V. Calor

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Un año antes... de la primera muerte.

Samantha y yo nos encontramos nuevamente en el puente el mismo que cruzamos todos los días.

Allí eran dónde se separaban nuestros caminos ya que ella iba al sur y yo al norte.

Al cruzar el puente me encontré con mi amado, se veía tan hermoso y fresco.

Llevaba su ropa de trabajo, y un abrigo para el intenso frío de esta época.

Llegamos a mi departamento, me hizo de comer y juntos nos consentimos mutuamente.

- ¿Cómo te fue en tu trabajo?_ pregunte curiosa por saber cada detalle.

- Hoy llegó un chico_ me sentó en sus piernas y empezó a hablar_ le dieron tres balazos, uno en la frente_ dijo señalando en mi cuerpo el lugar de las heridas de las balas_ otro en el brazo izquierdo y el último en el mesogastrio.

- Oh vaya_ dije fingiendo emoción ya esté tipo de cosas no me sorprenden.

- Al final determinamos que murió desangrado ya que la bala no tubo orificio de salida, solo logró lastimar cierta cantidad de tejido cerebral_ me abrazo con un poco más de fuerza_ en mi opinión creo que sí lo hubieran llevado a tiempo al hospital se hubiera salvado.

- ¿Por qué lo dices?

- La bala que atravesó su abdomen no daño ningún órgano, y la herida del brazo izquierdo era controlable a igual que la lesión cerebral.

- ¿Eso que significa?_ agregue subiendo totalmente a su razo

- Que a ese chico lo dejaron morir, lo analisis preliminares determinaron que tenía 14 horas de haber fallecido en cambio cuando llegó a mi mesa dijieron que solo tenía un par de horas.

- Me imagino que mañana te citarán para declarar.

- Eres muy inteligente Annie_ me besó fugazmente_ Sabes que si, mañana tengo que ir a declarar.

- Te todas manera despertaré para hacerte el desayuno_ tomo mi cintura_ tengo que ir a clase en la tarde.

- Hoy fue un día largo_ empezó a hacer presión en mi cintura_ ¿Quieres ir a la cama?

- Eso implica quitarme la ropa_ hablo con la voz un poco entrecortada ya que el sabe que uno de mis puntos débiles es la cintura.

- Como lo desees cariño_ aumento la presión un poco más.

Empecé a besarlo con tanto desespero que de un momento a otro ya estamos en mi habitación.

Tenía mis piernas enrolladas en su cadera cuando sentí que mi espalda tocó una superficie suave.

Me quito el polo, dejando a la vista mis pechos erectos lo cuales fueron atacados ferozmente por su lengua.

Yo solo me concentraba en mantener mi respiración calmada hasta que una de su mano se coló por mis bragas deslizándose hasta llegar a mis pliegues

Besaba cada centímetro de mi pecho dejando una que otra pequeña mordida que me hacía arder.

- Ah....

Solté un leve gemido muy cerca su oído, mantuvo está posición hasta lograr crear la humedad perfecta para entrar.

- Dios... Annie está muy mojada.

Su voz era tan varonil haciendome exitar aún más, sin pensarlo mucho introdujo dos dedos en mi entrada.

- Ahhh... ah... duele bebé... Duele rico.

- Entonces no me detendré.

Sus dedos jugaron hasta lo más profundo que podían, sus labios mordian mis pezones haciéndome retorcerme del placer.

Ese movimiento en círculo de sus dedos dentro de cavidad vaginal me estaban volvió loca.

Apretó mis caderas con una sola mano para que en un movimiento rápido se quitará la playera y el pantalón.

Bajo mi vista su ropa interior negra y en esta se marcaba esa gran erección que estaba apunto de estallar.

- Annie...

Su voz estaba totalmente cargada de placer y sus hermosos ojos estaban llenos de deseo y total lujuria.

- Necesito entrar.

Le abrí paso entre mis piernas nuevamente para que mi entrepierna rozara con su miembro mientras profanabamos la boca del otro.

Hizo a un lado mi ropa interior se quitó la suya y se hundió dentro de mi.

Empezó a moverse lento y con mucha paciencia, hasta que su embestidas se hicieron rudas y placenteras... Haciéndome llegar a mis límites.

Eran largas las noches que pasaba con mi amado.

¡Que calor!

Ey... solo lo estoy abrazando.

Dedicado a... No existe

Los Sentimientos De La VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora