𝑃𝑒𝑠𝑐𝑒 '𝐵𝑎𝑐𝑖𝑜┊𝐴𝑣𝑎𝑡𝑎𝑟

𝟏𝟏

Ninguno comentó nada al respecto, no pasó nada y tampoco se dijeron mucho más de preguntas sobre su bienestar; falsas afirmaciones entre los dos jóvenes, y es que después de lo ocurrido ninguno quería ir más allá que solo intentar bajar los humos del odio que se sentían mutuamente. U odio que pensaban que tenía el otro, Neteyam no odiaba a Ao'nung, le preocupaba y de cierta manera también le tenía cierto miedo, pues subestimó completamente a ese chico, o quizá no. 

Ao'nung tan solo pensaba en que por sus actos era obvio que Neteyam lo odiaba y que buscaría como escapar de sus amenazas por su libertad social; en aquella tarde cada uno tomó su bicicleta y tomaron caminos diferentes, pudieron retomar el mismo sendero, pero Ao'nung estaba tan agobiado que se desvió, tomando el camino más largo hacía su casa, tan largo fue su camino que el cielo se puso oscuro teniendo que acelerar. 

- ¡Hey! Ao'nung,¿ Dónde estabas? - cuestionó Tsireya al ver a su hermano llegar a casa, este tenía el cabello desordenado, estaba sudando y sus mejillas estaban ligeramente rojas por el esfuerzo. - ¿Estás enfermo?

- No, no es nada Reya. - musitó encaminándose hacía la cocina para tomar una lata de soda. 

- Eso no es bueno para ti. 

- Es sin azúcar, Reya, técnicamente es como agua. - protestó, sentándose en la silla para beber de aquella lata mientras recuperaba su agitada respiración. 

- No puedes comparar esa cosa con beber agua. - añadió la chica mientras se sentaba enfrente de su hermano. - Ao'nung...- ese tono, lo hacía temblar y eso lo odiaba. Tsireya era la unica capaz de arrodillarlo con solo una mirada. - Por favor, habla conmigo. Desde esa noche no me hablas. 

- Es complicado Reya, no... - odiaba que las falsas palabras de Neteyam sobre él y su hermana hayan afectado tanto al punto de afectar su relación con su hermana, y es que pese a ser inocente algo en él le hacía sentir repudio incluso en abrazarla cuando antes lo hacían sin más. En ese sentido Ao'nung si odiaba a Neteyam, quizá si lo odiaba un poco. - Pero lo voy a arreglar. 

- Nungie, pero esto ya no se trata de lo que digan los demás de ti o de mí, se trata de que actúas como si incluso en nuestra propia casa nos estuvieran viendo. - momento de silencio, la chica exhaló y prosiguió con una voz quebradiza, era claro que estaba a punto de llorar. - ¡Odio esto! Ao'nung, extraño a mi hermano, a mi mejor amigo...extraño que entres a mi habitación tan solo para tirar mis peluches al suelo para luego irte, extraño hablar contigo hasta el amanecer, extraño ver películas contigo... Por favor, vivimos juntos, pero quiero que regreses. - ella lloraba, Ao'nung sentía que su pecho se hundía, sus ojos se humedecían y odiaba eso, quería ir a abrazarla y estar con ella como tanto deseaban los dos. 

- Buenas noches. - rompió, Ao'nung dejó la lata sobre la mesa para luego darse la vuelta dispuesto para irse, pero fue de gran impacto ver que la misma lata golpeó la pared junto enfrente de él. 

- ¡Basta, me tratas como si yo hubiera hecho algo! - jamás la había oído gritar así, la había visto enojada con otros, pero jamás con él. - Me tratas como si fuera con cero a la izquierda, deja tu puta paranoia y sé mi hermano. 

- Quiero, pero no puedo, por favor Tsireya entiende. - podía hacerlo, quería hacerlo, pero cada que estaba cerca de Tsireya su estómago se revolvía con tan solo pensar que alguna parte alguien está pensando que él hace mucho más con su hermana que tan solo abrazarla. 

- Si puedes, Ao'nung...deja de pensar en lo que dicen los demás, yo te necesito. 

- ¡QUE NO TSIREYA! - gritó con gran angustia al sentir que ni siquiera su propia hermana comprendía su dolor, la chica estaba estupefacta, pero al notar que ella desvió su mirada por encima de su hombro, el chico frunció el ceño y se volteó. Una mueca de fastidió se hizo presente, eran los hermanos Sully quienes estaban de pie enfrente del ventanal. - ¿Que hacen estos aquí? 

- Qué sé yo...- Tsireya estaba tensa, no quería verlo, pero en sus adentros sentía culpa por estar gustosa de ver a Lo'ak. 

Ao'nung se dirigió hacia la puerta de vidrio y abrió con una cara tensa y molesta. - ¿Que? ¿No tienen reloj en su casa?

- Olvidaste esto...cuando fui al baño lo vi. - Lo'ak le entregó su carnet, el joven lo tomó sin quitar su mueca por el gran desdén. 

- Ya...- no hubo gracias, no quería darle las gracias en absoluto y es que pese a que Lo'ak no hizo nada para perjudicarlo, Ao'nung no quería ser bueno con ninguno de ellos. - Ya váyanse de mi casa. 

- Ao'nung, ¿Podemos hablar? 

- ¡Ja! - se burló al escuchar al mayor, ya tenía suficiente después de pasar su tarde con él y el hecho de tenerlo ahí enfrente le generaba de todo menos sensaciones agradables. - Fíjate Neteyam que justo ahora no tengo nada de hablar con nadie, y mucho menos contigo...Así que, ¿Porque no se van los tres al carajo y me dejan en paz? ¿O qué? ¿Se quieren quedar a ver cómo me follo a mi hermana? - dicho eso le chico se fue a pasos apresurados para evidentemente encerrarse en su habitación. 

 Los tres quedaron estupefactos ante las palabras del otro, su reacción despectiva no era sorpresa, pero aun así les sorprendió de alguna manera, quizá porque no sabían el grado del daño, Kiri le dio una mirada fugaz a Neteyam la cual le hizo sentir culpable y era así como debía de sentirse, por otro lado, Lo'ak pese a que Ao'nung se comportó como un brabucón sentía pena por él. 

- Tsireya...- le llamó Lo'ak a la chica casi en voz baja pero audible para ella y los más cercanos en ese momento. 

La chica se acercó a ellos quienes estaban aún cerca a la entrada de aquella ventana de vidrio. - Por favor, váyanse...ya le han hecho mucho daño a mi hermano, a mi familia. Váyanse o llamaré a la policía. - les amenazó, pero bien sabía ella que no podía llamar a la policía puesto que su hermano aún estaba siendo investigado y si llamaba a la policía al primero que empezarían a interrogar sería a Ao'nung así él no estuviera presente en casa.