La vida de Liana estaba destinada a ser sobrenatural, tanto por los genes de su madre como por los de su padre. Pero todo comienza a cambiar cuando su novio se imprima de ella y con el tiempo se da cuenta de que Jacob no la ama, desde entonces hace...
─ Por tu cara creí que me dirías que habías matado a alguien y necesitabas mi ayuda para enterrar el cadáver o algo por el estilo.
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Amistad restaurada.
─ Hola Lia. ¿Cómo estas? ¿Te sigues manteniendo fuera de problemas? espero no volver a verte pronto en la estación. ─ ante el comentario y la risa de Charlie una falsa cara de indignación se instaló en el rostro de Lia.
─ Fue solo una vez. ─ rectificó, ocultando una risa que amenazaba con delatarla antes de tiempo.
─ Fueron tres. ─ aclaró Liam detrás de su hija, mirándola con diversión, ella solo puso una sonrisa inocente en su cara, ganándose la risa del resto.
─ Ese no es el motivo de nuestra visita. ¿Dónde está Bells? ─ ante la evasiva de la chica rieron aún más fuerte.
El resto de los hombres se saludó mientras Liana se internaba en sus pensamientos. Liana podía ser una muy buena hija pero seguía siendo una adolescente y los genes de su padre corriendo por sus venas no ayudaba, ya que el mayor de los L'aki había sido conocido por pelearse con medio mundo cuando estaba en la secundaria.
Volvió a pensar en Jared y en Paul. Los tres habían compartido importantes momentos de sus vidas juntos y eso era algo que nada podría borrar de su vida ni de su memoria, ya que esos momentos eran partes esenciales de alguna de las cualidades de la personalidad de Liana.
Cómo cuando el trío había terminado en la estación de policía frente al jefe Swan por iniciar una pelea contra un grupo de adolescentes que venía de visita a Forks y los habían llamado "indios." Lo que sí eran, pero aquellos chicos lo habían dicho como si fuera un insulto y los tres amigos estaban muy orgullosos de la sangre que corría por sus venas, por lo que no habían dudado en acercárseles, molerlos a golpes y dejarles bien claro lo que pensaban de sus comentarios. Kim también había presenciado la pelea pero ella a veces se lastimaba incluso en educación física por lo que había decidido quedarse sentada donde estaba mientras disfrutaba del espectáculo con un jugo de piña y una hamburguesa.
Los padres de Jared, de Paul y de Liana tuvieron unas buenas risas con Charlie cuando los cargos en contra de sus hijos fueron retirados, lejos de estar molestos estaban orgullosos aunque también esperaban que ellos no hicieran de esa una ocurrencia regular. En la noche de ese mismo día estaban los tres acompañados del resto de la reserva en una fogata, mientras tomaban, comían y se reían.
El animo de Liana disminuyó al llegar a una conclusión: Momentos como esos no volverán a pasar.
Borró todo rastro de sus pensamientos cuando vio a una chica saliendo de la casa y dirigiéndose hacía ellos. Era unos centímetros más baja, con cabello castaño que terminaba en pequeñas ondas, le llegaba hasta un poco más arriba de la mitad de la espalda, era delgada y pálida, muy pálida para haber estado en Arizona todos estos años.
