Me había comportado como una idiota, ¿por qué le dije eso? Me generó tanta desconfianza lo que pasó con la supuesta infidelidad, pero... ¿Mina se merecía ese trato? No, ella no tenía culpa de nada. He estado dejándome llevar por mis celos últimamente en lugar de pensar con claridad, lo que es horrible para nuestra relación, o bueno, lo que quedaba de ella.
No pensaba perder a Mina por otra estupidez, no de nuevo. Sabía que ella trataría de arreglar las cosas con Sana, pero lo mejor será que yo la encuentre primero. La llamé dos veces, no hubo respuesta, pero a la tercera contestó.
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— ¿Qué pasa, Chaeyoung? Si es Mina intentando comunicarse, créeme que...
— Interrumpí sus palabras.— No, Sana. Soy Chaeyoung, quiero hablar contigo, ¿podemos? — La llamada quedó en silencio durante un par de segundos, pero poco después contestó.
— Ven al Río Han, estoy sentada a las orillas del río, sé que podrás encontrarme. — Ella colgó.
Si Sana estaba en ese lugar, debía ir lo más pronto posible, al menos antes de que Mina arruine más su situación con ella. Tomé las llaves de uno de los autos de la empresa y comencé a manejar hacía el lugar acordado. Llevaba tiempo sin manejar, Mina y Somi tenían la costumbre de llevarme, por lo que no tenía la necesidad de hacerlo yo misma, el error que es depender de las personas. Me sentía como cuando estaba haciendo la prueba para conducir, pero al menos me distraía el hecho de que necesitaba llegar rápido.
Me estacioné en una tienda de conveniencia cercana al lugar y comencé a recorrer las orillas del río, hasta que la ví. Sana estaba recostada en el suelo, observando el cielo estrellado. Lágrimas rodaban sobre sus abultadas mejillas, por lo que me acosté a su lado para hablar con ella cómodamente.
— ¿Cómo te sientes? — La japonesa soltó una risa sarcástica, levantando sus manos, simulando que tocaba cada una de las estrellas.
— Hay tantas estrellas, ¿no lo crees, Chaeyoung? Todas son tan lindas, brillan de forma tan similar, pero... ¿Por qué esa brilla más? ¿No te parece curioso? — Asentí. — Están unidas por constelaciones que forman una armonía preciosa, pero esa, aunque esté dentro de una constelación, está tan distanciada del resto. Si eres observadora, te darás cuenta que van por la misma trayectoria, pero esa estrella tan brillante está conectada con otra estrella, mientras que aquella simplemente está ahí, en la órbita.
— ¿Qué tratas de decirme con esto? — Me senté en el pasto y la miré a los ojos, expresaban tanto.
— Oh, Chaeyoung. Mina es la estrella brillante, tú eres la estrella conectada, y yo... Yo soy la que está orbitando. — Hice una mueca y seguí escuchándola. — He estado enamorada de Mina desde que estamos en la universidad, pero siempre fuiste tú, creo que ahora lo entiendo. Créeme que trato de conocer personas, pero nada funciona, solo soy yo en espera de que termine mi sufrimiento. El año que no estuviste, realmente creí que era mi oportunidad, pero Mina nunca entendió las indirectas que le daba, mucho menos soportaba verla con más chicas, pero ya estoy acostumbrada a callar mis sentimientos y opiniones al respecto. Ella nunca dejó de amarte, nunca te olvidó. — Puse mi mano sobre la suya y la acaricié suavemente.
— Lo entiendo, te entiendo. Sana, tal vez Mina no tuvo la oportunidad de ver la increíble persona que eres y lo buena novia que podrías ser, pero yo sí lo veo. Mina no pudo apreciarlo, pero alguien más lo hará. — Tomé su mentón y le señalé las mismas estrellas que había tomado ella de referencia. — Pero lo que sucedió debía suceder, pues hay alguien más que está orbitando hacía ti para formar una hermosa constelación contigo. — Observé una pequeña estrella que estaba cerca, su luz aparecía y desaparecía, haciéndola difícil de ver. — Sé que amas a Mina con todo tu corazón, pero ella no es tu persona. — Acaricié su mejilla limpiando algunas lágrimas.
— ¿Y qué hago con lo que siento? — Preguntó con la voz cortada.
— Puedo asegurarte que desaparecerá en cuanto tengas a tu persona especial frente a ti. — Le sonreí. — Mina es la persona que me acelera el corazón como nadie más, no te imaginas. Sé que tú encontrarás a alguien que te haga sentir como ella a mí. Yo realmente lo he arruinado con ella, ahora tal vez me odie, pero lo tengo merecido. Me costó demasiado entender lo mucho que ella te aprecia, por eso estoy aquí. Lamento tanto todo, Sana. No sabía lo mucho que sufrías en silencio, si hubiera podido hacer algo para ayudarte, créeme que no dudaría en haberlo hecho. — Sana rompió en llanto y me dió un fuerte abrazo.
— Acabas de ayudarme, Chaeyoung. Muchas gracias por todo, gracias por preocuparte por mí. No dudo que seas la persona indicada para ella... — La abracé de la misma forma que ella lo hizo, en eso ví a Mina acercarse a nosotras.
— ¿Me dirás de qué hablaron? — Me preguntó Mina, estábamos caminando de la mano por toda la orilla del río.— No puedo hacer eso, pero te aseguro que las cosas están mucho mejor ahora. No quería perderte, pero tampoco quería que tú perdieras a Sana. — Mina me sonrió con ternura y besó mi frente.
— Sé que no me he equivocado contigo, Chaeyoung. Hemos estado juntas desde la universidad, no dudo que quiero que seas la persona con la que deseo casarme. — Me detuve en seco y volteé para verla.
— ¿Eso es una propuesta? — Tenía algo de ilusión, aunque ella acababa de admitir eso ahora, era algo que yo me había planteado desde que terminamos nuestra carrera.
— No es una propuesta, es un aviso. Me casaré contigo, Chaeyoung, nada evitará eso. — Le dí un beso en la mejilla.
— Si no te da vergüenza y escapas antes de pedírmelo, te voy a creer. — Ella sonrió.
— Nunca me daría vergüenza pedirle al amor de mi vida que se case conmigo. — Tomé su cara y le dí un beso corto.
— Entonces pídemelo.
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Te Alejas Más De Mí || Michaeng
Fanfiction❝ Segunda llamada para los pasajeros del vuelo 512 con destino a Tokio, Japón. Favor de abordar por la puerta 13. ❞ ¿Qué harías si el amor de tu vida se va del país? Peor aún, ¿qué harías si te enteras que se va a casar? Esto mismo se preguntaba Myo...