*Narra Gianna*
Eliza se fue a trabajar, igual que todas las mañanas, y yo quedé en la casa sola y aburrida; opté por ordenar antes de ponerme a mirar una película o leer, así que puse manos a la obra.Me llevó más o menos dos horas ordenar, limpiar y acomodar el piso de arriba, había muchas cosas que yo tendría que haber tirado a la basura hacía tiempo; aún guardaba ropa de color que mis papás me enviaban desde España, ellos tenían la teoría que cuánto más colores vea, más iba a cambiar psicológicamente el hecho de vestir de negro todo el tiempo. De hecho, cada vez que me veían, preguntaban a qué funeral iba a ir o por quién o qué estaba de luto, y más.
Me había acostumbrado a su indiferencia y falta de interés, a su incomprensión, a la distancia, a todo lo negativo y su mala energía... a que en realidad mi mamá era Eliza, era mi papá también y la abuela que nunca tuve. Mi tía era mi mejor amiga y casi como mi hermana, con ella había compartido mis primeros diez años de vida, después me visitó en Madrid para los 15, a los diecinueve (al terminar el secundario, en el que había tenido muchos problemas) volví a vivir con ella y desde entonces estoy acá... ocultándome un poco.Bajé las escaleras y puse algo de música en la televisión: rock nacional, mi música preferida.
Me preparé un vaso con hielo y agua, para hacer tiempo y tomar cada que frenaba; empecé barriendo el living y después seguí con la cocina, más tarde fui por el baño y dejé para el final el cuarto de invitados.
Abrí la puerta y suspiré, desde ahí miré todos y cada uno de los rincones, recordé la noche en la que los tres mosqueteros habían pasado por acá... había sido divertido y confuso, la piel se me erizaba al recordar las palabras de Pato y el hecho de que no parecía estar tan borracho como cuando lo sacamos del bar.Me puse a limpiar de una vez por todas, barrí trayendo el polvo de abajo de la cama, saqué las sábanas para lavarlas y en eso voló lo que parecía ser un... ¿anillo?
Lo levanté, dejando las sábanas en el canasto, y sí era un anillo con una cruz, plateado, evidentemente no era nuevo, tenía alguna que otra marca de golpes o forcejeos.En ese instante, como "señal" del destino, mi celular sonó con la notificación de Instagram: Guido.
Me enviaba una foto en la que se veía al aire libre, un día muy soleado y un escenario que estaba siendo preparado; él agregaba: "Venite, tocamos a las cuatro y todo es gratis. Es atrás del teatro."Sonreí.
Le respondí que, aunque no me gustara el día ni el sol, iba a verlos dentro de un rato.
Dijo que me esperaban con algunas noticias y corté la conversación.Le escribí a mi tía, sabiendo que no iba a ver el mensaje hasta que terminara de trabajar, para después acomodar las cosas de limpieza y terminar con el órden.
Subí casi corriendo las escaleras, para entrar a mi habitación y cambiarme....
Rato más tarde llegué al lugar, la verdad es que el sol estaba bastante intenso pero era la primera vez que no le daba demasiada importancia; Guido me vió a lo lejos y se acercó corriendo, me abrazó y me dió una vuelta en el aire.
Guido/ ¡Viniste! -le dice emocionado, dejándola de nuevo en el piso- Pensé que no ibas ni a darme bola, me alegra que estés acá.
Gin/ ¿Cómo no? -sonríe- Que lindo lugar. ¿Hacen show?
Guido/ Una mini presentación, nada más. Solo un montón de bandas locales no reconocidas, imaginate que nosotros ni nombre tenemos.
Gin/ -se ríe- ¿Y tus hermanos?
Guido/ Gasti terminaba de hacer unos ajustes y volvía, con el tema del sonido en el escenario, y Pato se alejó cuando recibió un llamado, ni idea.
Gin/ Ya veo...
Guido/ ¿Vamos? Allá hay un poco de sombra y hay unos sillones, podemos quedarnos ahí.
Gin/ ¿Como una zona vip?
Guido/ Claaaro. -le agarra la mano- Si te pierdo después no te encuentro, se empieza a llenar en un rato.
*Narra Gianna*
Guido me llevó hasta los sillones, nos sentamos y llamó para pedir un trago: obviamente un gancia.
Nos la pasamos hablando, me contaba de un tema nuevo que él tenía en mente y otra canción en la que habían estado trabajando y que ya estaba lista, no quería decir mucho porque quería que fuera sorpresa.Me gustaba escucharlo contento, escucharlo hablar así me recordaba a cuando éramos chiquitos y se acostaba al lado mío en el piso a contarme historias inventadas por él; sabíamos tirarnos en el pasto también después de correr como locos jugando a la mancha, y siempre aprovechaba los momentos a solas para contarme esas historias porque yo era la única que no se reía de él cuando lo hacía.
Guido siempre había sido conmigo lo que no podía ser con nadie, me solía decir, incluso siendo un nene, que solo yo lo entendía, y ni hablar de cuando sus hermanos le hacían chistes y él venía a abrazarme llorando o pedía que lo llevaran a casa y se quedaba todo el día jugando conmigo.Había sido algo así como mi mejor amigo en la infancia y parecía haber compartido casi toda una vida jugando porque nos veíamos todos los días desde que nació, pero por alguna razón ya no lo sentía así, eran otros los ojos con los que lo veía ahora y fue entonces cuando me acordé de LA conversación con mi tía en la cocina... ¿Por qué no recordaba detalles como éstos en cuanto a Pato? ¿Que me había empujado a mirarlo enamorada a Patricio en lugar de mirarlo así a Guido?
¿Y por qué no lo miraría así a Pato ahora?
Pero, ¿por qué me importaba todo eso?Fue un beso con Guido que quedó sellado entre las cuatro paredes del baño del piso de abajo de mi casa, probablemente un beso que en él también impactó, aunque no creo que de la misma manera.
Había estado enamorada de Patricio Sardelli desde que puedo recordar, y me acordaba de él estando allá en España, ni siquiera recordaba a sus hermanos, pero fue un amor de niña con muchas ilusiones que el tiempo mató.Ahora mismo las cosas eran completamente diferentes, mi vida lejos de Buenos Aires lo había cambiado todo, tanto para mí como para ellos; cada uno había hecho una vida diferente y al mirarnos entendíamos que ya no éramos aquellos niños que jugaban, peleaban y se reían.
Guido me preguntó si estaba bien, hacía unos cuántos minutos me estaba hablando y no le contestaba... me había ido por las nubes, literalmente.
Guido/ ¿En qué pensás? -pregunta sonriéndole-
Gin/ Nada importante, me fui.
Guido/ Perdón sí te aburrí, podemos hacer otra cosa.
Gin/ No, no es eso. Perdoname vos.
Guido/ Igual a veces hablo mucho, mis hermanos ya me han dicho.
Gin/ No les des bola. -sonríe y toma del vaso-
Guido/ -larga una carcajada- ¿Decís?
Gin/ Les gusta molestarte porque sos el más chico, nada más. De igual manera ellos son más aburridos, ¿viste lo serio que se ponen? Como si no tuvieran otra expresión.
Guido/ Es cierto. -se ríe- Como si hubiera perdido el humor.
Gin/ Algo así... igual Gastón parece ser más divertido que Patricio.
Guido/ No te equivocas ahí, lo que pasa es que Pato se alejó de nosotros un tiempo y le pasaron cosas que hicieron que hoy se sienta así; en cambio Gasti siempre estuvo para los dos y aunque le pasen miles de cosas siempre tiene una sonrisa para todo el mundo, y vos lo ves callado pero en realidad es un tipo al que le gusta hablar, opinar y comentar.
Gin/ Wow, sin palabras. -sonríe-
Guido/ ¿No te lo esperabas?
Gin/ No, lo de Gastón no, creí que era otra cosa y que su sonrisa solo acompañaba su amabilidad.
Guido/ Ya ves que no. -ríe- ¿Y vos?
Gin/ ¿Yo? -le pasa el vaso- ¿Yo qué?
Guido/ Y vos... tus cosas, tu vida, tu forma de ser.
Gin/ -suspira- Nada interesante en realidad.
Guido/ No te creo... ¡Te fuiste a España once años!
Gin/ Sí... el problema fue que me fui, no solo obligada, si no que con mis papás.
Guido/ ¿No hay buena relación?
Gin/ -niega con la cabeza-
Guido/ Entiendo... -toma del vaso- ¡Mira! Ahí vienen los otros.
Gin/ -mira en esa dirección y no eran dos, eran tres-
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Noches de insomnio - (Airbag AU)
FanfictionA la vida de los tres hermanos Sardelli, Gastón, Patricio y Guido, llegó la música para unirlos y encenderlos; pero también llega el amor, aunque no precisamente a amigarlos, ni para todos. ¿Quién gana su corazón y quién su alma? ¿Quién destroza un...