La vida de Liana estaba destinada a ser sobrenatural, tanto por los genes de su madre como por los de su padre. Pero todo comienza a cambiar cuando su novio se imprima de ella y con el tiempo se da cuenta de que Jacob no la ama, desde entonces hace...
─ Mientras no pongas en practica nada de lo que aprendes con esa serie de asesinos seriales todo bien.
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La llamada.
Liana y Kim habían pasado todo el camino en silencio, Kim sabía que su mejor amiga siempre se ponía triste y pensativa cuando peleaba con alguien cercano, por lo que optó por guardar silencio, después de todo si la azabache quería hablar lo haría y ella siempre estaría para escucharla.
Cuando la chica L'aki estacionó la camioneta frente a su casa Kim abrazó a Lia y dejó un beso en su coronilla.
Camino al hospital Lia estaba enojada y triste, más triste que enojada, Jake era una de las personas con las que no podía enojarse mucho tiempo, pero su tristeza podía durar semanas, sobretodo si no arreglaban las cosas entre ellos.
Agradeció el clima nublado, se hubiera sentido aún más triste si hubiera desperdiciado un día soleado estando triste, pero hoy al menos el clima parecía reflejar como se sentía.
Cuando llegó al hospital saludó a todos los miembros del establecimiento que se encontraba, ella era bastante conocida, después de todo su padre era uno de los mejores doctores ahí desde hace ya varios años.
El hospital tenía 4 pisos y la consulta de su padre estaba en el ultimo piso de la parte este, había ido muchas veces a la oficina de su padre por lo que se sabía el camino de memoria. Golpeó levemente la puerta un par de veces y esperó por una respuesta, algunos segundos después su padre abrió y quedó cara a cara con él.
─ Cielos ¿Quien te ha puesto de malas? ─ Lia comenzó a contarle lo que había pasado y para su disgusto, su padre se rió. Lia le dedicó una mirada molesta que hizo que su padre se pusiera serio inmediatamente. ─ Jake es un enfermo, un chico malvado que debería ser castigado por la gran ofensa que ha cometido en tu contra. ─ Liana sonrió.
─ Gracias, papá. Ahora en serio ¿Qué opinas?
─ Cachorra. Las peleas de una pareja es lo más normal que existe. No te preocupes ya verás que pronto todo se solucionará. ─ la verdad era que no lo sabía, solo quería darle esperanzas a su hija. Aunque en el fondo el también estaba un poco enojado con Jake, pero a pesar de lo que él opinara no iba a meter su nariz en los asuntos de su hija.
─ Eso espero. ─ Liam metió su mano en uno de los bolsillos de su delantal blanco y sacó una tarjeta, la que le extendió a su hija. ─ ¿Tu y mamá peleaban?
─ No, nunca. ─ la cara Liana quedó completamente en blanco. De pronto sus esperanzas habían saltado por la ventana de esa oficina.
─ Voy a llegar a casa a hundirme en helado y un capitulo de Criminal Minds.
─ Mientras no pongas en practica nada de lo que aprendes con esa serie de asesinos seriales todo bien. ─ padre e hija se dieron una sonrisa cómplice.