Cogí a Emily de la mano y la llevé a mi habitación. Ella tenía cara de estar confundida, pero yo seguí como si nada.
Abrí mi portátil y entré en Spotify; puse una lista de canciones y le ofrecí mi mano a Emily.
Abrió los ojos de sorpresa, pero no dijo nada, es más, sonrió. Tomó mi mano y se pegó a mí de espaldas.
Contuve la respiración al notar que se apretaba un poco más a mí. Esta chica sí que sabía cómo matarme.
La canción era lenta y la noche acababa de caer, teníamos mucho tiempo. Empezamos a mover nuestros cuerpos al ritmo de la música. Emily se frotó contra mí y yo hice lo mismo.
Recorrí su cuerpo con las manos hasta llegar a su cadera, la agarré y la mantuve pegada a mí.
Mis manos estaban peligrosamente cerca de su culo. Demasiado cerca.
Cogí sus nalgas y ella soltó un gemido como respuesta. La canción terminó y nos separamos.
—Tienes un culo impresionante, ¿lo sabías?
Emily se sonrojó y yo sonreí, era adorable ver la inocencia que tenía esta.
—Por cierto, he visto que te mantienes entretenida, ¿no?
Me desconcertó lo que dijo, pero al ver lo que señalaba me tocó a mí sonrojarme. Emily había encontrado mis revistas de... ejem, nada grave, solo tal vez... ¿chicas desnudas?
Antes de que me gustase Emily yo tenía un amigo que me traía cada día una revista de eso.
Obviamente, ya no me trae. Ni siquiera recuerdo su nombre.
—Emily... suelta eso.
Estaba por tirarme de los pelos, pero me contuve.
—¿Y qué pasaría si miro qué hay dentro de estas... curiosas revistas?
—No, Emily. No lo hagas por favor. Emily... ¡Emily!
Ella me ignoró y abrió la revista, justo por la mitad. Emily fingió vomitar y me miró con una sonrisa burlona.
—Emily. Suelta. Mis. Cosas.
—No quiero.
Me quedé en blanco, así que quiere jugar... yo sé jugar a ese juego, y tengo una estrategia muy fácil para que me deje en paz.
—Bueno... pues si no es por las buenas serán por las malas.
Le agarré un brazo y la empujé contra la pared. Apreté su brazo y ella gimió, me puso cachonda y la giré.
—¿Te gusta?
—...
Apreté más su brazo a la vez que acercaba cada vez más mis labios a los suyos. Ella cerró los ojos y gimió
—S-si...
Nuestros labios chocaron y Emily gimió en mi boca cuando mordí su labio.
Pov Emily:
Me moría de ganas de besar a Lute, enserio. Pero cuando ella lo hizo me arrepentí. Debe de haber estado aguantándose las ganas porque era mucho más ruda que de costumbre.
—L-lute, ve m-más lento. P-por favor.
Lute no frenaba, yo ya tenía múltiples marcas. Le empujé suavemente y ella paró.
—Lute... nos van a pillar. Mejor paramos.
—Ah... bueno, vale.
La noté decepcionada, pero sonreí.
Al ver que ella empezaba a sacar un pijama, la paré.
—Que haya dicho que no quiero sexo no significa que dijera que te vistieras.
Casi pude ver los engranajes del cerebro de Lute moviéndose para procesar lo que dije.
—Ok. Pero... ¿tú piensas dormir con ese vestido puesto?
Me quité el vestido y me tumbé en la cama de Lute. Ella estaba desnudándose, pero yo la abrazé por detrás.
—¿Te lo puedo quitar yo?
Es una pregunta muy estúpida, pero Lute aceptó. Le quité el uniforme de exorcista y admiré/babeé su cuerpo bien formado y muy, pero muy sexy.
—Nena, sé que estoy para morirse, pero si sigues babeando por mi cuerpo no vamos a poder dormir.
Me puse roja como un tomate y me tapé la cara con una almohada. Le di la espalda a Lute y de repente noté que me estaba abrazando.
El abrazo era cálido y suave, me apretujé hasta hacerme una bolita y Lute me rodeó el cuerpo protectoramente con sus alas.
