Ser llamado bastardo usualmente molestaba a las personas, pero no a Alyssa Targaryen.
Aunque Alyssa no vivía en desembarco del Rey, Viserys le tenía un amor profundo a su sobrina, el parecido con su difunta madre lo conmovía y era más querida que s...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
No hubo una conexión igual que la de Vermithor con su segundo jinete. La furia de bronce, con su imponente presencia y naturaleza feroz, reflejaba y complementaba la personalidad de su jinete. Cuando Lady Alyssa se encontraba en una posición de tensión su dragón reaccionaba sin necesidad de órdenes, tenían un entendimiento que iba más allá de las palabras.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había muchas cosas que Alyssa era, pero ser paciente no era una de ellas. La carta de su padre le había dejado inquieta y a mitad de la noche despertó a Dayne para que volvieran a Rocadragón.
No había nada que inquietara más a Alyssa que tener a su padre molesto, en la carta solo le recordaba el tenía oídos y ojos en toda la fortaleza roja, más no había exigido su vuelta. Daemon era de temperamento volátil y mientras crecía Alyssa lo había aprendido rápidamente, sus palabras duras y los dedos enterrados fuertemente en su hombro, lo habían demostrado, y ella había adoptado todos esos hábitos de el, conocía tanto a su padre que sabía, aunque estuvieran a una distancia considerada, que el estaba extremadamente furioso por su comportamiento y debía hablar con el antes de que las cosas empeoran.
A Alyssa nunca le había gustado defraudar a su padre y su vuelo a Rocadragon a mitad de la noche era una clara prueba de ello, deseaba solucionar todo rápidamente o no podría quedarse tranquila.
Cuando Vermithor aterrizó en el jardín de Aegon el sol ya estaba saliendo aunque el clima estaba feo y ya había movimientos en la fortaleza de Rocadragón.
Cuando desmontaron, Dayne se quedó mirando a Alyssa con preocupación.
—¿Quieres que me quedé contigo?
Usualmente en Rocadragón Alyssa nunca necesitaba de la protección de su amigo, por lo que lo dejaba vagar libremente, a veces el entrenaba a Jace y a Luke, o simplemente descansaba. Pero está vez se dio cuenta que Alyssa estaba demasiado inquieta, el conocía muy bien el temperamento de el príncipe Daemon y lo sumisa que era Alyssa cuando se trataba de su padre.
