🥀Parte 21: Guido [vol. 2]🖤

120 8 3
                                    

Entonces lo miré a Pato de nuevo a los ojos y me repetí en la cabeza esa última frase que me había llevado a recordar todo nuestro pasado: "Me lo dijo Gin."

¿Con qué derecho Gianna podía saber de antemano una cosa como esa y que encima fuera mentira?
Así que me acordé de lo que ella me había contado en el espacio verde del teatro, venía por parte de Florencia obviamente, pero que ella sostuviera eso me parecía una locura.

Y es más... ¿Por qué Patricio le creía?
¿Y en qué momento se lo había dicho? Ellos... ¿estuvieron juntos éste tiempo? ¿Ella lo encubría?

No supe de qué forma reaccionar.
Pato hizo unos dos pasos para atrás asintiendo con la cabeza como si estuviera acertando, como si la palabra de la piba que estaba entre nosotros fuera sagrada; y yo no paraba de preguntarme en qué momento nuestra hermandad caminaba al filo del amor que existía, independientemente de quién lo sienta o a quién de verdad le pase. Digo, ¿en qué momento las cosas se habían ido al carajo y ahora todo lo qué pasaba entre nosotros dependía de Gin?
¿Y por qué ahora? Si se supone que a mí siempre me gustó y que a Pato siempre le llamó la atención.

Quise hablar, quise defenderme, quise interrumpir las voces en su cabeza (que seguramente le hablaban a mil), quise desmentir esa estupidez que había empezado la mujer que tanto daño le había hecho y ahora a mí, quise probarle a mis hermanos, más que nada a Pato, que lo que había ingerido atrozmente era nada más y nada menos que una mentira.
Pero entonces iba a estar desafiando la palabra de Gin, así que primero era con ella, aunque ahora se me iba a hacer difícil mirarla a la cara.

Patricio se fue a la cocina y Gasti lo siguió, yo por primera vez la en la historia me fui a cambiar y salí de mi casa temprano; me llevé el auto de Gastón y me frené media hora más tarde en la casa de Gianna.

Gin/ ¿Guido? -pregunta sorprendida abriendo la puerta- ¿Qué hacés acá?

Guido/ Tenemos que hablar. -serio-

Gin/ Sí, pasá.

Guido/ -entra a la casa-

Gin/ -cierra la puerta y camina hasta el living- ¿Querés tomar algo?

Guido/ No.

Gin/ Está bien... ¿nos sentamos?

Guido/ No, no me quiero sentar.

Gin/ -lo mira confundida- ¿Me decís qué pasa?

Guido/ ¿Por qué le dijiste a mi hermano tal aberración?

Gin/ ¿Qué cosa?

Guido/ No te hagas la desentendida Gin, sabés de qué te hablo.

Gin/ No, no sé de qué...

Guido/ Sabés muy bien. -la interrumpe- Mira, a éstas alturas no me importa lo que los demás piensen de mí, ya no me afecta, mucho menos lo que pensás vos, pero te pido por favor que no te metas en la relación que tengo con mis hermanos.

Gin/ ¿Qué estás diciendo?

Guido/ ¿Cómo le vas a decir a Pato que yo estuve con su ex?

Gin/ Me lo dijo Florencia y yo te lo pregunté después.

Guido/ Claro, y yo en ningún momento te dije que sí.

Gin/ Pero tampoco me dijiste que no.

Guido/ Eso no significa que te estuviera dando la razón.

Gin/ ¿Entonces no?

Guido/ ¿Ves? Te metiste y ahora las cosas se fueron a la mierda, Pato me debe odiar y menos mal que no me cagó a trompadas.

Gin/ -no dice nada-

Guido/ -agacha la cabeza y larga algunas lágrimas-

Gin/ Guido, yo...

Guido/ ¿Sabés por qué? -la vuelve a interrumpir- ¿Sabés por qué no te respondí cuando estábamos afuera del teatro?

Gin/ -lo mira, con ojos llorosos-

Guido/ Porque pensé que me estabas cargando. -se seca las lágrimas- Pero cuando te ví la cara y vi que me lo estabas preguntando en serio, yo... -suspira- Se me partió el corazón. Porque yo... yo no podía creer que la chica que más quiero pensara eso de mí, no podía entender cómo es que le habías creído a esa loca en lugar de pensar en que yo sería incapaz, siquiera imaginarlo, de hacerle algo así a mi hermano.

Gin/ -caen sus lágrimas-

Guido/ Y ahora puedo ver las cosas desde otra perspectiva porque pudo o no pudo haber sido cierto, pero si me quisieras como yo te quiero a vos estoy seguro de que estarías apoyándome en lugar de estar hundiéndome; pero a veces me olvido de que las cosas fueron y siempre van a hacer así.

Gin/ ¿Así cómo? -solloza-

Guido/ -la mira a los ojos- Que mientras yo pelee contra todo y te mire embobado y tenga en mis manos para darte el mundo entero, vos nunca lo vas a notar, nunca te vas a dar cuenta porque vas a estar ocupada mirando a Patricio.

Gin/ -agacha la cabeza de nuevo-

Guido/ Y me retracto de lo que dije, si me importa lo que vos pensás de mí... lo que pasa es que nunca pensás en mí así que mucho no me preocupa. -resuena-

Nunca me había dolido tanto el corazón, excepto por la vez en que Gin se fue a España, sentía como si me lo estuvieran aplastando, como si lo estuviera apuñalando sin piedad.
No sabía por dónde volver a empezar, al fin había entendido que la chica de la que había estado enamorado todo éste tiempo nunca me iba a corresponder y siempre lo iba a mirar a mi hermano.

Yo había dado mucho por ella, había hecho lo mejor posible, todo lo que estuvo a mi alcance, había sido lo mejor de mí los años que compartimos, la había apoyado y escuchado siempre, tal vez había sido y había dado todo; pero a veces aunque das todo no alcanza, se puede dar hasta lo que no se tiene e incluso así no ser suficiente y por fin lo entendí.

El proceso de olvidar y superar estaba empezando y sabía que me iba a costar horrores, pero era la única manera que yo encontraba "disponible" para poder llevarme bien con mi hermano y poder seguir con la banda en paz.
El amor iba a llegarme cuando tuviera que llegarme, y seguramente iba a seguir saliendo con otras minas y acostándome con algunas otras, tal vez intentaré en algún momento que funcione algo, pero si es que ni corazón para eso tengo. Mi corazón lleno de amor, esperanzas y alegrías acababa de quedarse en las manos de Gianna, en mí ya no existía.

Ese corazón lleno de las estrellas que contábamos, de los abrazos, de mis llantos consolados por sus sonrisas, de las chocolatadas por las tardes, de las películas con pochoclos, de las escondidas, de nuestras miradas, de mis sueños junto a ella, de cada juego compartido, de cada secreto, de cada recuerdo agarrándonos las manos... ese corazón que alguna vez se inventó en mi pecho y latía por y para ella, y fue creciendo gracias al suyo, ahora ya no lo tenía; cuando pasé por esa puerta pasé vacío, como si estuviera dejando un peso, como si me estuviera deshaciendo de algo que venía guardando desde siempre, algo que... no era mío.

Me subí al auto y lloré de la bronca que sentía, de la impotencia de no haber podido cambiar nada incluso aunque lo hubiera dado todo; mi hermano otra vez me ganaba y no había hecho nada para merecerlo, no quiero alargar ésta "guerra" pero me parecía lo más injusto del mundo que él siempre consiguiera sin siquiera mover un pelo aquello por lo que yo luchaba inútilmente hasta el cansancio.

Borré todo rastro de que anduve llorando y prendí el coche, puse un poco de música para acompañar éstos sentimientos y arranqué.
No podía más.
No puedo más.

Que mañana sea lo que tenga que ser, por hoy no quiero seguir existiendo.

Noches de insomnio - (Airbag AU)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora