Ser llamado bastardo usualmente molestaba a las personas, pero no a Alyssa Targaryen.
Aunque Alyssa no vivía en desembarco del Rey, Viserys le tenía un amor profundo a su sobrina, el parecido con su difunta madre lo conmovía y era más querida que s...
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Los rumores sobre su relación se extendieron hasta llegar a decir que se casaron en secreto. Pero yo no lo creo asi, las bodas hasta las Valyrias son registradas y no existe ninguna archivo sobre tal cosa, más soy incapaz de negar que los demás rumores sobre su amorío fueran mentira, pues el príncipe Aemond y Lady Alyssa no fueran muy discretos al respecto.
—Septon Eustace.
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Aemond descubrió que le gustaba terriblemente tener de espectadora a Alyssa mientras entrenaba. Anteriormente, en algunas ocasiones habían entrenado juntos y aunque él sabía que no tenía que demostrarle nada, le gustó que ella viera lo que él era capaz de hacer.
Alyssa siempre se había jactado de luchar en una justa y ganarla. Las luchas no son nada parecidas a las tonterías que tu y ser Crispín hacen en el patio de entrenamiento, le había dicho. Dudaba que Alyssa quisiera pensará realmente en Ser Criston Cole como un buen contrincante, el mismo ya lo había derribado muchas veces, pero nadie en la fortaleza roja deseaba hacerle frente, así que su único compañero se mantenía siendo el escudo juramentado de su madre.
Aunque ya le había ganado muchas veces a Ser Criston, estaba vez se esforzó doblemente. Había visto brevemente a sus sobrinos en el tumulto de personas que se juntaron a su alrededor para observar, pero en el barandal de las escaleras notó la capa roja de su prima.
No sabía que tanto afecto Alyssa le tenía a los hijos de su media hermana, pero no bajo para ayudarlos cuando los desafío a una lucha, en su lugar parecía bastante entretenida cuando el hermano de Corlys Velaryon paso a su lado y la miró con desagrado.
Sus sobrinos rápidamente se alejaron aprovechando la oportunidad, pero Alyssa no los siguió. Estaba tan inclinada sobre el barandal de la escalera que cualquiera infeliz que la mirara podría observar el borde de sus pechos. Y había varios infelices allí que querían demostrar su valía frente a su prima. Esta fue quizás la única vez que se alegro de que su perro Dorniense se le acercara.
