Te Alejas Más De Mí || Michaeng

Capítulo 15

2 días antes de la boda de Chaeyoung.

Me desperté a las 5 de la mañana en una habitación desconocida. Sorpresa, pasé la noche con otra chica más.

Con cuidado me solté del agarre de la rubia que se encontraba durmiendo a mi lado. Comencé a recoger mi ropa del suelo y me metí al baño para darme una ducha rápida.

Al terminar de vestirme, salí y tomé mi teléfono. Aún tenía el pelo mojado, pero no había tiempo de secarme, tengo que evitar a toda costa que ella se despiert...

— ¿Ya te vas, bonita?

Debí ser más rápida, aprende Myoui.

— Sí, eh... Debo ir a trabajar, ya sabes. — Le di una pequeña sonrisa. — Tengo que salir ya.

— Llámame cuando estés libre. — Ví como me guiñaba un ojo.

— Lo haré. Adiós, bonita. — Dije para salir de su apartamento de una vez por todas.

Claro que no iba a llamarla, no estoy tan idiota.

Lo que sí era cierto era que debía ir a trabajar, soy la jefa y puedo no tener horarios, pero no me gusta ser impuntual y como dueña de la empresa tengo que darle el ejemplo a mis empleados.

Fuí a mi apartamento para cambiarme de ropa y ahora sí irme directo a la empresa. 6:22 am ví en el reloj, llegaré más temprano hoy. Ayer pasé la noche con esa rubia, pero no me gustó tanto como esperaba, pudo ser mejor, pero nada me va a satisfacer porque mis expectativas tienen nombre y apellido.

Para mi sorpresa, Momo y Sana llegaron igual de temprano, cruzando las puertas de mi oficina con muchos papeles, dejándolos de golpe en mi escritorio.

— ¿Estás segura de que podrás sobrevivir estos dos días sin nosotras, Mitang? — Habló primero la castaña

— Claro que puedo con esto y más. — Les dije con aires de superioridad. 

— Ah, en ese caso espero que puedas contestar TODOS los correos de la empresa mientras lees todos estos archivos al mismo tiempo. — Momo se cruzó de brazos.

— ¿Saben qué? Me harán muchísima falta. — Tomé a ambas chicas en un fuerte abrazo.

— Eres todo un caso, Myoui. — Ambas empezaron a reír. — Queríamos avisarte que nuestro vuelo sale a las 10:00 am, así que debemos irnos ahora.

— Cuídense mucho, chicas. Las extrañaré, no tarden mucho. — Hablé sinceramente.

— Tú también, Minari, por favor deja de acostarte con cualquier chica que se te cruce, vas a terminar mal. — Sana me regañó.

— Me cuidaré bien, tranquilas. Pueden irse ya. — Sonreí para luego verlas salir de mi oficina.

Empecé viendo el primer documento que se encontraba encima de toda la pila de papeles que estaba en mi escritorio, pero me percaté de que el teléfono de Momo estaba ahí.

Lo tomé sin pensarlo para llamarle a Sana desde ahí, Momo no tenía contraseña porque dice que siempre la olvida, yo le creo.

Pero cuando lo desbloquee me di cuenta de que estaba abierto en el chat de Chaeyoung con la invitación que ella le había mandado a su amiga japonesa.

Rápidamente me reenvié esa foto a mi teléfono y borré la evidencia.

Un minuto después Momo apareció agitada.

— ¡Mina, mi teléfono! — Me empecé a reír en su cara y se lo entregué. — ¡Gracias!

Sin dejarme responder se fue con la misma rapidez con la que llegó.

Hice lo que las chicas me pidieron durante las siguientes tres horas, realmente era demasiado trabajo y no llevaba ni la mitad.

Al menos con ellas me distraía cada 30 minutos, pero ahora no.

Una llamada me sacó de mis pensamientos. Al ver el nombre de contacto no dudé ni un segundo en contestar.

— Mina, tienes que venir, ahora. — El chico que se encontraba del otro lado de la línea sonaba muy angustiado.

— Jungkook, ¿qué sucede? ¿Tienes avances?

— Más que eso, ya sé quién fue el responsable de drogarte.

— No me digas que...

— ¡Sí! Por favor, ven rápido.

— Llego en 10 minutos.

Estaba haciendo los últimos ajustes de mi vestido, ya estaba todo listo para mi boda con Somi. Tengo a Dahyun, Tzuyu, Momo y Sana ayudándome a pensar qué cosas están bien y mal del vestido, pero para nuestra suerte no hay tanto que solucionar, solo el escote que me queda demasiado ajustado, fuera de eso no hay ningún problema.

Saliendo del lugar decidimos ir a comprar unos vestidos para ellas, mi boda es mañana y como siempre, haciendo las cosas a última hora.

El color que seleccionamos para las damas era un rosa muy claro, cada una eligió su vestido con éxito y por fin pudimos regresar a casa.

Ya que no quise que se quedaran en un hotel, dejé que durmieran en mi sala, aunque ahora que lo pienso fue mala idea, una hora tenía que volvimos y Momo ya se había terminado medio refrigerador.

Son ya las 9 de la noche, a partir de mañana seré una mujer nueva, una mujer casada y lista para empezar proyectos de vida con el amor de su vida.

Estaba tan feliz de que sus amigas estuvieran ahí, con ella.

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