CAPÍTULO 1

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Sheon miró a Tsuki de arriba a abajo. Tenía una faldita muy corta y una camiseta de un equipo de baloncesto que apenas le tapaba los pechos; afortunadamente tenía un sujetador deportivo debajo. Era un atuendo... ¿Cómo se describiría? Interesante, tal vez. Aun así, a Sheon le encantaba ver a su novia vestida así, aunque después de ver la ropa de ella sintió vergüenza de ponerse la suya.

─La mía no es tan bonita ─informó Sheon, antes de que Tsuki pudiera decir lo mismo por sí sola─. No tanto como la tuya.

Tsuki abrió los ojos y, aprovechando que Sheon estaba sentada en el sofá mientras la contemplaba de pies a cabeza, se sentó en sus muslos. Bebió de la copa que tenía su contraria y agarró sus mejillas con ambas manos. Después de hacer todo eso, juntaron sus labios. Se dieron un beso largo y apasionado, casi lleno de deseo. Aunque Sheon empujó a Tsuki, casi con desprecio, para quitársela de encima.

─¿Pero a ti qué te pasa? ─Le preguntó perpleja pero con una risa camuflada.

─Voy a por mi ropa.

Tsuki cogió de la mano a Sheon al ver que ésta se iba y le dio un tirón para acercarla a ella. Le puso la boca en su oreja y después de acariciar con sus labios el lóbulo, haciendo que Sheon se estremeciera y suspirara, susurró:

─Deja que te desnude yo.

Sheon se abalanzó a sus labios de nuevo mientras que Tsuki le desabrochaba los botones de aquel pijama rosa tan mono, pero que en esos momentos estorbaba demasiado. Se lo arrebató en cuanto desabrochó el último botón y empezó a darle suaves besos por las clavículas. Sheon hacía todo lo posible para no gemir. Y ver a Tsuki tan hermosa, sonrojada, agitada, la excitaba tanto. Moriría por ella. Mataría por ella.

El teléfono sonó después de unos minutos. Las chicas estaban en el acto. Por eso, cuando Sheon fue a levantarse para ir a coger el aparato, ver de quién se trataba y, dependiendo de este último punto, responder a la llamada, Tsuki la cogió de la cintura y la besó con pasión de nuevo:

─Anda, no cojas. Puede esperar.

─¿Y si es urgente? ─Preguntaba intercalando gemidos, ya que Tsuki seguía torturándola de cierta manera─. Tal vez sean mis padres.

Tsuki le pasó los pantalones de pijama y Sheon se los puso corriendo para que, supuestamente, no cogiera frío. Tsuki, esta vez, le pasó su sujetador y Sheon se lo puso mientras se acercaba al teléfono casi corriendo, con pasos torpes como era de costumbre.

─¡Ah, es Suhyeon! ─Exclamó haciendo que Tsuki rodara los ojos, como si estuviera harta, cansada de algo.

─Te dije que podría haber esperado ─suspiró.

Sheon cogió el teléfono y antes de pulsar el botón de color verde que servía para responder a una llamada, miró a Tsuki con una sonrisa pícara y una mordedura de labio que no pudo evitar al verla desnuda en su sofá:

─Tú también puedes esperar.

Tsuki frunció el ceño e hizo un puchero. Puso morritos esperando con toda su alma que Sheon la mirara, sintiera lástima por ella y no respondiera para pasar un rato juntas, pero nada de eso pasó. Sheon miraba el teléfono y Tsuki se vio en la obligación de dirigirle la palabra para llamar su atención:

─Sheon, no seas así; estábamos pasándolo bien.

─Y nos lo pasaremos bien cuando acabe la llamada.

─¡Se me pasa el calentón, boba!

Sheon pasó de ella y, por fin, pulsó el botón verde. Le sobresaltó la voz de la persona al otro lado de la línea, que gritaba como si no hubiera un mañana. Se saludaron y hablaron un poco mientras Tsuki esperaba tumbada, aunque no tardó mucho en levantarse y ponerse la ropa interior, ya que le daba vergüenza estar desnuda, aunque nadie la estuviera viendo.

Bitches with brain | NEWJEANS & BILLLIEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora