Capítulo 3 tem 2

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Se despertó sin ánimos, mirando a Matt acostado a su lado. Ambos estaban completamente desnudos. Después de lo sucedido en el café, habían pasado 3 días calmando el celo del castaño, quien, como siempre fue doloroso, miró el reloj sabiendo que era hora de su trabajo en una esquina.

Con cuidado de no despertarlo, el caminó por esa pequeña habitación de motel donde había vivido con quien consideraba su alfa. Llegó hasta el pequeño baño destartalado, sacando una pequeña bolsa junto a su ropa, que consistía en una especie de sostén, medias de red y unos shorts cortos que no le cubrían nada.

Tomó la bolsa, sacando su maquillaje y pintándose los labios de rojo cereza, las sombras azules y las pestañas postizas. Se miró en el espejo, sus ojos azules estaban aguados, pero se resistió a llorar. Salió, mirando por última vez a Matt, quien roncaba. Una solitaria lágrima cayó mientras cerraba la puerta, contando con no despertar al alfa.

El sabía que su vida no era fácil, pero debía seguir adelante. Con determinación, se encaminó hacia su trabajo, dejando atrás el motel y la seguridad que Matt le ofrecía, aunque a un alto precio. Ahora enfrentaría la calle, con su maquillaje y su ropa provocativa, buscando clientes que la ayudaran a sobrevivir.

Isaac sacó un cigarrillo de su bolso, intentando encontrar algo de consuelo y calor en el gélido atardecer. Observó con amargura cómo otros de su misma categoría comenzaban a recibir a sus primeros clientes, mientras el se sentía cada vez más desvalido.

Dio una profunda calada, sintiendo cómo el humo llenaba sus pulmones, pero el frío seguía calándole hasta los huesos. Sus pies enrojecidos por el frío le escocían, y un fuerte mareo comenzó a invadirle. Luchó por mantenerse en pie, pero finalmente sus ojos se cerraron y cayó desplomado sobre la acera.

[....]

Isaac se incorporó lentamente, sintiendo un intenso dolor de cabeza. Miró a su alrededor, sintiéndose abrumada por encontrarse en aquel lugar tan extraño y ajeno a su rutina. ¿Cómo había llegado allí? ¿Qué había pasado?

La enfermera, con voz cálida, le informó que había sufrido un desmayo por culpa del frío y la falta de alimentación. Le aconsejó que descansará y que pronto podrían darle el alta. Isaac asintió en silencio, aún procesando todo lo ocurrido.

La enfermera se acercó a la cama de Isaac con una expresión amable y le preguntó -¿Cuál es tu nombre, cariño? ¿Hay algún familiar que podamos contactar para que venga a recogerte?-

Isaac la miró con ojos cansados, la garganta reseca y la voz temblorosa.

-Mi nombre es... Isaac. Isaac Marsh- respondió débilmente. Tragó saliva antes de continuar: -Pueden... pueden llamar a mi padre, Stan Marsh. Por favor-

La enfermera asintió con comprensión y le apretó suavemente la mano.

-Muy bien, Isaac. Vamos a intentar localizar a tu padre de inmediato. Mientras tanto, descansa y recobra fuerzas. Estás a salvo aquí-

Isaac soltó un suspiro tembloroso, sintiéndose abrumado por la amabilidad de la enfermera. Hacía tanto tiempo que no experimentaba un trato tan gentil. Sus ojos se llenaron de lágrimas que luchaba por contener, temeroso de mostrarse vulnerable.

-Gracias-, murmuró con voz quebrada. -De verdad, gracias-

La enfermera le dedicó una cálida sonrisa antes de salir de la habitación para hacer las gestiones necesarias. Isaac se quedó solo, acurrucado en la cama de hospital, aferrándose a la esperanza de que su padre respondiera al llamado y viniera a su rescate.

Después de tantos años a la deriva, la posibilidad de tener de vuelta el apoyo y el cuidado de su progenitor le llenaba el corazón de un anhelo que creía haber olvidado. Quizás, solo quizás, esta vez todo saldría bien.

Otra vida(style Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora