, se iluminan algunas luces led que ambientan el lugar para beber, bailar y llorar un poco más. Nadie realmente se da cuenta, pero Charles deja caer algunas lágrimas porque la escena le recuerda tanto a su primera cita con su chico, que entonces dudó en aceptar y ahora están caminando juntos, tomados de las manos para su primer baile como esposos.

"Me encantas" Murmura Charles sobre los labios del rubio cuando sus torsos se pegan y sus pies comienzan a moverse por inercia después de meses de práctica.

Max sonríe y se sonroja como si fuera la primera vez que le dan un cumplido, su piel pálida y sus orejas arden, y para Charles es tan estúpidamente adorable que aún se cuestiona cómo es que no se casaron antes de siquiera tener un aniversario.

"No tanto como tú a mí."

Se quedan en silencio, sus miradas lo dicen todo, ambos son felices con las decisiones tomadas, ambos se aman.

Segundos antes de que acabe la canción, Max vuelve a hablar. "Tengo un secreto, pero no puedes decirle a nadie."

Charles levanta una ceja incrédulo, intentando percibir si Max está bromeando o habla enserio. "¿Secreto? ¿Nos acabamos de casar y ya tienes secretos?"

"En mi defensa, me enteré esta mañana."

"Dilo, Max."

"Me aceptaron en la facultad de artes, bonito, tu esposo va a ser un artista profesional."

La expresión en el rostro de Charles es impecable, no sabe si gritar, reír o llorar, iba a optar por la primera opción pero Max le interrumpe picoteando sus labios.

"Hey, que nadie se entere, este día se trata de nosotros, celebraremos eso luego."

Y nuevamente el monegasco derrama lágrimas que no sabía que le quedaban, abraza a su pareja más cerca y muerde su labio nervioso cuando el neerlandés se ríe de su reacción.

"Estoy tan orgulloso de ti, mi amor... Te prometo que celebraremos esto, ¿si?"

Max no puede soltar una palabra, está muy concentrado en el brillo en los ojos de Charles que hacen que su pecho se sienta tan cálido, entonces solo asiente despacio.

"Te hornearé tu pastel favorito y compraremos un buen vino..." Charles es interrumpido por los labios del menor nuevamente y para cuando se separan segundos después ya no recuerda qué planeaba decir.

"Una cosa a la vez, Charlie, acabamos de casarnos." La sonrisa bonita de Max, mantiene a su ahora esposo embobado.

"¡Hey, novios! La canción se terminó, vengan aquí." Arthur grita impaciente desde la mesa, provocando la risa de los presentes.

Antes de separarse Max vuelve a mirar a Charles, vuelve a perderse en esos ojos verdes brillantes que resaltan gracias al blanco de su traje. Recuerda su primer encuentro con el barista de la cafetería de enfrente, sonríe incrédulo, nadie podría haber dicho que terminaría enlazando su vida a la de quién consideró sólo un chico guapo más, bueno, nadie además de su madre.


Fin.







...

Bastante corto pero no se preocupen, también habrá epílogo <3

Vainilla latte y Un ramo de tulipanes - LestappenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora