𝙇𝙖 𝙫𝙞𝙙𝙖 𝙙𝙚 𝙪𝙣 𝙚𝙢𝙤 𝙙𝙚𝙥𝙧𝙚𝙨𝙞𝙫𝙤. °•🛸

Kaburamaru es un genio.

Ahora sí empezaría el gran plan. Kaburamaru se escabulliría por los huecos de las paredes hasta llegar a la habitación del "emo". La femenina duró unos minutos explicando y, como la serpiente era inteligente, pudo comprender de inmediato. Los tres rieron con maldad, especialmente Sanemi, quien quería encontrar algo importante del pilar.

Kaburamaru se deslizó por la pared con sigilo mientras pensaba cuál podría ser la habitación del joven. Los ratones que estaban en las paredes corrían al verlo. "Ugh", la serpiente se había antojado de ellos, pero removió su cabeza y pensó para sí misma: "Concéntrate". Y siguió con su maldad. Cuando llegó a su destino, se quedó quieta por un momento, observando atentamente mientras su lengua serpenteaba y su cola se movía con ansias. Desde su perspectiva podía visualizar una mesita de noche y una cama. La serpiente pensó: "Este tipo no tiene nada interesante." Bajó del techo y se acercó a la mesita. Ahora en ella había un libro. Kaburamaru dedujo que era algo importante y de gran valor para el depresivo y, sin más que hacer, tomó con dificultad el libro y lo sacó como pudo.

Con el libro asegurado entre sus colmillos, Kaburamaru comenzó a deslizarse de vuelta al jardín. El trayecto fue silencioso y rápido; la serpiente sabía que no debía ser descubierta. Finalmente, llegó al jardín donde Shinobu, Sanemi e Iguro lo esperaban impacientes.

Al ver a Kaburamaru aparecer entre las sombras con el libro en sus fauces, los tres quedaron asombrados. Shinobu fue la primera en reaccionar, con una sonrisa de satisfacción.

-¡Lo logró! - exclamó Shinobu con una sonrisa de oreja a oreja.

Sanemi no pudo evitar reírse mientras observaba a la serpiente- Podría darte miles de besos, ¡parece que te subestime pedazo de genio!

Iguro se acercó a su fiel compañera y tomó el libro con cuidado- Bien hecho. - Dijo con una mirada de orgullo mientras acariciaba la cabecita de kaburamaru.

La serpiente se enroscó alrededor del brazo de Iguro, disfrutando de los halagos. La misión había sido un éxito y ahora tenían en sus manos algo que podría ser importante para sus planes.