10

117 16 1
                                    

Capítulo 10 

El consejo de un desconocido.

...

Tal parecía que, a pesar de sus intervenciones, siempre existiría una posibilidad de quedar en malos términos con quien menos esperas. Harry sentía el peso de sentir aquello cada vez que cruzaba miradas con Hermione.

O, en momentos gloriosos donde decidía separarse de sus serpientes, como ahora. 

—¿Por qué pareciera que siempre estás ocultando algo, Potter? —la voz de Hermione resonó en el pasillo, cortante y desafiante. 

La tensión entre ellos era un hilo fino, casi invisible, pero palpable para cualquiera que se tomara el tiempo de observar. No había enemistad, no había palabras duras en confrontación, solo un silencio cargado de interrogantes.

La muggle había dado todo de sí para evitar confrontarse con Harry desde el juicio de Sirius, que terminó siendo la crucificada contra, sorprendentemente, Albus Dumbledore. Una cosa era clara, todo el mundo mágico comenzaba a dividirse en opiniones del antiguo mago.

—No todos somos un libro abierto, Granger. —Respondió, igualmente afilado. 

Caminó con más persistente. No quería estar mucho tiempo a solas con Granger, que a pesar de demostrar una valía y dignidad más marcada, temía caer en alguna trampa de Dumbledore, el viejo mago que por cierto, ahora se dedicaba a ser un director ausente en Howgarts. 

—Harry.

Ella se esfuerza incansablemente en iniciar una pequeña conversación. Lleva así semanas, quizás meses. Tal vez su madurez radica en no querer revivir una amistad que no le beneficia, o quizás, en realidad, está siendo un total inmaduro al evitarlo.

No juzgó a Malfoy. No juzgó a Parkinson. No juzgó a Theodore. Y por Merlín, ni siquiera a Zabini, quien fue una molestia constante durante sus años de estudio. Entonces, ¿por qué le cuesta tanto darle otra oportunidad a Granger?

¿Es por su linaje? No, eso sería absurdo. Harry nunca ha permitido que los prejuicios de una sociedad fracturada dicten sus acciones. Su juicio siempre ha sido propio y refinado. Entonces, ¿cuál es el verdadero problema?

—Hermione —Dijo, deteniéndose para enfrentarla—. ¿Qué es lo que buscas?

—Comprender. —Respondió con firmeza.

—¿Comprender qué?

—Por qué te escondes detrás de una fachada, cuando en realidad eres alguien extraordinario.

—¿Crees conocerme? —preguntó, bastante ahogado.

—No.

—¿Entonces?

—Pero tus ojos... tus ojos revelan lo que tus palabras ocultan, Harry. Y he observado mucho en el breve instante que cruzamos miradas. —Se acercó un poco—. He visto deseo, temor, sed de venganza, sarcasmo, y hasta un destello de desesperación. Pero cuando me miras... hay melancolía. Como si quisieras estar cerca de mí, pero no conmigo. Como si me conocieras, aunque nunca te has dignado a hablar.

Harry frunció el ceño. —Creo que estás confundida.

—No. —Interrumpió. —No lo estoy. Ambos compartimos eso, Harry. No me gusta divagar ni inmiscuirme en asuntos ajenos.

—¿Y cuál es tu punto?

—Quiero saber por qué me miras con tristeza.

¿Tristeza? Esa emoción tan desagradable estaba tan arraigada en su mirada que, sin darse cuenta, se intensificaba cada vez que veía a Granger. Sus emociones más genuinas estaban reservadas para sus amigos y familiares. En algún momento, se encerró tanto en sí mismo que olvidó su propósito inicial.

TeethDonde viven las historias. Descúbrelo ahora