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Capítulo 9

El juicio de Sirius Black.

...

El Ministerio de Magia era un caos total. Nobles, políticos, y simples espectadores reunidos hoy en el juicio de Sirius Black. Harry junto a Severus, portaba un elegante peinado y vestimenta sofisticada; usaría por primera vez su título de Lord para participar en la toma de decisión en un juicio.

—No estés nervioso. —Alentó su padre.

Al otro extremo yacía Sirius Black, de pie, apenas consciente, mirando fijamente a los miembros del Wizengamot. Lucía deplorable. Considerablemente perturbado, pues los años en Azkaban no fueron en vano.

—¡Silencio! Este tribunal del Wizengamot está ahora en sesión para revisar los cargos contra Sirius Black.  —Cornelius golpeó con el mazo. —Se le acusa de la traición más vil: la traición a sus amigos y a la comunidad mágica, la masacre de muggles en la calle y la colaboración con el Señor Tenebroso. ¿Cómo se declara el acusado?

—Inocente de todos los cargos, y estoy preparado para demostrarlo. —Dictó Sirius con voz firme.

El juez asiente y un joven mago se levanta.

—El defensor, Regulus Black, puede presentar su caso.

La entrada de Regulus Black fue un trueno en el cielo. La cara de Albus se volvió pálida como un papel. La sala se sumió en murmullos de incredulidad mientras un miembro importante comprobaba su vida a pesar de la creencia general; la supuesta muerte de Regulus Black.

—Honorable Wizengamot, los cargos contra mi hermano son graves, pero también son falsos. Hoy demostraremos su inocencia y, además, la negligencia del Ministerio al ignorar la verdad. Solicitamos un voto de confianza de tres miembros respetados de nuestra comunidad.

Severus Snape, Lucius Malfoy y Harry se levantan, sus rostros serios. La alianza ya estaba clara.

—Voto de confianza obtenido. Proceda.

—Este juicio no es solo por la inocencia de mi hermano. —Intervino Regulus, tranquilo. —Es un juicio contra la corrupción que ha envenenado nuestro mundo mágico, personificada en el hombre que todos creíamos que era nuestro protector.

Los ojos de todos se volvieron a Dumbledore, quien hasta el momento mantenía la fachada de calma. Pero ahora, bajo la mirada acusadora de Sirius, su máscara mostraba grietas.

—Todos creyeron que dictaminé mi final al ser leal a las Artes Oscuras.  —Continuó. —Pero aquí estoy, no como un traidor, sino como un hombre que luchó en secreto contra la verdadera oscuridad que amenaza nuestro mundo.

Dumbledore, lleno de sabiduría y guía, trató de defender su nombre. Atrajo a sus fieles seguidores en el camino, buscando redención. Pero, para su desgracia, los argumentos eran cada vez más vacíos y desesperadas.

—Mi deber era cuidar un Horrocrux, pero no por lealtad al que no debe ser mencionado, sino por petición de Albus Dumbledore. 

La audiencia se volvió loca, especulando todo tipo de cosas. Porque un mago de la luz pediría protección para ese tipo de artefactos, en lugar de simplemente eliminarlo, como se estimaba era correcto.

—¿Y qué relación tiene aquello con el juicio hacia Sirius Black? —Cuestionó Fudge, manteniendo un juicio claro.

—En algún momento, él dejó de confiar en mi lealtad.—Expresó enseguida.  —Entonces hizo lo que creyó más conveniente.

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