CAPÍTULO I: LA NOCHE MÁS FRÍA (tem 2)

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Advertencia: Este siguiente capítulo contiene temas delicados relacionados con el aborto)

En medio de la gélida noche de aquel pequeño pueblo de Colorado, donde la nieve parecía eterna, un joven de 19 años se encontraba de pie en una esquina, encogiéndose contra el intenso frío invernal que parecía calarle hasta los huesos. Isaac había vivido en ese desolado lugar toda su vida, pero aquella noche en particular era más cruda de lo habitual. Su ropa ligera y reveladora, con la que buscaba atraer a clientes, no hacía nada por protegerlo del inclemente clima.

Inútilmente, intentaba resguardarse del frío con su barato abrigo, mientras sus mejillas y nariz enrojecidas por el gélido viento delataban su sufrimiento. Estaba a punto de retirarse, cuando un automóvil negro se detuvo justo frente a él. Levantó la mirada y, con una sonrisa forzada, se acercó lentamente al vehículo. La ventanilla del copiloto se abrió y Matt, fumando como de costumbre, no dijo nada, simplemente abrió la puerta para que el omega entrara.

Isaac se sentó rápidamente, aliviado de poder escapar de aquel horrible frío que calaba hasta los huesos. —¿Cuánto ganaste esta noche?— preguntó Matt, sin siquiera mirarlo, concentrado en el camino.

Isaac sacó de su bolso una suma considerable de dinero, la cual Matt tomó de inmediato, guardándola en el maletero junto a otras cosas, entre ellas un arma. El joven omega sonrió a su pareja y preguntó —¿Y cómo te fue a ti hoy? No te he visto desde esta mañana, cuando saliste a 'trabajar'—. Se notaba en su voz el cansancio.

El Alfa no respondió de inmediato y siguió conduciendo hasta llegar a un motel barato y destartalado en las afueras del pueblo. Matt apagó el motor y salió del vehículo, siendo seguido de cerca por Isaac, quien caminaba con dificultad, aún resentido por el frío y el cansancio de su "trabajo" nocturno.

Al entrar al motel, Isaac no pudo evitar mirar con lástima a un vagabundo que dormía acurrucado bajo las escaleras del edificio. Sin embargo, Matt lo tomó firmemente de la mano, obligándolo a seguirlo hasta la habitación.

Una vez dentro, el Alfa se quitó la camisa y se dejó caer pesadamente sobre la vieja y desgastada cama. Isaac lo observó en silencio, preguntando tímidamente —¿Quieres que te prepare algo de cenar?—.

Matt lo miró de reojo, respondiendo con desgana —No, ya no hay comida. Mañana iré a hacer algunas compras—.

Isaac asintió en silencio y se dirigió al pequeño cuarto de baño, quitándose lentamente los ajustados shorts que dejaban poco a la imaginación, así como la delgada camisa sin mangas y las pantimedia que cubrían sus piernas.

Bajo el chorro de agua fría, Isaac se sumergió en sus pensamientos, recordando cómo había llegado a esta situación hace más de 3 años. Cuando conoció a Matt, el Alfa había sido encantador y cariñoso, ofreciéndole protección y un hogar cuando más lo necesitaba. Sin embargo, con el paso del tiempo, la relación se fue volviendo cada vez más oscura y enfermiza.

Matt comenzó a controlar cada aspecto de la vida de Isaac, desde la ropa que usaba hasta el dinero que ganaba en las calles. El Alfa parecía usar la vulnerabilidad y desesperación del joven omega a su favor, manipulándolo emocionalmente y sometiéndolo a situaciones cada vez más humillantes y peligrosas.

A pesar de todo, Isaac se aferraba a la idea de que Matt en el fondo lo amaba y que algún día las cosas mejorarían. Pero la realidad era que se encontraba atrapado en un círculo vicioso de violencia y explotación, del cual parecía no haber escapatoria.

Terminando de asearse, Isaac salió del cuarto de baño con la toalla envuelta alrededor de su cuerpo. Se acercó a la cama donde Matt yacía, con la mirada perdida, y se acostó a su lado, rogando en silencio que esa noche fuera diferente a las demás.

Otra vida(style Omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora