2. El omega más fiero del mundo

125 14 50
                                    


Antes de que se den cuenta, llevan dos meses huyendo de la infección, que solo parece expandirse más y más. Huyen, van de acá para allá, se mantienen unidos y en lugares alejados de las grandes ciudades y nunca pasan más de tres noches en el mismo lugar.

Ese día están pasando su segunda noche en un viejo hotel abandonado libre de infectados, y salen todos juntos a buscar comida por la zona. Casi todos los supermercados y gasolineras han sido arrasados, pero en las zonas más remotas como esa todavía pueden encontrar algo para comer.

Es entonces cuando se lo encuentran.

Matías lo ve primero, su instinto de policía le pide que intervenga, pero no lo hace. La última vez que ayudaron a alguien que parecía desvalido casi lo pierden todo y podrían haberlos matado mientras estaban inconscientes, así que se mantiene quieto pero observando, solo por si acaso.

Esteban se acerca para preguntar porque se detiene, cuando también lo ve, todos lo ven. Una pelea en mitad de la carretera, hay tres alfas vestidos de negro intentando apresar a un omega, pero nunca ha visto a ninguno luchar tan bien y devolver tantos golpes.

"Mercenarios" piensa cuando ve el estilo de lucha de esos tres alfas, y su corazón se encoge cuando ve como un cuarto se une porque no pueden contra el omega, que se sigue defendiendo con uñas y dientes, gruñéndoles todo amenazador.

Da un paso para intervenir, pero Esteban lo agarra y comparten una mirada clave. El otro alfa odia tanto como él tener que mantenerse al margen, pero no pueden arriesgarse y mucho menos a sus omegas. No sabe para qué quieren a ese omega esos tipos, pero no arriesgarán a los suyos propios por horrible que sea presenciar como apresan a otro.

—¡Puta omega! —grita uno de los alfas cuando cree que lo tiene, pero el omega le muerde la mano con saña hasta hacerlo sangrar. Matías casi se siente orgulloso, pero son cuatro alfas fuertes, peligrosos y entrenados, y aunque el omega es un gran luchador, está solo. 

Lo apresan, aunque se sigue resistiendo, pero él sabe bien que no podrá escapar sin ayuda. Sus manos arden por disparar a esos tipos y ayudarlo, pero no puede. Simplemente no puede arriesgarse, aunque algo más en él lo llama a actuar.

—Por fin te tenemos, zorra omega. Nos causaste demasiadas bajas—le dice uno de los alfas a ese omega, y siente asco solo de ver como lo trata. Le atan las manos a la espalda y solo cuando lo giran lo ve bien y se le encoge el corazón.

No sólo es un omega, es un omega embarazado.

—Me llamo Agustín —le contesta el omega, y observa con orgullo como le escupe al alfa en la cara— ¿Zorra yo? Zorra sos vos, que no podés solo ni contra un omega preñado y tenés que juntarte con otros tres pijas cortas como vos para atraparme.

Lo golpea después de eso y hay sangre en su cara, pero realmente lo admira, a él y a la sonrisa llena de sangre que le muestra al alfa antes de volver a escupirle en la cara y de inclinarse hacia delante para darle un cabezazo. Ese omega es especial, y no es el único en darse cuenta, el alfa mercenario suelta un grito de dolor pero lo agarra del cuello y ve con horror como saca un cuchillo.

—¡Puta! —le grita el alfa mientras el omega intenta retroceder, pero otro alfa lo atrapa de nuevo por la espalda y lo sujeta— Siempre escondiéndote como la zorra que sos.

El omega se ríe a esas alturas, pero sabe que no es una risa feliz. Suena como un llanto, y su arma apunta al alfa que lo apresa, pero no aprieta el gatillo aunque sus manos arden por hacerlo.

—¿Escondiéndome? ¡Estoy en todas partes, soldado!

Se mueve tan rápido que si parpadease se lo perdería, pero ve como lanza una patada hacia atrás y el grito de dolor del alfa que había corrido a sujetarlo surca el aire. Lo mira y sabe que no sobrevivirá al apocalipsis por la forma antinatural en la que se dobla su rodilla rota.

Elecsys - X002Donde viven las historias. Descúbrelo ahora