
[...]
Pov Lute:
Que cómoda estoy, es extraño, ya que las vendas de mis brazos están caídas y el muñón tenía un color verdoso no muy sano.
Me levanté rápidamente, casi cayéndome de la cama, pero eso no importaba.
No me digas que me he acostado con Emily. Verla semidesnuda y con la cara roja me sirvió de prueba para saber que efectivamente me había... bueno... lo que sea que hice con ella.
No me molestaba, pero me preocupa mucho el hecho de que lo hayamos hecho sin ningún tipo de cuidado aún sabiendo que Sera está atenta a todo.
Recogí la ropa tirada en el suelo y me vestí. Miré a Emily, la tendré que sacar con la máxima discreción posible, o al menos tener una buena excusa en el caso de que me vea con ella en brazos.
Le puse la ropa a Emily intentando que no se despierte y me puse la máscara, intentando mantener una expresión seria mientras la medio arrastraba por los pasillos.
Varios ángeles me vieron y empezaron a susurrar cosas un poco bastante alto.
—Oye... ¿están saliendo esas dos?
—No sé, pero lo parecen, ¿cierto?
—¿Esa no es la serafín más joven?
—¡Te amo Emily!
Fruncí el ceño al oír el último comentario, pero lo ignoré.
Me tengo que dar prisa si quiero que Emily se despierte en su propia cama y no en medio de la calle en mis brazos, seguramente pensaría que se le había declarado públicamente o algo.
Sacudí la cabeza, no puedo pensar en eso, hay cosas más importantes que pensar aparte de declararme en público a Emily. Después salí corriendo a la pequeña ciudad de serafines.
[...]
Después de llegar al pueblo de Emily, la desperté bruscamente, ganándome un puñetazo en el estómago.
No esperaba que se tome bien que la despertase, pero que me diese un puñetazo no sé si es coherente.
Apenas le iba a decir algo, unos brazos me agarraron de atrás y me taparon la boca, luché, pero me iba debilitando poco a poco. ¿Qué me estaban metiendo, cloroformo?
Antes de que la oscuridad me cubriese, vi que también estaban sedando a Emily.
Pov Emily:
Dios... qué dolor de cabeza más grande que tengo.
¿Qué ha pasado?
Lo único que recuerdo es dormirme abrazada a Lute. Miré a mi alrededor, estaba en mi habitación, todo estaba cerrado.
La ventana estaba enjaulada con barrotes, me empezó a dar una especie de ansiedad, mi respiración se volvió superficial y mis manos estaban sudorosas.
Sin razón alguna empecé a gritar por puro pánico.
—¿¡Sera!? ¿¡Alguien me oye!? ¿¡SERA!?
Un susurro salió de mi puerta, casi sin poder oírlo me acerqué a él.
—¿Emily, estás ahí?
