Los jóvenes se quedaron ocultos en el jardín externo de Tomioka. Shinobu, la más baja, de vez en cuando echaba una mirada al lugar donde descansaba Kanzaburo, ese cuervo ya estaba viejo pero era mejor estar prevenidos. El albino bufó y jaló del haori de la mujer. Ella frunció el ceño y lo miró con enojo.
-¿Qué pasa? Estoy viendo si el cuervo se queda dormido. - La mujer se sentó nuevamente en el piso, lo único que los escondía eran los grandes arbustos del jardín. Sanemi la observó fijamente y una risa ronca salió de él.
-Es fácil, ya sé qué hacer. - Sonrió malicioso para luego intentar levantarse, pero Iguro ya sabía las intenciones de su amigo, le dio el mismo jalón y lo volvió a sentar. Sanemi gruñó como un perro y se cruzó de brazos.
-¿¡ENTONCES QUÉ CARAJOS VAMOS A HACER!? DIME QUÉ SE TE OCURRE, ENANO DE MIERDA.... - Iguro abrió sus ojos de par en par y vio al joven ofendido.
-Uhs, contigo no se razona... Sí ves, Kocho, no era buena idea traer a este chihuahua aquí, es muy desesperante y eso me estresa.- La mujer suspiró y cerró los ojos para pensar un poco, luego sonrió y señaló a Kaburamaru, al parecer tenía una gran idea. Iguro la vio algo confundido. ¿Qué se supone que haría con la serpiente? Shinobu se levantó pero nuevamente se agachó al recordar que Kanzaburo estaba ahí, rió avergonzada y luego volvió a ver a los jóvenes. Alzó su cámara y empezó a relatar su plan.
-Escuchen bien porque no lo volveré a repetir. Iguro, Kaburamaru serviría para tomar alguna pertenencia de Tomioka, ¿entiendes a lo que me refiero? - Tanto Iguro como Sanemi se miraron y sonrieron; al parecer ya sabían a qué se refería la mujer. El hombre bajó a la serpiente de su cuello con delicadeza y parpadeó como un santo, la serpiente lo vio extrañada. ¿Qué carajos harían con él? Pero pensándolo bien, sería divertido ayudar, obviamente esto lo pensó para él, en su mentecilla de víbora pensó que con esto impresionaría a la mujer.
-Bueno Kaburamaru, querido amigo, negociemos ¿cuántos ratones quieres? Si quieres 10, mueve la cabeza dos veces. - Sanemi hizo una mueca y se acercó a su amigo.
-Esto me parece una idiotez ¿es verdad que confiaremos en el instinto de esta víbora? Por favor, creo que los perros serían más útiles. - Otra vez el revolucionario. Iguro lo vio con enojo y le golpeó el hombro; Sanemi pegó un gruñido y se jaló de las greñas con el más bajo. Shinobu solo los observaba discutir; suspiró pesadamente y se dio una palmada en la frente; tomó a Kaburamaru y le dio una caricia.
-Venga pequeño, sé que puedes hacerlo. Es muy fácil ¿sabes quién es Tomioka verdad? -La serpiente la vio con confucion- Uh, es al que tu dueño molesta, el rarito, el depresivo. -Kaburamaru movió su cola, al parecer ya estaba captando. Shinobu puso una de sus manos en sus labios para no dejar escapar una carcajada, tomó su cámara y siguió grabando.- Entonces.... - Se quedó callada al ver que los dos hombres aún seguían discutiendo, una vena saltóna salió de su frente.- ¡SILENCIO! - Los pilares se estremecieron y bajaron la cara como perros desobedientes, al parecer Kanzaburo había notado algo de ruido, extendió sus alas y pegó el vuelo. Los tres se agacharon e intentaron meterse en los arbustos, era el mejor momento para que Kaburamaru acechara.
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𝙇𝙖 𝙫𝙞𝙙𝙖 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙚𝙢𝙤 𝙙𝙚𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞𝙫𝙤. °•🛸
HumorHoy presentamos... ¡ LA VIDA DE UN EMO DEPRESIVO! Dirigido por: Kocho shinobu, shinazuwaga sanemi e Iguro Obanai. • Días en que se actualiza • -Sabado/domingo. Lunes pocas veces. [Historia corta] Cada cap no pasa de las 600 palabras, aunque depende...