CUATRO

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                               Alfred

- Pero vamos a ver, Gael. ¿Te crees que soy el puto chico de los recados?

- Pues la verdad un poco.

En ese momento sentí ganas de estamparle contra la pared.

- Mira Gael cree lo que quieras pero yo no voy a recoger a una antigua mejor amiga tuya.

- Vamos, Chamberlaim, solo este recado más y ya.

Pero no le había quedado claro que no iba a ir.

Además que ambos sabemos que este no será el último favor.

- Gael, que no. Además tengo que trabajar

- Pero ella llega a las seis a esa hora ya has terminado.

Ugh, cada vez me replanteo más haberme ido de España, así no le tendría que aguantar.

Aún así nos ha salvado de muchas.

Es verdad.

- Vale, está bien.

- Muchísimas gracias, tío. Te debo una.

- Me debes mil.

Genial ya me tocaba ser el chico de los recados.

Imperfectamente, perfectoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora