❝ Segunda llamada para los pasajeros del vuelo 512 con destino a Tokio, Japón. Favor de abordar por la puerta 13. ❞
¿Qué harías si el amor de tu vida se va del país? Peor aún, ¿qué harías si te enteras que se va a casar?
Esto mismo se preguntaba Myo...
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Mina terminó por convencerme de regresar a Corea, ella había regresado días antes, por lo que le pidió a su piloto de confianza que me lleve de regreso.
Ya tenía todas mis cosas listas y solo esperaba llegar a la pista. Mina me había ofrecido mandar a un chófer para moverme, pero Tzuyu quería llevarme y no me negué.
— Es una lástima que te vayas, Chae. ¿Qué haré sin ti en la cafetería? — Hizo un pequeño puchero sin quitar los ojos del camino.
— Estarás bien sin mí, Tzu. — Le dí una reconfortante sonrisa. — Prometo venir a verte si mi sueldo me lo permite.
— Entonces será una promesa. — Asentí y seguimos todo el camino calladas, me dolía un poco dejar Japón, pero estaba emocionada de volver a casa.
No tardamos mucho en llegar, Tzuyu se estacionó y me ayudó a bajar las maletas. Caminamos un poco hasta toparnos con aquel piloto.
— ¿Está lista señorita Son? — Habló aquel hombre castaño.
— Lista. — Mencioné segura, no hay vuelta atrás.
— En ese caso, puede ir subiendo, yo me encargo de esto. — Tomó las maletas y desapareció de nuestra vista.
— Este es el adiós, supongo. — Miré los ojos de la más alta, Tzuyu es como la hermana que nunca tuve.
— Nos veremos más pronto de lo que crees. — Me escondí en los brazos de la contraria.
— Eso espero... — La abracé más fuerte.
— Ve con cuidado, Chaeyoung, te quiero en una pieza. — Reí ante su comentario y subí al jet.
Ví como se despedía moviendo la mano y regresaba a su auto.
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Había logrado que Momo dejara su puesto de asistente para poder dárselo a Chaeyoung. Al principio se quejó, pero cuando le dije que le pagaría más y haría menos cosas, no dudó en aceptar.
Eran las 9 de la mañana, lo que significaba que Chaeyoung acababa de llegar a Corea.
Le ofrecí un nuevo departamento y lo rechazó, me dijo que Dahyun y Momo no habían dudado en aceptarla cuando lo pidió, así que no insistí más.