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Fue una semana ocupada, una semana en la que los Sully estuvieron desempacando las cajas y reparando algunos detalles de aquella vieja casa, terminaron un día viernes por lo que descansarían totalmente todo el fin de semana hasta que la "entrada al infierno" les diera la bienvenida.  Domingo todos recibieron lo que serían sus uniformes y con una mirada de desdén los recibieron. 

- Esto me hará ver gordo. - mencionó Lo'ak notando lo extraño que se veía al usar uniforme, odiaba que Neytiri les obligara a "modelar" sus uniformes enfrente de ella como si alguien que siempre tuvo el mismo estilo toda su vida tuviera el derecho de decirle que se veía bien y que no. 

- Pero si te ves muy guapo. - musitó Neytiri mientras le acomodaba la corbata al joven. - Lo voy a coser un poco, solo es que te queda un poco grande. 

Kiri se vio al espejo y notó el "extremo" largo de su falda lo cual bufó. - ¿Es acaso un colegio de monjas? 

- No y tampoco es una escuela de mujerzuelas, no necesitas estar mostrando. - era más que obvio que el largo de su falda fue elección de Jake. 

- No se ve ni mi rodilla papá. 

- Y así está bien, por debajo de la rodilla. 

- ¡Uy! sí, voy a seducir a todos los varones con mis rodillas. - rodó los ojos molesta, Jake estaba por darle un sermón el cual Neytiri detuvo tomándole de la mano. 

- ¿Y tú Neteyam? ¿Tuk? ¿Como se sienten? - preguntó siempre comprensiva Neytiri hacía sus hijos mientras tomaba medidas al uniforme de Lo'ak aun usando a Lo'ak de maniquí. 

- Esta bien, quizá es falta de costumbre. - mintió, realmente Neteyam lo odiaba, le picada, era demasiado reservado y sentía que se veía gordo. 

- Me pica, pero parezco princesa. - Tuk era la unica que le había visto el lado bueno de llegar la falda larga. 

Lunes, 7:00 a.m. y los chicos estaban dentro del auto. Esta vez fueron llevados por Neytiri pues su padre salió en un bus para dirigirse hacía una entrevista de trabajo, todos estaban callados y muriendo internamente por los nervios. 

El auto se detuvo en un gran edificio que evidentemente era tan antiguo como el pueblo mismo. - Hemos llegado, llevaré a Tuk a su escuela. Neteyam cuando ustedes salgan vayan por Tuk para que ella no se quede sola esperando, los voy a recoger enfrente de la escuela de Tuk. 

- Si mamá. - contentó Neteyam ya cansando de las multiples veces que Neytiri dijo lo mismo. 

Los chicos se bajaron del auto y sintieron que la magnitud del lugar los tragaba vivos, era tan evidente de que ellos no eran de ahí. 

- ¡Adios mis niños preciosos! - gritó Neytiri despidiéndose escandalosamente de ellos para luego irse del lugar. 

Los hermanos avanzaron hacía la entrada de la escuela, no sabían si era una bendición o una desgracia que no estarían en las mismas clases, Kiri entró primero con el nerviosismo de perderse en el aquel gran edificio y llegar tarde el primer día de clases, Lo'ak se dirigió en busca de los baños para intentar verse lo menos "mormón" posible, Neteyam volteó su mochila para sacar de un pequeño bolsillo un chicle. Y ante sus ojos lo vio, bajando de esa bicicleta azul, comparativamente a él el uniforme le quedaba perfecto o quizá consiguió una talla que remarcaba bien su cuerpo; la tela tallaba algunas pequeñas montañas que sus músculos provocaban, el hecho de haber dejado tres botones libres dejaba ver ligeramente su pecho, las mangas cortas del uniforme a la par dejaba ver parte de sus tatuajes que vio en su totalidad días atrás. Neteyam parecía completamente hipnotizado por aquel joven, por Ao'nung. 

Ao'nung se agachó para así ponerle una cadena a su bicicleta, vista que Neteyam evidentemente no desaprovecho, sus ojos viajaron hacia la apertura del escote del uniforme del muchacho. Mirando como el pecho del muchacho se apretaba ligeramente con la tela al inhalar aire, y como su collar colgaba y titilaba contra su pecho, estaba tan sumido en aquella vista que no notó que Ao'nung aun yaciendo en la misma posición elevó su mirada notando los ojos morbosos del joven moreno. Sin más el de ojos azules tomó su mochila y subió las escaleras en donde estaba Neteyam, quedando cara a cara con él y claramente haciendo sentir expuesto a Neteyam. 

- ¿Te sobra uno? -preguntó Ao'nung fijando su mirada en él, sin darse cuenta poseía una mirada tan penetrante que hacía sentir pequeño a Neteyam quién no supo de que estaba hablando. - Un chicle. 

- ¡Ah! sí, si...ten. - Neteyam le entregó un chicle al muchacho el cual metió en su boca sin dejar de mirar a Neteyam a la cara. 

- No te he visto por aquí. 

- No, es que soy nuevo. 

- Se nota. - añadió con una sonrisa seguido de formar un globo con el chicle. - En fin, me voy. 

- Si claro. - en su vez evidenciaba lo atontado que estaba por estar tan cerca de el joven y el haber hablado con él. 

 - Por cierto, ¿Como te llamas?

 - Neteyam. 

 El joven dejó escapar una pequeña risa gutural. - Yo soy Ao'nung. - él no lo sabía, pero Neteyam ya sabía su nombre. - Adios Neteyam... ¡Ah! y las tetas se le miran a las chicas, no a los chicos. - musitó junto con una sonrisa. - Se a dónde has estado mirando. 

Murió de vergüenza una, dos y hasta mil veces. Ao'nung entró al edificio dejando a Neteyam bajoneado al ser descubierto, no tuvo otra simplemente "pasar la página" y entrar al edificio. Su primera clase era inglés y dio un suspiro de alivio al darse cuenta de que no tendría clases con Ao'nung; durante las dos primeras horas fue halago por el profesor por su alto nivel de inglés, era tan evidente que él era un chico de ciudad. Siguiente clase tuvo que cambiar de aula, el aula de química y como un mal chiste del destino lo vio ahí, usando bata, Ao'nung al verlo le hizo un pequeño gesto para que se acerque a él. 

- Sé mi compañero, el idiota de mi compañero se enfermó y si repruebo esta clase me van a matar y no vas a poder ver nunca más este par.  - añadió con confianza y burla mientras señalaba su pecho, Ao'nung destilaba un aire de confianza y popularidad, a metros se podía saber que él era el típico chico popular y fiestero.

- Claro, seré tu compañero. 

Neteyam tenía su atención dividida, en la clase y en Ao'nung, miraba el pizarrón y las fórmulas que el profesor exponía en este y a Ao'nung, sobre todo a Ao'nung; el cómo se amarraba el cabello, sacaba de su mochila sus cosas y como se ponía unas gafas para leer, dándole a ese aspecto un detalle tan excitante que ni siquiera él podía describir. 

- ... Y con sumo cuidado vierten la mezcla en el recipiente. - hablaba el profesor mientras les mostraba a los chicos lo que tenían que hacer. 

"Yo quiero que él vierta su mezcla en mi recipiente." 

- ¿Neteyam? - Ao'nung movió a Neteyam para sacarlo de sus pensamientos. - ¿Pusiste atención? Osea yo sí, pero espero que también lo hayas hecho en caso de... no quisiera que alguna de estas mierdas me explote en la cara. 

- Si, si...he puesto atención. - mintió, no sabía que carajos hacer y en su defesa todo era culpa de Ao'nung. 

Por suerte para ambos Ao'nung puso la atención suficiente, él hacía las mezclas que le profesor les había mencionado mientras que Neteyam tomaba nota de lo que el joven dictaba, sin darse cuenta ambos hacían un complemente perfecto. 

- Iré a entregar los apuntes, ya vuelvo. - comentó Ao'nung quién tomó la libreta grupal y dirigirse hacia el profesor. 

Neteyam lo vio alejarse, lo miró a la cara, como sus definidas facciones eran decoradas con mechones de su cabello y esos lentes que le hacían parecer intelectual o misterioso, sus ojos parecían caerse, bajando por el pecho del muchacho, el abdomen que su uniforme de dos tallas más chicas marcaba hasta llegar al bulto de la entrepierna y ahí se quedaron sus ojos.  Neteyam al notar que Ao'nung se acercaba a él nuevamente Neteyam bajó su mirada posante esta sobre su cuaderno en blanco. 

- Todo bien, gracias Neteyam. - añadió con una sonrisa mientras se sentaba, parecía que el joven le habían quitado un peso de encima. En eso Ao'nung se inclinó hacia la izquierda en donde se encontraba Neteyam y susurró tan solo para ellos dos. - Lamento no poder ayudarte con tu deficiencia de calcio, pero la leche que yo tengo no te va a servir mucho. 

Sonó la campana para el recreo y estaba agradecido, Neteyam salió rápidamente de ahí, escapaba de Ao'nung y la vergüenza de haberse vuelto un completo mirón. 





𝑃𝑒𝑠𝑐𝑒 '𝐵𝑎𝑐𝑖𝑜┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora