III. Demonio

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Es de madrugada, exactamente las 2:40am de un día común del mes de febrero, el mes donde había luchado tanto por algo que no pensé que perdería tan lamentablemente.

¿Que perdí?

No tenía nada, viví en un pasado que ya había terminado y mi mente me seguía seduciendo para creer más momentos en mi memoria que eran totalmente irreales.

Te ame en esa realidad tan linda y limpia porque fuiste el único que me demostró el verdadero significado de amar pero no tocar.

Ni un pequeño tacto ni roce solo eran largas palabras cargadas de sentimientos.

Lo nuestro nunca fue carnal, era tan hermoso y puro que no supe valorarlo y te deje ir, convirtiendote en el peor demonio que puede existir.

¿Tanto daño te había hecho?

Pero sabes que es lo peor... Es que amo a ese demonio.

¡Estoy enamorada de un demonio!

Esa es mi verdad, perdí incluso el amor propio para poder dártelo todo a ti...

¿Habían más opciones?

¿Acaso no era la mejor para tu vida?

No quiero tus explicaciones, no quiero tu lastima... Prefiero quedarme con las dudas.

Pero créeme que me odio.

Me odio tanto por haberte amado, odio ser tan débil en cuando el amor.

Te ayude a ser la peor versión de ti, te convertí en un monstruo.

Ojalá llegue alguien que te vuelva hacer humano, así lograr volver a tener la empatía tan sincera que denotaba de ti.

Es mi culpa yo te dañe,
yo forme el odio dentro de ti,
pero créeme que si pudiera volver al pasado y arreglar todo... lo haría de nuevo, me dañaría mil veces una y otra vez, si pudiera volver, lo haría todo igual sin pensarlo de nuevo.

Dime la verdad, quiero saber la verdad que oculta esa mirada tan características de ti... ¿Por qué el amor tomó ese color amarillo?

¿Antes era azul?

No me diría más de lo que quiero saber, a pesar de que no dijiste que estabas mal, yo lo sabía.

Lloro, lloro cada noche al recordar los momentos que vivimos, lloro por ser valiente, lloro porque tuve la valentía de decirte que te amaba pero eso no fue suficiente...

Te deje ir... Porque no quería incómodar.

Me retire limpiamente... Y aún sin decir mi última confesión.

"¿Quieres ser mío?"

Dedicado a... No, no diré tu nombre

Los Sentimientos De La VerdadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora