50

96 10 0
                                    


Miércoles 27 de Diciembre

Querido diario, ¡Qué emocionante ha sido nuestra estancia en Finlandia durante la celebración de Yule y Navidad!

Nuestra aventura comenzó en Helsinki, donde nos sumergimos en la cultura finlandesa y aprendimos sobre las tradiciones de Yule. En el Museo Nacional de Finlandia, descubrimos la historia de la festividad y cómo antiguamente se celebraba en honor a la diosa del sol. Luna nos contó que durante Yule, los finlandeses encendían velas y antorchas para simbolizar la luz que regresa durante el solsticio de invierno.

Después de aprender sobre Yule, nos dirigimos a Rovaniemi, la ciudad de Santa Claus, donde la magia de la Navidad estaba en todas partes. La aldea de Santa Claus estaba decorada con luces brillantes y adornos festivos, creando un ambiente mágico y acogedor. Allí conocimos a Santa Claus y le contamos nuestros deseos para Navidad, mientras disfrutábamos de la nieve y el aire fresco del invierno.

Durante nuestra estancia en Rovaniemi, Lucy, Cissy, Bella, Ro, Ra, Mir y Theo vinieron a vernos para celebrar Yule de un modo tradicional con la quema del tronco de Yule y la Navidad. La quema del tronco de Yule fue un momento especial, donde todos nos reunimos alrededor del fuego para compartir historias y deseos para el nuevo año. La calidez del fuego y la compañía de nuestros amigos hicieron que la celebración fuera inolvidable.

Después de pasar la mañana haciendo la corona para Yule, nos emocionaba la idea de explorar el mercado local para encontrar algunas golosinas y regalos para nuestra celebración. El aire estaba lleno de una energía festiva mientras paseábamos por los coloridos puestos decorados con guirnaldas y luces parpadeantes.

Nos detuvimos en una tienda de artesanías donde vendían una variedad de productos hechos a mano. Entre las estanterías adornadas con figuras de madera tallada, encontramos una colección de criaturas mágicas de la mitología finlandesa. Me quedé maravillado al descubrir figuras del Äijänpäivä, un espíritu anciano que se dice que concede deseos a aquellos que lo encuentran en el bosque en la víspera de Yule. Cada figura estaba hábilmente tallada y pintada a mano, capturando la esencia de estas misteriosas criaturas de la naturaleza.

Decidí comprar una figura del Äijänpäivä como recuerdo de nuestro viaje y como símbolo de los deseos que llevaba en mi corazón para el próximo año. Sentí una conexión especial con la historia detrás de esta figura y estaba emocionado por llevarla conmigo a casa.

Después de explorar el mercado, nos dirigimos hacia el lugar donde se llevaría a cabo la tradicional quema del tronco de Yule. El ambiente estaba lleno de anticipación mientras nos reuníamos alrededor de la fogata, que había sido construida con cuidado y decorada con ramas de abeto y acebo.

A medida que la tarde daba paso a la noche, la fogata comenzó a arder con un resplandor cálido y brillante. Nos sentamos en círculo alrededor del fuego, cantando canciones de Yule y compartiendo historias mientras esperábamos el momento de encender el tronco.

Cuando finalmente llegó el momento, un murmullo de emoción recorrió el grupo. Con una antorcha encendida, papá encendió el tronco, y pronto las llamas comenzaron a bailar y a crepitar con fuerza. El calor del fuego nos envolvió, y el aroma a madera quemada llenó el aire mientras observábamos maravillados cómo las chispas se elevaban hacia el cielo estrellado.

Para nuestra mayor sorpresa, algo se empezó a mover entre las ramas del bosque que nos rodeaba y no vas a creer quien era diario! Era un Äijänpäivä, en carne y hueso! uno de verdad! Papá se preocupó un poco porque estas criaturas pueden ser muy peligrosas si se sienten desafiadas. Parecía un anciano encorvado con una barba blanca muy larga, pero tenía pelo que cubría su cuerpo como si se tratara de un abrigo.

Con una confianza que no sé de dónde saqué, me acerqué a la criatura y le entregué el recuerdo que había comprado más temprano, el cuál era esa estatuilla que representaba a esta misma criatura. Este, lo tomó entre sus peludas manos y lo revisó por todos lados, como si la estuviera inspeccionando. Luego de unos minutos, que en el profundo silencio parecieron horas me lo devolvió y me dijo con una voz rasposa y grave si quería algún deseo.

Mil y un cosas pasaron por mi cabeza, pero al final no pude resistir a pedirle que quería ver a mí mamá una última vez, quería despedirme de verdad de ella. Se lo dije y la criatura me miró fijamente a los ojos. Sus ojos eran de un celeste tan claro que creí que era ciega pero de pronto todo se volvió negro y... mamá estaba ahí, en frente mío, se veía triste pero mucho más saludable de lo que jamás la había visto antes.

Lloré, obviamente lloré, y ella me abrazó, parecía que ella no podía hablar pero sentirla, aunque fría, fué sumamente reconfortante. Le conté todo lo que pasó, le dije que estaba intentando volver a ser feliz, por mis seres queridos, por ella y por mí, como me había pedido en su carta. Le conté sobre los dibujos que hice de ella y de las similitudes que encontraba entre papá y ella. Me sonrió y jamás dejó de abrazarme.

Parecía que había pasado demasiado tiempo y a la vez tan poco, pero sabía muy bien dentro mío que ya era el fin, me despedí de ella y finalmente me pude sentir en paz. La extrañaré pero ahora puedo estar más tranquilo. Mi visión fué volviéndose borrosa lentamente y de pronto estaba viendo los ojos celeste casi blancos de la criatura, ésta dió una leve reverencia y desapareció en un torbellino de nieve.

Fué, sin lugar a dudas, lo más mágico que me haya pasado jamás. Papá se acercó a mí, él tenía lágrimas en los ojos y me abrazó, al parecer él también se pudo despedir de mamá.

Luego, la quema del tronco de Yule terminó y nos sentimos unidos como familia y amigos, compartiendo la tradición y la espiritualidad de esta celebración ancestral. Fue un recordatorio de la importancia de la comunidad y la conexión con la naturaleza en esta época del año.

Después de la quema del tronco de Yule, celebramos la Navidad con una cena tradicional finlandesa, que incluía platos como el kalakukko (pastel de pescado) y el rosolli (ensalada de remolacha). Disfrutamos de la comida y la compañía, compartiendo risas y momentos especiales juntos.

Durante nuestra estancia en Finlandia, también tuvimos la oportunidad de explorar la naturaleza y la magia del país. Visitamos el Parque Nacional de Nuuksio, donde caminamos por senderos nevados y admiramos la belleza de los paisajes invernales. Luna nos contó sobre el Haltija, espíritus de la naturaleza que protegen los bosques y los animales que viven en ellos. Aunque no vimos ningún Haltija en persona, sentimos su presencia en la tranquilidad y la belleza de la naturaleza que nos rodeaba.

En fin, nuestra celebración de Yule y Navidad en Finlandia ha sido una experiencia increíble llena de magia, alegría y momentos inolvidables. Estoy agradecido por poder vivir estas experiencias y compartirlas con mis amigos y seres queridos.

Nos vemos,

Adiós. 

Un simple Error-El diario de HarryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora