Diego Martínez vive encerrado en una burbuja, un método de autodefensa para no tener que revivir sus traumas, mientras tanto Alex Perez, acaba de volver del centro de menores dispuesto a ganarse su perdón por un detalle que ocurrió el año pasado, ¿S...
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ANDREA
—Whooose afraid of little old meee? You should be —Apunté dramaticamente a Alyssa, que me miraba desde el sofá con cara de pocos amigos.
me propuse meterla de cabeza en el mundo swiftie pero Alysa insistió en huir hacia la oscuridad.
—Me la repamplinfa, me la suda, me importa tres cojones...I don't give a fuck, miau miau miau ¿En que idioma quieres que te diga que no me importa la historia detrás de toda su discografía, Andrea?
Me rendí y caí en el sofá a su lado.
—Estoy sudando —Dije cansada, por el pedazo de concierto que acababa de darle.
—Sí, puedo olerlo.
—Cuanta dulzura desprenden tus palabras. En fin, Alex me ha dicho de ir a la plaza, que es el día del orgullo.
—¿Van Pedro y Chema?
—Que va —Fruncí el ceño— No soy la única que perdió el contacto, o que se alejó de ellos mas bien. Alex está hasta las narices, que lo sé yo.
—¿Y Diego que?
—¿Qué de que? —Respondí levantándome, para evitar la conversación, pero ella me tiró del brazo haciéndome caer encima suya. Así que acabé estirada en el sofá con mi cabeza en su regazo.
—Alex no va a invitarlo por lo que pasó en la pizzería, y según tú no se lleva mucho con Hugo, así que o lo invitas o nos lo encontramos allí.
—Bueno, pues cuándo nos lo encontremos lo unimos.
—¿No quieres quedar con él porque te sientes mal por no decirle que te liaste con Oliver en la fiesta?
Me cubrí la cara ahogando un grito de frustración.
—Iba a decírselo ese mismo día, lo juro...Pero es que están mal y, no sé —Suspiré— Tienes razón, tengo que invitarlo. Es su día osea, él y Alex montaron todo.
—Pero primero dile a Alex que vas a invitar a Diego, para no crear una situación incómoda, digo yo ¿No dices que casi se morrean el otro día?
—Pero Alex no sabe que yo lo sé —Suspiré— Que lio. Hago un grupo y ya está ¿Te uno no?
—Cómo tú veas.
Conocí a Alyssa hace tres meses, cuándo se mudó a Pontevedra directa desde Barcelona. La historia detrás es que su madre se enamoró de uno de nuestros profesores, Alberto, el de Economía. No tardamos en hacer click, ya que Alyssa no encajó con las pijas cayetanas de clase, así que se fue con la pija swiftie. (Lo mejor que le pasó en la vida aunque no lo admitiría nunca)
