Cartman Round 2 parte ?

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Era la mañana de un día sábado, el clima era frío, pues el día anterior llovió como nunca lo había hecho en cuatro meses, en casa de los Cartman, el menor de la familia, se encontraba durmiendo boca arriba en la cama de su madre. El chirrido de la puerta cuando ésta entró le despertó.

— Buenos días Calabacín —saludó con su inconfundible alegría— Mami te preparó un desayuno especial; un delicioso vaso de leche caliente recién ordeñada además de unos ricos panqueques bañados en miel —la señora Cartman colocó la bandeja en el pequeño buro de su cama— ¿Calabacín? Es hora de desayunar —la dulzura con la que su madre le daba los buenos días siempre le habían hecho sentir especial.

— No tienen nada de buenos mamá —contestó apenas audible con las cobijas encima de él. Pareciese que esta vez no era suficiente.

— Siempre tienen algo bueno corazón, sólo que a veces no sabemos qué. Anda come, los panqueques se enfriarán.

— No tengo hambre —dijo debajo de las cobijas.

— Si no desayunas no me acompañarás a comer pollito frito al ratito.

— Joder, mamá ¿Crees que todo en mi vida es comer? —se descubrió el rostro— Pero está bien, me los comeré, sólo para que no se desperdicien... —dijo, ignorando los cubiertos alrededor del plato y tomando un panqueque con la mano— Ma... —se sentó en la orilla de la cama.

— ¿Si mi amor? —se sentó junto a él.

— ¿Recuerdas... —Cartman bajó la mirada— lo que pasó hace unos años en el partido de baloncesto?

— ¿En el partido de baloncesto? —su madre llevó su mano al mentón— Mm, ¡Ah! ¿Dónde mentiste acerca de tu orientación sexual y dijiste estar enamorado de Kyle para que dos de tus amiguitos pudieran estar juntos? ¡Por supuesto! Como olvidarlo, eso fue realmente tierno.

— No fue mentira mamá —Cartman comenzó a jugar con sus manos— ayer en la mañana fui el hombre más feliz del mundo y en la noche fui el más miserable —apoyó su cabeza en el hombro de su madre— ¿Por qué creí que alguien como él podría sentir algo por alguien como yo? —a medida que pronunciaba palabras su voz se cortaba— ¿Quién, siquiera, podría sentir algo por mí que no sea odio o... envidia?

— Yo siento un amor enorme por ti, te quiero amor —le abrazó— y aunque no lo creas tus amigos también, sólo que... ustedes tienen una extraña forma de expresarlo.

— Mami, sabes perfectamente que me gusta que me beses... ¡¡ANTES DE QUE ME JODAS CON TUS PINCHES MENTIRAS CULERAS!! —gritó zafándose del abrazo y levantándose de la cama— ¡Nadie en la escuela me quiere cerca Ma! Ni el hippie de Stan, ni el pobretón de Kenny... Ni mucho menos...

— Yo si Eric —interrumpió desde la puerta un pequeño niño rubio con camiseta verde— Yo si te quiero.

— ¡¿Butters?! ¡¿Qué mierda haces en mi puta casa escuchando mis putos problemas que no te conciernen?! —bajó rapídamente de la cama caminó hasta la puerta y la cerró de un portazo— ¡Lárgate marica!

— Eric, no seas grosero con tus ami- —no la dejó terminar, la tomó del brazo levantándola de la cama— ¿Tú sabías que ese marica estaba aquí escuchando y viendo mi vergonzoso estado? —el silencio de su madre lo confirmó— ¡Me rompes las bolas má! —dijo antes de sacarla de la habitación y cerrarle la puerta en la cara.

— Eric, ¿Qué te he dicho sobre ese lenguaje? —la señora giró la perilla en un intento por abrirla— ¡Abre la puerta ahora mismo!

— ¿Qué te he dicho yo sobre besarme antes de joderme?

Marsh VS CartmanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora